Magdalena Medio. Diversas organizaciones sociales y comunidades de esta región del país exigen al Gobierno nacional la búsqueda de alternativas a la actividad extractivista y hacer énfasis en políticas agrarias
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Antes de la segunda vuelta presidencial, 200 representantes de organizaciones políticas, agrarias, sindicales y comunitarias de la región del Magdalena Medio, se reunieron para discutir acerca de los daños que les deja el modelo extractivista.
Según los activistas en esta región se expresan profundas contradicciones, puesto que la abundancia de sus bienes comunes no se corresponde con el empobrecimiento al que están sometidos sus pobladores; esta contradicción ha nutrido históricamente el conflicto social, político y armado en el que se disputa el control del territorio y sus pobladores.
“Esta región es víctima de un modelo económico despojador y depredador, que en su pretensión de apropiarse del petróleo, el carbón, el agua, minerales preciosos, las tierras, ha dejado destrucción de los bosques, la contaminación de las aguas y el desarraigo de las comunidades con impactos irreversibles a nuestras culturas, nuestra economía”, dice en uno de sus apartes el documento suscrito por la Cumbre Agraria y la Mesa Social Mineroenergética y Ambiental para la Paz.
A diferencia de como se piensa, las organizaciones no piden una erradicación del extractivismo, sino modificaciones en su aplicación y alternativas de desarrollo económico para las comunidades y los campesinos. “En consecuencia, nos hemos dispuesto a entablar un diálogo entre comunidades y sus organizaciones, con otros actores sociales y políticos, tales como empresas del sector minero energético, las instituciones del Estado, a fin de poner en discusión la actual política minero energética y ambiental”, expresan en el comunicado en el que también exigen cumplimiento del Plan de Modernización de la Refinería de Barrancabermeja, como parte de las alternativas para desarrollar la industria, generar empleo y reducir el impacto ambiental.
Además, se recogen en la propuesta de Ley Marco de Hidrocarburos, promovida por los trabajadores de la Unión Sindical Obrera, USO, por lo que se comprometieron a continuar su socialización con las comunidades urbanas y rurales para avanzar en la ruta de soberanía nacional sobre los hidrocarburos.
Hablan los líderes
Eduardo León, dirigente de Cumbre Agraria explicó a VOZ que lo que se hace desde su organización es proponerle al país un diálogo nacional de carácter mineroenergético en la perspectiva de buscar cambios en el modelo imperante. “Hay un acuerdo con el Gobierno nacional para que se puedan adelantar estos espacios, pero el Gobierno dice que esto no es vinculante, sino que verán si toman en cuenta algunas propuestas de las comunidades. Creemos que debe ser vinculante y que debe haber cambios porque esta política es nociva para las economías por generar dependencia de estos recursos, no es amigable con el medio ambiente”.
Por su parte, Francisco Castillo, de la Mesa Social Minero Energética y Ambiental por la Paz, sabe que con la llegada de Iván Duque a la Presidencia de la República, la apuesta de cambio de modelo mineroenergético y ambiental que hacen se cae, porque se intentará sacar el máximo de petróleo y carbón en el menor tiempo, con las consabidas consecuencias culturales, económicas y ambientales. “Ya hay proyectos aprobados al sur del Cesar y en el Magdalena Medio, por lo que creemos que desarrollen el fracking que acaba con la flora, la fauna y el agua fundamentalmente. Pero también se fomentará la industrialización del campo para que las multinacionales desarrollen monocultivos como palma, caña, para agrocombustibles. Por eso tenemos un escenario adverso, pero hay posibilidades de que el movimiento social se dé cuenta de que somos más de ocho millones”.
Movilización
Para los dirigentes sociales, lo que se debe buscar es un proceso de transformación del modelo hacia la búsqueda de fuentes alternativas de energía y que el extractivismo no sea la fuente principal de la economía del país.
Pero, al no haber un cambio en el modelo por el triunfo de Iván Duque en las urnas, Eduardo León expresa que hay una negociación en marcha entre la Cumbre y el Gobierno y creen que el próximo la continuará. “De no ser así, la movilización volverá a ser el recurso que les queda, como lo han venido haciendo durante años”.
Las organizaciones también piden moratoria para ciertos proyectos y que se discutan sus impactos, aunque entienden que en estos hay avances y no los pararán, por lo que solicitan una reglamentación.
“Con el ánimo de ser parte de la solución, nos comprometemos a llevar las propuestas surgidas de este diálogo nacional minero energético a los diversos sectores de la sociedad, exigiendo que estás sean incorporadas en la formulación del próximo Plan Nacional de Desarrollo y demás instrumentos jurídicos de planeación”, expresan las conclusiones del encuentro y anotan: “Seguiremos caminando la palabra y fortaleciendo la movilización por el reconocimiento y respeto de las diversas formas de vida que confluimos en este espacio de diálogo para la transición energética, por la construcción de un nuevo modelo energético que respete los gobiernos propios, las autoridades étnicas, que se articula con nuestros planes de vida, que nos reconozca como autoridades ambientales, que reconozca a la naturaleza como sujeto de derechos y los derechos de la madre tierra, el diálogo de saberes y la educación propia guiada por nuestras cosmovisiones y cosmogonías serán el camino más rápido de esta transición”.
La Mesa Social Mineroenergética está compuesta por organizaciones como la USO, Sintracarbón, Sintraelecol, Ríos Vivos, y más de 70 del ámbito nacional y local.
La sede del encuentro fue Barrancabermeja, aunque asistieron representantes de organizaciones y comunidades de Boyacá, Santander, Norte de Santander, con 200 asistentes, los primeros días del junio. Otros encuentros en el oriente del país y en el suroccidente se preparan para recoger más propuestas que permitan construir colectivamente modelos alternativos de desarrollo, más humanos, más incluyentes.