viernes, abril 19, 2024
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Reficar: Abrieron la llave de la corrupción

Este es uno de los recientes escándalos de corrupción en Ecopetrol que llevan a la empresa por el camino de la desfinanciación. Gobierno en silencio

Hernán Camacho
@camachohernan

Finalizado el mes de octubre del pasado año, el presidente Juan Manuel Santos ponía en su cabeza un casco amarillo y en sus manos guantes industriales para abrir la primera válvula de inyección en las instalaciones del campo petroquímico más avanzados tecnológicamente del continente. La refinería de crudo de Cartagena, Reficar, era inaugurada por el jefe de Estado con bombos y platillos. Dijo en aquella oportunidad que la refinería solventaría las finanzas del país en tiempos de crisis petrolera. Ese día, el 21 de octubre, el barril de petróleo se encontraba a 45 dólares.

Reficar está instalada en 140 hectáreas al sur occidente de Cartagena, integrada al complejo industrial de Mamonal. Con 700 kilómetros de tubería es capaz de producir 165 mil barriles de petróleo diarios, cuatro mil barriles de gas, 40 mil barriles de gasolina, 10 mil barriles de combustible para avión y 90 mil barriles de diésel. El proyecto es un ambicioso plan de crecimiento para la empresa Ecopetrol que desde el mandato de Álvaro Uribe se trató de apalancar con una serie de documentos Conpes desde 2006.

Auditoría

Reficar, como buena parte de las obras del Estado colombiano, no estaba exenta de cuestionamientos; estos tan grandes como su tamaño. La Contraloría General de la Nación alertó en los últimos días los sobrecostos de la obra. De acuerdo al ente investigador, Reficar tenía un costo inicial de 3.993 millones de dólares en 2009 y el presupuesto con que se terminó el campo petrolero fue de 8.015 millones de dólares. Una diferencia de 4.022 millones de dólares por los cuales nadie responde.

Pero no solamente los sobrecostos aquejan el proyecto. El inicio de la obra se dio en 2009 y se calculó su finalización en el primer semestre del año 2012 para entrar en operaciones al cien por ciento en septiembre de ese año. Los 27 meses de retraso de la obra los estimó la Contraloría en unos 1.106 millones de dólares que dejaron de entrar a las arcas del Estado. Con esas graves denuncias ni la Junta Directiva de Ecopetrol, filial de Reficar, ni el gobierno nacional o los ministerios de Minas y Hacienda se han pronunciado.

Las pérdidas

Pero además, producto de esa demora, Reficar obtuvo una utilidad negativa y los compromisos económicos con acreedores fueron asumidos por Ecopetrol, además del sostenimiento de la operación de la planta antigua de Reficar, financiándose con préstamos de tesorería. Según la Contraloría las pérdidas de Reficar entre los sobre costos de la construcción, las adiciones presupuestales a las empresas implicadas en la construcción, con el pasivo generado por la operación de Reficar y lo que dejó de percibir la planta, la suma asciende a 1.69 billones de pesos.

Contrato leonino

Entre las denuncias por sobre costos se encuentran: la compra e instalación de maquinarias y plantas de segunda facturadas como nuevas; pago de nóminas paralelas y más de 2.460 contratos con sobrecostos hasta del 3000%, pagos de gastos para funcionarios de CBI entre los que se cuentan viajes nacionales e internacionales, vigilancia privada, alquiler de vehículos y cuentas de bares de La Heroica.

En la refinería de Cartagena hay más de 200 extranjeros contratados con las empresas ICG, Foster Wheeler y Reficar, para el arranque de la refinería. Tales trabajadores en promedio reciben una remuneración salarial de quince mil dólares mensuales. Se les paga alojamiento y transporte. Una nómina innecesaria dada la capacidad de los operadores de Ecopetrol cuyo costo es apenas un 75% menor que el pago a los extranjeros.

La principal beneficiaria de la contratación en Reficar es la empresa norteamericana Chicago Bridge & Iron, CB&I. La firma norteamericana, sin experiencia en construcción de campos petroleros, logró que Ecopetrol firmara un contrato con la modalidad de “gastos reembolsables”. Un contrato leonino pues los sobrecostos que se generan en la construcción los asumiría Ecopetrol para que al finalizar la obra fueran reembolsables por CB&I.

Ahora esa empresa pretende cerrar sus oficinas en el país e irse sin responder ante la justicia. Así lo denuncia el Contralor Edgardo Maya Villazón. “La información que tiene la Contraloría, y que lo vamos a constatar en el día hoy, es que se están yendo del país y creo que pueden incurrir en algunas conductas de carácter penal. Aquí hay que entregar toda la información, no se puede borrar, y no se pueden sustraer los discos duros de los equipos, que es lo que están haciendo, según algunas denuncias que se han conocido”, subrayó.

Advertidos por la USO

Una contratación sospechosa por la que también debe responder el gobierno del expresidente Álvaro Uribe y sus ministros de Hacienda: Óscar Iván Zuluaga y Alberto Carrasquilla, así como los presidentes de Ecopetrol Javier Gutiérrez y el gerente de Reficar Orlando Cabrales. La opinión se pregunta: por qué desechar la oferta de modernización del complejo petrolero presentada por la estatal brasileña Petrobras con mayor experiencia en construcción de campos petroquímicos.

En efecto para el año 2016 la directiva de la empresa petrolera colombiana proyecto un plan de inversión de 14 billones de pesos, pero las cuentas no cuadran. Las utilidades de la empresa durante los tres últimos trimestres sumaron tres billones de pesos. Una cifra que no apalanca el 50% del plan de inversiones para 2016 dejando un déficit de casi 10 billones de pesos.

“Hoy Ecopetrol tiene una deuda creciente contraída en dólares por la nubes, que supera los 33 billones de pesos, reservas que no alcanzan los 7 años, un sobrecosto de más de US4.000 millones por la Refinería de Cartagena, sobrecostos generados en la planta de etanol propiedad de la filial Bioenergy superior a los US1.200 millones, pérdidas generadas en la Refinería de Barrancabermeja por bajo margen de refinación, la acelerada depreciación de activos y las altas amortizaciones, el desmesurado apetito por privilegiar la compra externa de nafta (diluyente) estimadas en 3.3 billones de pesos”, expresan con preocupación directivos de la USO que ya habían denunciado la corrupción de Reficar en las páginas del Semanario VOZ.

Las decisiones equivocadas de la Junta Directiva de Ecopetrol y la permisible corrupción de manos extranjeras están conduciendo a la empresa a una desfinanciación abriendo las puertas a la privatización. Un escándalo de tantos quilates tendría en la cuerda floja al jefe de la cartera de Minas y Energía así como al presidente de Ecopetrol, pero guardan silencio.

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