Santa Marta, 500 años

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Raúl Pacheco Granados

En la escuela, nos enseñan que “Descubrimiento” es la llegada de españoles al continente americano en 1492, fecha antes de la cual aparentemente ningún pueblo visitó América. Sin embargo, Gavin Menzies en su libro 1421 El año en que China descubrió al mundo afirma que navegantes chinos recorrieron todo el continente americano 70 años antes, entre 1421 y 1423, es decir “descubrieron” América antes de los españoles.

El 29 de julio del 1525, Rodrigo Galván de La Bastidas fundó Santa Marta, después de recorrer por 20 años el litoral atlántico y esperar la capitulación de la corona para poblar y gobernar un territorio americano. Su motivación principal era capturar indígenas para esclavizarlos y comercializarlos en las islas de Cuba, República Dominicana, Jamaica y Puerto Rico.

En 2025 se cumplen 500 años de ese hito histórico. El alcalde de derecha y Tras la Perla, fundación de Carlos Vives, presentaron una marca que vende el “descubrimiento” como un pacífico encuentro entre Rodrigo de Bastidas y los caciques Bonda y Gaira, pretendiendo olvidar la sangrienta conquista. Un despropósito. Ni siquiera hay negritudes representadas en la marca. Su intención es festejar, a lo cual se opone el movimiento cultural que construye una agenda popular de conmemoración solicitada por el presidente Gustavo Petro.

El intento de reconciliar desde el relato al saqueo español con el exterminio indígena es propio de una elite local que siempre ha buscado congraciarse con los españoles. Recordemos que la Junta de Santa Marta siempre fue un bastión realista contra el movimiento de independencia. En la era republicana, la ciudad fue gobernada por familias poderosas que mantuvieron su papel subsidiario de las elites nacionales.

Santa Marta fue gobernada por gobiernos alternativos durante doce años, período que representó un reverdecer público, con el final de 15 concesiones que desangraban al distrito, recuperación del mercado público ─donde operaban los paramilitares─ y obras como la Red de Parques, la villa Bolivariana y centros de referenciación. Este proyecto hoy parece agotado, en parte por el robo electoral de 2023.

El distrito llega a los 500 años con carencias. Según el DANE, hay pobreza monetaria de 39,7%; la cobertura parcial de acueducto y alcantarillado es de 20,7% y 16,7% según REC-SUI; un déficit cualitativo de vivienda (calidad de vivienda) de 40,7%; desempleo de 9%, desempleo juvenil en 19,3% e informalidad de 61,1%. La extorsión se disparó en el comercio local y la zona rural es nuevamente controlada por paramilitares.

Los 500 años representan una oportunidad para balancear el pasado y, sobre todo, luchar por el futuro. La ciudad más antigua de Colombia debe retomar la vanguardia en la lucha por un gobierno local popular, ahora con un proyecto con una raíz colectiva en consonancia con la lucha nacional, por 500 años más fructíferos. Vamos hacia allá.

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