Relatos por la verdad: el compromiso de las comunistas

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Anita Castellanos.

Ana Ruth Castellanos es una gran dirigente viviendista y militante del Partido Comunista Colombiano, fundadora del Barrio Policarpa, quien sobrevivió gracias a su tenacidad a diferentes periodos de violencia del país. Su historia hace parte de la memoria de las mujeres comunistas para la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad

Redacción Mujeres

Ana Castellanos llegó al barrio Policarpa en febrero de 1962, acompañada de su esposo y embarazada de su hija mayor. El mismo mes en que llegaron tuvieron que enfrentar la arbitrariedad de las autoridades, que siempre buscaban la forma de obligarlos a desalojar, a Anita, (como cariñosamente le llaman sus amigos y familiares) y su familia, como al resto de las familias que habían hecho la toma del barrio en procura de construir viviendas. Estas familias venían desplazadas de diferentes regiones, debido a la violencia generada en todo el país como resultado del Bogotazo y buscaban un lugar seguro donde poder vivir. Al llegar a Bogotá, vieron la posibilidad de tener una vivienda digna, porque el Partido Comunista estaba promoviendo la construcción de barrios populares a través de Provivienda.

“Desde el primer momento, la policía llegó a golpearnos con bolillo, a arrastrarnos y a subirnos por las malas en las patrullas. Las mujeres éramos las que estábamos enfrente de la lucha y como yo era muy rebelde les gritaba y no dejaba que me agarrasen. Estaba embarazada y mi hija recibió un golpe en ese momento”. Así comienza el relato de Anita.

La identidad de los hombres

Para el momento de la toma del Policarpa, no era fácil para los hombres conseguir trabajo para el sustento de sus familias, pues, eran señalados y perseguidos, peor aún era la situación para los militantes del Partido Comunista, tan hostigado en ese momento.

Las mujeres, entonces, se hacían cargo de proteger la identidad de sus compañeros, para que no corrieran el riesgo de ser despedidos de sus lugares de trabajo:

“En ese entonces los hombres eran los que trabajaban y las mujeres nos quedábamos haciendo el oficio y cuidando a los niños. Ellos tenían que trabajar y tenían que ocultar su identidad y lugar de residencia. Nosotras los cubríamos para que no los identificaran y perdieran el trabajo. Evitábamos de cualquier forma, que fueran detenidos o identificados como de aquí del barrio”, recuerda Ana Ruth.

Cuando llegaban a las autoridades a despojarlos, recuerda la mujer que:

“Las mujeres éramos las que salíamos al frente y gritábamos para que no se los llevaran, una vez una compañera embarazada de gemelos se lanzó en frente de la patrulla para que no se llevaran a su compañero. Y no nos movimos hasta que no soltaron a los detenidos y estábamos preparando ya la última toma de terreno. Entonces, a los hombres tratábamos de protegerlos mucho, sobre todo, de mantener oculta su identidad, porque si llegaban a salir por los medios o algo, pues perdían sus trabajitos”.

La educación de las niñas, niños y jóvenes del barrio

Una de las características más importantes que tuvo el Policarpa fue la forma de organizar a los niños, niñas y jóvenes del barrio. Había, por ejemplo, un grupo de Pioneros Comunistas, al que pertenecía su hija mayor, Martha Isabel. En ese espacio las niñas y los niños recibían talleres de pintura, música y danza y además se les enseñaba sobre el barrio y su historia.

En cuanto a la crianza de los hijos e hijas, resalta la mujer:

“Desde muy pequeña fui muy rebelde, entonces con mi esposo teníamos una contradicción muy fuerte, porque yo nunca aceptaba lo que a mí se me quisiera imponer, y la formación de mis hijos la tomé por mi cuenta y los eduqué en la igualdad y el respeto. Nunca permití que mi hija mayor tuviera que trabajar para sus hermanos menores, pues a ellos les enseñé a ser autosuficientes, cada quien hacía sus cosas. Entonces, mi hija mayor siempre fue una joven muy libre, a diferencia de otras chicas del barrio”.

A sus 80 años, Anita Castellanos sigue siendo una militante ejemplar del Partido Comunista y es una de las más comprometidas con la distribución permanente del semanario VOZ.