viernes, marzo 29, 2024
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Sucre, Cauca: Asesinan al concejal Gilberto Daza

Luis Ernesto López L.

El pasado 28 de diciembre a las siete de la noche en el municipio de Sucre en el departamento del Cauca, mientras el concejal del Polo Gilberto Daza descansaba en su casa, un hombre armado ingresó abusivamente a su casa y le propinó dos tiros por la espalda. El concejal del Polo quien apenas tenía 43 años de vida dejó a su esposa y tres hijos adolescentes.

Gilberto Daza. Foto archivo
Gilberto Daza. Foto archivo

Los hechos ocurrieron a una cuadra del palacio municipal que está fuertemente custodiado y cerca del puesto de policía y prácticamente en la esquina del parque del pueblo, militarizado desde hace algunas semanas.

Según las primeras informaciones el asesino era esperado por un cómplice en la puerta, con una motocicleta, en la que huyeron sin que ningún soldado o policía se diera por enterado.

Cuando el 10 de diciembre de 1999 se creaba administrativamente el municipio de Sucre, formado por los antiguos corregimientos de Sucre y el Paraíso del municipio de Bolívar, obedeciendo a un proceso autónomo de un grupo de líderes sociales que desde un principio dieron participación real a las comunidades en la toma de las decisiones más significativas, el ahora asesinado concejal Gilberto Daza Vega, ya empezaba a destacarse entre la comunidad que desde entonces no dejó de brindarle su respaldo para mantenerse en la corporación municipal, con perspectivas de convertirse muy pronto en su primer mandatario.

Desde ese momento, Gilberto Daza Vega se destacó por su capacidad de liderazgo y su trabajo comprometido con las necesidades de cada una de las comunidades que validaron su elección. Este proceso se mantuvo hasta las elecciones de 2007, cuando la comunidad, ante la ilusión que en el momento despertaba el Polo Democrático Alternativo, buscó su aval, constituyendo el único concejo municipal en el país totalmente avalado por el PDA.

Esta situación despertó la aversión de los caciques regionales, quienes a partir de entonces decidieron dedicarse a romper el proceso autónomo y unitario. No se dejaron esperar las amenazas y hasta atentados contra los concejales más destacados, quienes de manera racional se opusieron a programas neoliberales como el Plan Departamental de Aguas, la intromisión minera de las transnacionales en sus territorios y la privatización del acueducto municipal, que aunque incipiente, empezaba a tomar forma para el servicio de sus habitantes.

Gilberto, había denunciado ante la Fiscalía innumerables amenazas que vía telefónica o mediante panfletos le venían realizando desde hace varios años, sin que la Unidad de Protección del Estado prestara la debida atención a las mismas.

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