viernes, abril 19, 2024
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Reficar, la máxima corrupción

El escándalo de la Refinería de Cartagena es la obra maestra de la corrupción en la historia contemporánea del país. Uribe y Santos igual de responsables

Solamente la Contraloría de la República, entre los organismos de control, ha tomado cartas en el asunto de corrupción más grande de la historia colombiana. Reficar está siendo inspeccionada por el ente de control fiscal desde hace tres años. En un extenso informe se da cuenta de cómo se robaron cuatro billones de pesos en la construcción de la que prometía ser la refinería de petróleo más moderna del continente.

Los sobrecostos, la sobrefacturación, el condicionamiento de los contratos, el carrusel de la contratación, las decisiones de la empresa Ecopetrol y su junta directiva, encargadas del proyecto Reficar y la indebida planeación, fueron algunas de las denuncias que salieron a relucir el pasado 3 de mayo en un debate ante la plenaria del Senado de la República. Los dos mayores responsables políticos del descalabro financiero de Reficar intentaron por todos los medios eludir su responsabilidad.

Lavado de manos

Tanto la bancada del Centro Democrático como la bancada de la Unidad Nacional capotearon sin éxito los cuestionamientos a las decisiones tomadas por los gobiernos del expresidente Álvaro Uribe y el mandatario Juan Manuel Santos. Para el primero, las decisiones fueron las más acertadas pues la seguridad jurídica de los inversionistas extranjeros estaría en duda si no se hubiera entregado la construcción de la refinería a la empresa suiza Glencore con un contrato llave en mano, es decir, que no se le pagaría un tope máximo por la construcción de las instalaciones sino que se pagaría por el costo de la obras deducido de los gastos en que la empresa Glencore incurriera.

La empresa Glencore no tenía la experiencia suficiente para un proyecto de esas magnitudes. El gobierno del presidente Uribe la había escogido para ser la encargada de construir la planta sabiendo que esa empresa en el año 2007 era una comercializadora internacional de materias primas de minería y de hidrocarburos líquidos. Y nunca había construido una refinería. Para el 2009 el mismo gobierno decide recibirle el proyecto a Glencore después de su fracaso en la construcción para entregársela a la empresa Chicago, Bridge & Iron, CB&, que tampoco reunía las condiciones para sacar adelante el proyecto. Dos decisiones equivocadas que no supo justificar el expresidente Uribe.

Por otro lado, el presidente Juan Manuel Santos, ya se había manifestado días antes del debate, señalando que él no percibía corrupción en el escándalo de Reficar, lo que había según el mandatario era una mala planeación del proyecto.

La Actuación Especial de Fiscalización que adelanta la Contraloría sobre Reficar estaría terminando en septiembre, mientras la Procuraduría General de la Nación guarda silencio y la Fiscalía en un comunicado de prensa absolvió, sin investigación alguna, al Ministro Cárdenas y al presidente de la compañía Ecopetrol, Juan Carlos Echeverri exponiendo que los dos son “funcionarios que han actuado con total transparencia”.

Reficar sin antecedentes

“Las decisiones equivocadas, gerencias perversas y actos de corrupción en Reficar le costaron al país tres veces más que sumados los escándalos de Agro Ingreso Seguro, la vía Bogotá-Girardot, las obras de los hermanos y primos Nule, la 26 en Bogotá y Coomeva junto a Saludcoop”, señaló la dirigente del Partido Alianza Verde, Claudia López en el Senado.

El ingreso de CB& al proyecto pretendía readecuar los tiempos y los costos perdidos con Glencore. Pero la Contraloría encontró casos de sobrecostos injustificados. Por ejemplo, los gastos estimados por CB& en la implementación del Rack de Tubería, casi 400 kilómetros de tubos de conducción, era de $49 millones de dólares en 2010 y el costo final ascendió a $112,7 millones de dólares en 2015. En el mismo rubro, la mano de obra para la instalación de esa tubería tenía un costo aproximado de 40 millones de dólares; el costo final superó los 89.7 millones de dólares.

