El Gobierno ha presentado su nueva política sobre drogas. Sin embargo, el campesinado cocalero se encuentra inconforme por el incumplimiento generalizado para las personas que le apostaron a la sustitución. Al respecto, VOZ habló el director de la Dirección de Sustitución de Cultivos Ilícitos
Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos
La Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, Unodc, ha publicado su nuevo informe sobre el aumento de hectáreas sembradas con coca, donde concluye que durante 2022 hubo una ampliación considerable del 16 por ciento en estos cultivos.
Por su parte, el Gobierno nacional ha presentado en Cali su nueva política contra las drogas. Este nuevo enfoque fue discutido junto con 20 países de Latinoamérica y el Caribe que se reunieron en la reciente conferencia sobre este tema. Con la presencia del presidente de México Andrés Manuel López Obrador, la reunión fue importante para avanzar en el esperado cambio de paradigma.
En esta discusión es fundamental el campesinado cocalero. Los pocos avances en la implementación del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, PNIS, y el enojo de las comunidades que una vez más han visto como el Estado incumple, son uno de los retos que tendrá el Gobierno nacional si quiere una nueva política exitosa.
Para explorar este tema, VOZ habló con Felipe Tascón, jefe de la Dirección de Sustitución de Cultivos Ilícitos del Gobierno de Gustavo Petro.
El fracaso
¿Cómo han sido estos meses de trabajo al frente de la dirección responsable de la sustitución de cultivos ilícitos?
-Esta dirección heredó incumplimientos dramáticos. El PNIS quedó deformado después del plebiscito, sobre todo en materia de ejecución. Todo fue un desorden, “tiremos un poquito por aquí, otro para allá”, con ese nefasto enfoque de los proyectos individuales. Además, se circunscribió a unas zonas muy pequeñas a toda la magnitud que tenía el problema. En el gobierno de Duque se estableció un mecanismo de contratación para grandes operadores que no le cumplieron a la gente. En el primer año lo que hemos hecho es tratar de culminar los compromisos que se tienen.
Entonces, el balance es negativo.
-En mi opinión el PNIS fracasó. Tenemos que cumplir con esos campesinos que le cumplieron a la sustitución y hacer un programa nuevo. El fracaso tiene que ver con estos problemas, pero sobre todo por el abandono del espíritu colectivo y el reemplazo por uno individual.
Los campesinos cumplieron
Muchas comunidades que se acogieron al programa denuncian retrasos, incumplimientos y colapso económico. ¿Qué pasó?
-La esencia del problema está en la manera de contratar. Hay un contrato que es de 180 mil millones. ¿Quién va a tener la capacidad de ejecutar esa cantidad de dinero en los confines del territorio nacional? Eso ocasionó un rosario de subcontrataciones con unos sobrecostos multimillonarios. Algo muy grave que hemos detectado es duplicación de informes sobre asistencia técnica. Hoy están diciendo que nosotros de manera unilateral estamos haciendo los cambios, lo cual es completamente falso. Estamos siguiendo los reclamos de la gente que nos ha denunciado todo esto.
El presidente Petro ha dicho que el Gobierno no quiere sustituir una mata por otra, sino una economía por otra. ¿De qué se este cambio en la política?
-Hay dos elementos esenciales en las intervenciones que ha tenido el presidente en las asambleas cocaleras. Lo primero es reincorporar la gradualidad, es decir, la inversión la tiene que dar primero el Estado y luego el campesino tienen que cumplir. Después del plebiscito eliminaron ese enfoque, le agregaron tres líneas al final del tercer párrafo de la página 107 del Acuerdo de Paz que literalmente elimina esa posibilidad. Hicieron trizas la paz con esa jugadita porque vuelve inviable la sustitución.
Dejaron sin oportunidades a los campesinos cocaleros porque ellos cumplieron. Fueron cerca de 46 mil hectáreas de coca que se levantaron entre el 2017 y el 2018. Pero el Estado no cumplió. Lo segundo es que tenemos que hacer sustitución de economías porque el problema no es la mata, es el ingreso que obtienen de eso. La coca tiene unas ventajas competitivas. Es una economía muy eficiente, que tiene una alta rotación.
Nosotros tenemos que cumplirle a la gente que se benefició y pasar la página porque el PNIS está desprestigiado en el territorio nacional, los campesinos no han recibido nada. El desprestigio es por el individualismo asistencialista al que quedó reducido. El nuevo programa va a ser de sustitución de economías ilegalizadas.
Recuperar la confianza
Hoy los territorios siguen en el ciclo de violencia y específicamente en el tema de sustitución ya no hay credibilidad. ¿Cuál es la estrategia para que el campesinado cocalero, ahora sí, crea en la sustitución de cultivos de uso ilícito?
-Estamos en este momento en lo que hemos llamado la campaña de hambre cero. En los próximos días terminamos de repartir en total 142 mil millones de pesos a los beneficiarios del PNIS que siguen activos, porque es gente que quedó muy jodida con el bajón de precios o la desaparición de los compradores. Asé hemos empezado a recuperar la confianza.
Lo que se viene es que con los recursos que quedan del PNIS queremos ver cómo los trabajamos para iniciar de alguna manera la nueva política y que se incorporen proyectos colectivos. Ha sido muy difícil, porque encontramos demasiada mugre debajo del tapete.
Una de las particularidades del actual momento es la configuración de una nueva geografía de las economías ilícitas, con un alto impacto en los actores civiles y armados que habitan el territorio. En clave de sustitución de cultivos, ¿cómo ve el Gobierno este nuevo escenario?
-El programa en el territorio que hoy tiene más coca es el Putumayo. Si no hay paz entre el EMC-Farc con los Comandos de Frontera, muy difícil implementar la nueva política. Hay algo muy importante en lo que dijo el presidente Petro en el discurso que dio por doctorado honoris causa en la Universidad de la Paz en Costa Rica: todos los años que llevamos en guerra interna, la exportamos gracias al narcotráfico. Es imprescindible que vayan unidos, tanto la Paz Total con la sustitución de las economías ilegalizadas. Esperamos que en todas las mesas de negociación exista un componente sobre este tema.