sábado, abril 20, 2024
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Sector externo: Más allá del comercio de bienes y servicios

El tributo de nuestra economía al capital extranjero sigue siendo un lastre para un mejor desempeño económico en Colombia.

Billetes colombianos-pag economia

Carlos Fernández*

En la edición de VOZ del 7 de agosto del presente año, hicimos un análisis de la incidencia del déficit de la balanza comercial en el déficit global en cuenta corriente que arrastra la balanza de pagos colombiana desde hace unos quince años. La cuenta corriente de la balanza está compuesta, además de los flujos de comercio, por dos tipos de ingresos netos, a saber: el ingreso primario o renta factorial y el ingreso secundario o transferencias corrientes.

El ingreso primario es deficitario

El denominado ingreso primario está compuesto por dos conceptos centrales: 1) La remuneración a los asalariados colombianos en el exterior versus la remuneración de los extranjeros residentes en el país, y 2) La renta neta de la inversión, sea directa, de cartera o el rendimiento de las reservas internacionales del país. Se dice neta porque es la diferencia entre lo que se paga por la inversión extranjera en el país frente a lo que recibe la inversión colombiana en el exterior. Los rubros principales de esta cuenta son los dividendos distribuidos y los intereses pagados por los préstamos.

Las cuentas son las siguientes: mientras el promedio del déficit en cuenta corriente fue, entre 2000 y 2014, de 5.783 millones de dólares, el ingreso primario presenta un déficit promedio de 7.790,6 millones de dólares, lo que significa una proporción del 138% del déficit en cuenta corriente. A su vez, este ingreso primario se divide, en promedio para el período señalado, en 601.333 dólares (con signo positivo) para lo que tiene que ver con la remuneración a los empleados y en 7.791,2 millones de dólares (con signo negativo) para la renta de la inversión. O sea que los nacionales colombianos han recibido, en promedio entre 2000 y 2014, una suma ligeramente superior y no muy significativa a la remuneración que recibieron los extranjeros en nuestro país, en tanto que los inversionistas extranjeros en Colombia han sacado una enorme tajada en dividendos e intereses de su inversión en el país. El tributo de nuestra economía al capital extranjero sigue siendo un lastre para un mejor desempeño económico en Colombia.

Durante el primer trimestre de 2015, las cifras presentan comportamientos similares a los registrados, en promedio, hasta 2014.

¿Y el ingreso secundario?

El ingreso secundario compensó el exceso del déficit primario sobre el déficit total en cuenta corriente, al alcanzar un superávit promedio de 4.032,6 millones de dólares durante el período considerado. La subcuenta que más contribuyó a este resultado fue la de remesas de los colombianos en el exterior, con un superávit promedio de 3.468,3 millones de dólares, esto es, el 86% del superávit promedio del ingreso secundario.

Esto no quiere decir otra cosa sino que el sistema que nos rige no sólo no se hace cargo de los sectores más vulnerables sino que le endilga a la emigración económica y política la responsabilidad de mantener a sus familiares, pues no genera los suficientes puestos de trabajo como para que la gente se haga cargo de sí misma sin tener que estar sometida a los vaivenes de empleo y de remuneración de los emigrantes en países que han demostrado una enorme inestabilidad económica, como es el caso de España.

Cabe resaltar que la participación del gobierno en el superávit del ingreso secundario es ínfima: 281,7 millones de dólares de superávit en promedio entre 2000 y 2014, destacándose el hecho de que la cooperación internacional corriente presenta un déficit neto de 20,5 millones de dólares. En otras palabras, Colombia está gastando más en cooperación internacional a otros países que lo que recibe por este mismo concepto de esos otros países. Eso no estaría mal si correspondiera a una situación de prosperidad auténtica de un país sin violencia, sin emigración económica, con precariedad en el empleo, con una elevada concentración de la riqueza y de la tierra, con índices de pobreza y desempleo todavía elevados, con niveles altos de informalidad, etc. Las cuentas del sector externo, tanto en lo que tiene que ver con ingreso primario como con ingreso secundario, así lo demuestran

* Investigador del CEIS.

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