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Presupuestos para la guerra

En el trabajo de la docente Juliana Castellanos, “¿Cuánto nos cuesta la guerra?”, ésta deja entrever que solo el gasto directo en el sector defensa en los últimos 10 años fue de 220 billones de pesos.

Helicópteros en aeropuerto militar.
Helicópteros en aeropuerto militar.

Gerardo Esteban Vargas*

Determinar cuál es el gasto destinado a la guerra interna en sus diversas aristas resulta una tarea difícil pero imprescindible, ya que la muerte y destrucción representan un costo invaluable para la sociedad colombiana en su conjunto y tiene, además, una gran incidencia negativa para las futuras generaciones. Pero ello no impide que se generen trabajos al respecto, ya que en un estudio de Juliana Castellanos[1. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13198657 (Consultado el 3 de marzo de 2015).], catedrática del Politécnico Gran Colombiano, se hace una aproximación de los rubros que ha utilizado el Estado colombiano durante el desarrollo del conflicto fratricida en el cual sobrevivimos.

El pueblo paga por las ejecuciones extrajudiciales

En el trabajo de la docente Juliana Castellanos, “¿Cuánto nos cuesta la guerra?”, ésta deja entrever que solo el gasto directo en el sector defensa en los últimos 10 años fue de $220.000.000.000.000 (220 billones de pesos). Este dinero, aportado por toda la ciudadanía, representa básicamente los recursos destinados a pagos de sueldos de más de 400 mil hombres, logísticas, intendencia y armamento.

A esto se le suman las tácticas utilizadas con el afán de obtener premios e incentivos dados por la aplicación sistemática de más de tres mil ejecuciones extrajudiciales de jóvenes humildes, de las zonas periféricas de varias ciudades del país. Gasto, y prácticas aberrantes realizadas por una Fuerza Pública bárbara, con actitudes motivantes solo de mercado.

Así mismo, las penas a las cuales los mercenarios han sido sometidos no son proporcionales al daño causado para cualquier sociedad medianamente civilizada. Hecho que deja vislumbrar que estos recursos realmente son destinados para la defensa de los dueños del capital.

Por otro lado, los medios masivos de comunicación, bajo la tutela de la oligarquía criolla, muestran a los “héroes de la patria” defendiendo el modelo neoliberal, que permite la alta desigualdad de ingresos y distribución de los recursos entre la población; favoreciendo así, a una pequeña y selecta clase dirigente en detrimento de las grandes mayorías sumidas en la pobreza y desempleo.

Ejércitos para someter pueblos

En este sentido, la mayor preocupación de la clase alienante es la derrota o aniquilación de su enemigo natural de clase. A la oligarquía no le interesa ni le preocupan la pobreza, la indigencia, la ignorancia o la salud del pueblo; solo le interesa mantener su estado dominante sobre las mayorías. Es así, que en el año 2002, el país tenía dos unidades de contraguerrilla, y para el año 2006 se habían incrementado 12 unidades más. Eso implicó que la inversión en estas tropas pasara de $38.657.000.000 a $512.711.000.000 en ese periodo.

Operaciones militares de infamia

Ejemplos de excesos militares se pueden encontrar en los miles de bombardeos indiscriminados en suelo patrio y contra colombianos humildes que subsisten a la opresión de la oligarquía.

Un caso como el de la operación Fénix[2. http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/10331-operacion-fenix-sus-consecuencias (Consultado el 04 de marzo de 2015).], el 1 de marzo de 2008 con más de tres mil militares, apoyados por aviones, helicópteros y la tecnología más sofisticada de rastreo electrónico satelital que posee el ejército colombiano, participaron en una acción militar en territorio ecuatoriano para aniquilar dos escuadras de guerrilleros, entre ellos a Luis Edgar Devia Silva, nombre de batalla “Raúl Reyes”. Quedando, así, al descubierto que la asesoría militar y de inteligencia por parte de Israel y de los Estados Unidos apuesta a una solución militar a cualquier costo.

Para el 23 de septiembre de 2010, fue realizada otra operación militar denominada Sodoma, en la que fue brutalmente asesinado Víctor Julio Suárez Rojas, nombre de batalla “Jorge Briceño Suárez”. Esta misión fue desarrollada principalmente por la Aviación del Ejército con 34 helicópteros, en los que se transportaron entre 700 y 800 hombres, junto con otros 1.000 soldados de apoyo.

En dicha operación también participaron algunas aeronaves de la Fuerza Aérea entre Super Tucanos, Kfirs, aviones de inteligencia y otras, llegando a sumar unas 72 aeronaves, las cuales activaron más de siete toneladas de explosivos, lo cual hace posible recordar que Pablo Escobar utilizó 500 kilos de dinamita para el atentado del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), y ha sido catalogado terrorista, y con razón de ser.

¿Cómo llamar, entonces, a estos hombres pagados por el pueblo, y enviados por oligarcas a asesinar a un hombre con artefactos con quince veces más poder letal explosivo?

Son muchos los casos que se pueden analizar del comportamiento y manejo de los recursos de la nación y mucho más de una institución que está para proteger y salvaguardar la vida y honra de la población nacional. Aquí valdría cuestionarse si realmente son “héroes” como los llama la gran prensa, o idiotas útiles, pagados por el pueblo, que reciben órdenes y son amaestrados por los hombres detrás del poder.

* Economista Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales (CEIS).

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