En tiempos de coronavirus, la mano solidaria de Cuba

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Brigada médica cubana en la provincia china de Hubei.

Al extender sus manos humanitarias, Cuba heroica y solidaria da muestras de altruismo, como lo ha hecho en muchas ocasiones anteriores

 Alberto Acevedo

En momentos en que los gobiernos del mundo entero cierran sus fronteras en un derroche de paranoia, y las autoridades sanitarias llaman al confinamiento, a no darse las manos y se prohíben los besos, por cierto, una tradición milenaria de amistad y cariño, el gobierno socialista de Cuba hace todo lo contrario: extiende sus manos fraternas al mundo, como una práctica solidaria, como una acción revolucionaria y liberadora.

Ante la epidemia del virus Covid-19, y la virulencia con que se extiende y cobra nueva víctimas cada día, Cuba, la de Fidel y del Che, la de Maceo y Martí, ofrece con sus manos, y hecho por sus manos, el antiviral Interferón, primero a China, para el tratamiento de sus víctimas, luego a los países latinoamericanos, europeos y de otras comarcas, en la medida en que crece la pandemia.

Uno de esos gestos solidarios, que sorprendió al mundo, fue el que protagonizó el pasado 18 de mayo, al anunciar el gobierno de la isla, que autorizaba al crucero británico MS Braemar, para que atracara en costas cubanas, después de reconocer que, entre sus pasajeros, cinco de ellos reportaron pruebas positivas de coronavirus.

Cálida acogida

Las autoridades de salud de la isla organizaron una compleja operación de desembarque y hospitalización de víctimas ciertas y probables y el retorno de 682 pasajeros que permanecían alta mar, sin que ningún país quisiera recibirlos. Por razones humanitarias, el gobierno de Cuba los acogió y coordinó su regreso en cuatro vuelos de la British Airways.

Esta actitud solidaria de Cuba contrasta con la negativa de varios países a recibir a los pasajeros y tripulantes del MS Braemar. Contrasta con la actitud de la alcaldesa de Guayaquil, Ecuador, que ordenó bloquear con vehículos la pista del principal aeropuerto de la ciudad, para evitar el aterrizaje de dos aviones procedentes de Ámsterdam y Madrid, que aspiraban a recoger a ciudadanos europeos, con destino a sus países de origen. Simplemente por el temor enfermizo a la contaminación.

Actitud bien diferente a la del presidente norteamericano, Donald Trump, que quiso comprar la patente de una vacuna alemana contra el coronavirus, para aplicarla exclusivamente y con carácter selectivo en Estados Unidos, como se utiliza la medicina en ese país. Y privar al mundo de la utilización universal del antiviral. Contrasta la solidaridad de los cubanos con el talante de los banqueros de Wall Street, que presionan a las empresas de la salud para que incrementen los precios en tiempos de pandemia.

Producto estrella

En China, un número grande de pacientes que dieron positivo para coronavirus, están siendo tratados con éxito por el antiviral cubano Interferón Alfa 2B recombinable. El medicamento se produce en grandes cantidades en el laboratorio chino-cubano Chang-Heber, en la provincia china de Jilin y es un producto estrella en la biotecnología cubana.

El fármaco ha comprobado su efectividad contra varios tipos de cáncer y, en la página publicada por los médicos de Wuhan, es recomendado para el tratamiento del Covid-19. Su fórmula es originalmente desarrollada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba, CIGB.

Esta semana se movilizaron más de 300 médicos, enfermeras, infectólogos y especialistas en diferentes áreas, hacia la provincia de Lombardía, una de las más afectadas por la pandemia en Italia. El grupo cubano, tiene ya experiencia en este tipo de tratamientos, pues estuvo vinculado a la lucha contra el ébola en varios países africanos, y más tarde contra el cólera en Haití, y el terremoto en Pakistán, que dejó miles de víctimas.

Se replica la fórmula

Millones de dosis de Interferón, acompañadas de un grupo de médicos cubanos, fueron trasladas en forma simultánea a Venezuela, que enfrenta estrechez económica debido a las criminales sanciones financieras y comerciales impuestas por el gobierno de Trump a la Revolución Bolivariana.

El producto cubano se utiliza con éxito en varios hospitales de Sevilla, en España, donde el primer paciente tratado con el antiviral, ya fue dado de alta, con un cuadro de salud bastante bueno. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, adelanta trámites para que igualmente a México lleguen los médicos y los fármacos cubanos, en un ambicioso plan para combatir la pandemia.

En estos momentos se coordinan misiones médicas para el combate el Covid-19 a Francia, Nicaragua, Brasil, Granada, Surinam, y otras naciones. En estos días de movilización humanitaria, que Cuba hace a pesar del criminal bloqueo, más que eso, rompiendo el bloqueo, médicos cubanos han recordado las palabras de Fidel, que impulsó las primeras misiones humanitarias: “Más que médicos, serán celosos guardianes de lo más preciado del ser humano; apóstoles creadores de un mundo más humano”.

Cuarteles como clínicas

Por estos días, el periodista cubano Ricardo Ronquillo escribió: “El egoísmo o los intereses particulares no sirven de mucho en situaciones de emergencia, como las que ahora vive el planeta; solo la idea martiana es hoy iluminadora. Salvar, salva”. La escritora argentina Stella Caloni, dijo por su parte: “el coronavirus puso al mundo entre las dignidades solidarias y la miserabilidad de un sistema que agoniza… capaz de imponer un estado de terror”. Al extender sus manos humanitarias, Cuba heroica y solidaria da muestras de altruismo, como lo ha hecho en muchas ocasiones anteriores.

La primera vez que Cuba envió una misión médica, fue a Argelia, hace 57 años, por iniciativa del primer ministro Fidel Castro. Desde entonces hasta hoy, al menos 86 países se han visto beneficiados de la solidaridad médica cubana, donde se han atendido 1.900 millones de consultas, cuatro millones de partos, 14 millones de operaciones quirúrgicas y 14 millones de dosis de vacunas, sin contar atención odontológica, la atención médica personalizada y la referida a tratamientos más complejos.

A este cuadro solidario se suma el plan nacional de emergencia, prevención y contención de la pandemia Covid-19, que las autoridades sanitarias han trazado para atender la población cubana, en donde, entre muchas medidas, se dispuso que las instalaciones militares de adapten para servir de albergues hospitalarios, en caso de emergencia médica general.

 

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