La primera vuelta presidencial es en marzo
Hernán Camacho
@camachohernan
El próximo 11 de marzo, además de elegirse el nuevo Congreso de la República, se disputarán dos candidaturas presidenciales. La izquierda y la derecha dejarán a uno de sus candidatos en firme. De una parte, se disputará la candidatura única de la izquierda el exalcalde Gustavo Petro y el también exburgomaestre de la ciudad de Santa Marta, Carlos Caicedo. Por la derecha, la disputa estará entre Iván Duque, Alejandro Ordóñez y Marta Lucía Ramírez, en el tarjetón gris.
El tarjetón amarillo será el que definirá el candidato de la izquierda. En los mentideros políticos la consulta primaria de la izquierda ya se encuentra definida. Sin embargo, la consulta significa mucho más que elegir el candidato único de la izquierda, se trata de dar el primer golpe electoral y decantar la disputa por la presidencia un mes antes de las elecciones en primera vuelta el próximo 27 de mayo.
Un resultado negativo para la izquierda es que la gente no vaya a votar en el tarjetón amarillo por la convicción de que Gustavo Petro ya es el ganador, puede sepultar esa candidatura antes de disputar la primera vuelta presidencial. Igualmente sucede en caso que la derecha colombiana saque un número de votos considerables y muy superior a la consulta de la izquierda.
Eso reunificaría a la derecha colombiana y decantaría el camino presidencial a dos opciones: el ganador de la consulta del tarjetón gris y la candidatura que mantiene a la maquinaria del establecimiento, Germán Vargas Lleras. Y se abriría el camino, ya no solo de hacer trizas la paz sino echar para atrás los acuerdos de paz de La Habana, acabar con la mesa de diálogo de Quito, y dejar a la izquierda colombiana en el ostracismo.
La campaña del candidato Gustavo Petro va ganando en las plazas públicas el pulso. Ningún candidato presidencial se le mide a llenar plazas públicas, solamente Germán Vargas Lleras, logró en Cúcuta emitir una imagen impactante por la asistencia de la gente a escuchar su discurso. Ni los candidatos de la consulta gris, ni Sergio Fajardo y menos Humberto de la Calle han logrado convocar, con partidos tradicionales como el Partido Liberal y el Polo Democrático, las plazas públicas en más de tres ciudades.
En la tribuna, Gustavo Petro, ha logrado elevar un discurso cargado de propuestas. La democratización del saber es la nueva política educativa en el país, gratuita, universal y de calidad, con énfasis en la educación inicial, es decir a niños entre 4 y 8 años. La democratización de la tierra, es la implementación de los acuerdos de La Habana, adicionando el incremento del predial a los latifundios que no están siendo productivos, y termina con la necesidad de entregarle al campesinado educación y tecnología para convertirlo en “una clase granjera emergente”. En cuanto a la salud, la propuesta es eliminar las EPS, llevar el sistema de salud a una transición para acabar la salud como lucro y retornarle su naturaleza de derecho fundamental. Solamente esos postulados son los que la gente ha venido escuchando en las plazas públicas y replican en los barrios y sus familias.
Por los lados de la derecha, la estrategia es evitar a toda costa que Gustavo Petro siga acumulando fuerza política. Para ello se han utilizado en los espacios de televisión nacional y la propaganda en radio a venezolanos que llaman a no votar por los que según ellos representan el modelo venezolano. Y por los lados de Cambio Radical, la estrategia es la misma. Ubicar a Gustavo Petro como heredero de Hugo Chávez. La consigna del “castrochavismo” es la estrategia utilizada para no entrar a debatir las visiones de país que deberían estar en el debate público.
Esa clase política se ha hundido en una corrupción sin limite y ha llegado a niveles de incapacidad extremos, para solucionar los problemas que aquejan a la sociedad. “Desde el pasado, el miedo ha sido el instrumento de sometimiento, el miedo ha sido la adoración de la muerte misma, con el miedo nos han hecho odiar la paz, a la diferencia, a la posibilidad del cambio. El miedo produce la desconfianza al cambio y la aceptación pasiva de la ignominia. El miedo produce que la gente le tenga temor a los de abajo y no a los bancos que los dejan sin trabajo, pensión y casa. Sin la guerrilla de las FARC en las montañas, ahora el miedo es el “castrochavismo”, que es una estrategia para señalar a los que plantean un cambio como seguidores del modelo de Venezuela”, señaló Gustavo Petro.
La decisión del 11 de marzo, resulta clave para las transformaciones del país. La bancada Decentes que surja de esas elecciones será el equipo político de una campaña que tiene posibilidades ciertas de ganar las tres etapas del camino a la presidencia, la consulta del marzo, la primera vuelta del 27 de mayo y la definitoria de la segunda vuelta. A votar por la consulta del tarjetón amarillo, la consulta de la izquierda.