La investigación fiscal en cabeza del contralor Edgardo Maya encontró adiciones presupuestales en un número significativo de contratos que va “del 100%, del 200%, del 300%, del 500%, del 1.000%, del 2.000% más del valor inicial del contrato. En el sector público, un contrato no se puede adicionar por más del 50% de su valor inicial”, anotó Maya Villazón.

Cartel de privados

En cuando a corrupción del sector privado se halló un carrusel de proveedores. Nueve empresas, recomendadas por CB&, se distribuyeron una parte importante de la subcontratación. Se identificaron irregularidades por un valor de $890.000 millones en solo 26 contratos adjudicados a las nueve empresas. El valor de estos contratos sufrió un incremento del 69%, puesto que el valor inicial de los mismos era de $526,565 millones. Las nueve empresas resultaron ser los proveedores con los más altos precios del mercado.

En el último quinquenio el robo del erario se hizo con complicidad de la empresa Foster Wheeler encargada de la auditoría a los contratos ejecutados por CB&. El control gerencial de esa empresa fue calificado por el Contralor como vergonzoso. “Realmente no hubo ningún control. Es un constructor gerencial de proyectos y lo que hace es poner un simple sello para que paguen la cuenta que presenta Reficar”, apuntó Maya Villazón.

En ese sentido la senadora Claudia López dijo: “Los protagonistas de Reficar, Uribe y Santos, le dicen a las regiones que la corrupción está allá donde no saben formular ni presentar un proyecto. En Reficar estaba lo más granado de la tecnocracia bogotana. Todos graduados en importantes universidades. Qué fracaso como administradores”, subrayó.

La culpa a los trabajadores

Por su parte la bancada del Polo Democrático denunció la persecución laboral de CB& al sindicato de trabajadores de Reficar asociados en la Unión Sindical Obrera. Señalaron que la empresa norteamericana pretendía culpar al sindicato de los retrasos en las obras acusando ante el Ministerio de Trabajo a la USO, mientras sus directivos entregaban facturas de cobro por horas trabajabas del orden de los 400 dólares por directivo. Lo mismo sucedía con la solicitud del pago de vacaciones y en bonificaciones. Todo pagado por Ecopetrol.

“Han pretendido responsabilizarnos a la USO de buena parte de los sobrecostos en el proyecto de Reficar, afirmaciones infundadas que rechazamos vehementemente porque no manejábamos chequeras, no firmábamos ni entregábamos contratos, es más como denunciamos irregularidades cometidas contra los trabajadores, la empresa CB&, Reficar y Ecopetrol bloquearon el ingreso de los dirigentes sindicales al proyecto. Como la empresa contratista se negaba a pagar los salarios convencionales se hizo un paro que duró tres días los cuales les fueron descontados a los trabajadores”, indicó Cesar Loza, presidente de la USO, en la plenaria del Congreso de la República.

Lo que viene

El Gobierno nacional da por hecho que la demanda ante el tribunal de arbitramento impuesta contra CB& por los sobrecostos, será una victoria que representará dos billones de pesos recuperados. Pero los antecedentes en este tipo de pleitos nunca han sido favorables para el país. Mientras tanto intenta salvaguardar su responsabilidad repitiendo una y otra vez que la corrupción en Reficar no fue de los tecnócratas allí nombrados.

La USO advirtió que no pueden utilizar como una cortina de humo lo que pasó en Reficar para no hacer la modernización de la Refinería de Barrancabermeja: “Queremos exigirle al Gobierno que cumpla con el compromiso de adelantar la ejecución del proyecto de modernización de la Refinería. Consideramos que hay que hacerlo bien con controles exhaustivos que impidan que se convierta en un foco de corrupción, en otro Reficar”, puntualizó César Loza.

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