Editorial 3255
El Partido Comunista Colombiano, PCC, es una fuerza política que históricamente ha hecho presencia en la región del Catatumbo, sus militantes, humildes campesinos y campesinas que, a través del trabajo social, popular, comunal, cultural y económico local, han aportado a su desarrollo, han trabajado siempre por la defensa de la vida y la tierra, por la coexistencia pacífica de todos los pensamientos, formas y procesos organizativos del pueblo.
La Dirección Nacional del PCC, sobre los acontecimientos en el Catatumbo, expresa, primero, su solidaridad con todo y todas las personas que sufren hoy el desplazamiento y el asesinato de sus familiares y, segundo, su preocupación por los acontecimientos que llevan a un punto crítico la política de Paz Total del Gobierno nacional, bajo la figura de enfrentamientos entre estructuras armadas, algunas en ceses bilaterales de fuegos pactados con aquel y otras que han retornado a la ilegalidad contrariando la voluntad manifiesta del gobierno del cambio, representan una modalidad violenta de sometimiento de territorios, con métodos inaceptables de terror sobre los liderazgos sociales y contra la población civil.
El PCC, desde su inclaudicable lucha por la paz integral y la defensa de la vida, hace un llamado al Ejército de Liberación Nacional, ELN, y al Frente 33 Mariscal Sucre-EMB, para que, en el marco de las diferencias, prime el diálogo y no el escalamiento de la guerra. Acudimos a sus históricas banderas de lucha, para que se respete la vida de la población civil, que cesen de manera inmediata el fuego y las hostilidades y se permita al movimiento social e instituciones del Estado colombiano ingresar al territorio, buscando avanzar con las acciones humanitarias que sean necesarias.
Instamos al ELN a un cese urgente de violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Estas acciones no solo contradicen los principios de una organización rebelde con anhelos de cambios revolucionarios, sino que también socavan la confianza en su Mesa de Diálogos. Instamos al ELN a rectificar y adoptar una postura coherente con la construcción de una paz genuina, que posibilite ampliar el respaldo social del pueblo colombiano al proceso.
Exigimos el desescalamiento del conflicto armado en el Catatumbo, a partir de un cese multilateral de fuegos y hostilidades, con base en el compromiso de las estructuras armadas de respeto sin excusas a la población civil no combatiente, con plenas garantías para su retorno, independientemente de las valoraciones subjetivas sobre opciones ideológicas, que incluya el reconocimiento y respeto a los procesos por la defensa de los derechos humanos y permita la apertura de canales humanitarios que ayuden a salvar vidas, insistiendo en que el diálogo y la solución política al conflicto armado debe ser el único camino para dirimir las conflictividades existentes.
Exhortamos a la construcción de un amplio espacio de encuentro entre organizaciones sociales y políticas, a las plataformas y organizaciones de derechos humanos con el objetivo de impulsar el movimiento social unitario por la paz y convocar una gran movilización nacional que exija tanto al Gobierno nacional como a las organizaciones armadas, el compromiso de mantener, de manera irrestricta e irreversible, el camino hacia una salida política y dialogada al conflicto social y armado.
Llamamos al pueblo colombiano a la movilización nacional en defensa de la vida y del derecho de las poblaciones del Catatumbo a convivir en paz en sus territorios. Nos sumamos a la jornada nacional e internacional de movilización el 30 de enero y a las demás iniciativas de solidaridad con el pueblo catatumbero.
