Por fin un presidente con un programa realmente democrático e incluyente
José Ramón Llanos
Perú tiene una superficie de 1.285.220 Km2, y una población de 32.660.000 habitantes; por densidad de población ocupa el octavo lugar del mundo con 25.000 habitantes por kilómetro cuadrado, tiene una tasa de crecimiento de 15 por cada mil habitantes anualmente, su capital Lima es la que tiene el mayor número de habitantes con 10.680.000. Las expectativas de vida al nacer son de 76 años.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI) la pandemia deterioró la situación social del país, más de tres millones de pobres pasaron a la pobreza extrema; debido al desempleo millones de habitantes de las ciudades migraron hacia las zonas rurales. Según este instituto hoy hay un poco más de 10 millones de pobres en el país.
Lima presenta el panorama social más deprimente, según el INEI en el 2019 el 14 por ciento de la población estaba en pobreza y a finales del 20 pasó a 27,5 por ciento. Claro que las zonas rurales presentan un cuadro social de extremas carencias, en el 2020 el 45,7 por ciento de la población era pobre; sin embargo, en la Sierra hay un 50 por ciento de pobreza. La situación social en general empeoró por el llamado Estado de Emergencia General que confinó a la población desde marzo del 2020.
La cuestión política
Pocos países de América Latina presentan una situación política tan complicada como Perú. Uno de los elementos que contribuyen a esta situación es el gran número de partidos políticos con un alto nivel de liderazgos personalistas que ocultan con discursos ideológicos intereses individualistas. La burguesía peruana aliada con el latifundismo mantiene sometidos a los sectores indígenas y a la alta pobreza urbana.
La forma como han gobernado el país y la subvaloración y el maltrato de los serranos se ha mantenido casi igual a como fue descrita en la novela La Ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, quien con el correr del tiempo ha pasado a apoyar a aquellos sectores que antes denunciaba.
Una manifestación del talante antidemocrático de la burguesía peruana se expresa en su posición frente al triunfo del partido Perú Libre en la segunda vuelta de las elecciones realizadas el mes pasado. Hernando Guerra García parlamentario de la Fuerza Popular cuando el Jurado Nacional de Elecciones, proclamó el triunfo de Pedro Castillo Terrones expresó: “Nosotros no creemos que el pueblo peruano haya decidido. Estamos convencidos que aquí ha habido una manipulación del voto popular”.
Más agresivas fueron las declaraciones de la parlamentaria fujimorista Rosángela Barbarán quien en Twitter dijo: “Legalidad no es sinónimo de legitimidad. El tiempo pone todo en su lugar. El Perú no caerá en las manos del comunismo, eso se los juro”. Como si fuera poco el político Fernando Alt, según el periódico La Razón expresó: “Pedro Castillo no me representa y jamás claudicaré ante el comunismo”. Es necesario destacar que este es uno de los muchos periódicos que son voceros de la derecha.
El programa del presidente Pedro Castillo
Quien lea la mayor parte de los periódicos peruanos puede concluir erradamente que el presidente Pedro Castillo ha propuesto el más radical programa comunista de América Latina. Esta conclusión es debida al alto grado de manipulación que han hecho de las declaraciones y las propuestas de Pedro Castillo. Pero veamos cuales son las reales propuestas del presidente electo.
La más radical de todas es la de convocar a una constituyente que reforme la actual Constitución del país. Esta Constitución como casi todas las de América Latina está concebida y redactada para defender un modelo económico que prioriza los intereses de la burguesía y de los terratenientes, quienes se comportan como señores feudales. A la actual Constitución peruana ningún partido de la centro derecha europea le daría el calificativo de democrática.
En su programa propone recuperar la riqueza del subsuelo peruano ahora explotada por las multinacionales; que el Estado cumpla con su función de satisfacer las necesidades de los más excluidos, especialmente los indígenas.
Valoremos el discurso de Pedro Castillo cuando fue proclamado presidente. En él se expresó así: “Queridos compatriotas, traigo aquí el corazón abierto para todos y cada uno de ustedes, acá no hay rencor ni diferencias. Llamo a la más amplia unidad del pueblo peruano, para forjar el futuro y abrir la puesta del próximo centenario celebrando este Bicentenario con todas sus diferencias y con todo lo que hemos vivido. Pido el esfuerzo y el sacrificio que compartiremos juntos para hacer un Perú más justo, soberano y más digno y más unido”. Incluso invitó a Keiko Fujimori a que no ponga más obstáculos: “No pongamos más obstáculos para sacar adelante a este país”.
Una prueba de que Pedro Castillo quiere hacer un gobierno amplio con el concurso de todos los sectores democráticos y progresistas del país es su convocatoria: “En ese contexto quiero manifestarles que estamos haciendo una convocatoria a todos los técnicos, a las personas más distinguidas y comprometidas con el país. Estamos estructurando un equipo de trabajo. Veo que hay personas bastante interesadas en contribuir en el apoyo a este gobierno de todas las tiendas políticas”.
Los problemas del nuevo presidente
Los problemas que enfrenta el presidente Pedro Castillo son de distinta naturaleza unos son debidos al poco tiempo que tiene para organizar su gabinete, los otros son debidos a la desfavorable correlación de fuerzas que tiene en el parlamento, acaba de ser derrotada su propuesta para integrar la directiva del Senado peruano. Pero también tiene problemas al interior de su partido constituido por varias facciones, unas muy radicales y las otras partidarias de buscar consensos que faciliten la gobernabilidad.
Afortunadamente, la nueva mesa directiva del parlamento ha prometido no afectar la gobernabilidad del nuevo presidente. La respuesta del presidente ha sido positiva ya que considera necesario y posible trabajar armónicamente con la presidenta del Senado María del Carmen Alva. Sin embargo, el problema más acuciante que afronta Castillo es que a un día de la posesión no ha logrado formar su gabinete.
El problema social
La naturaleza de los problemas sociales que debe afrontar el mandatario los define claramente la politóloga Adriana Urrutia quien considera: “Yo creo que, si bien los contextos y las coyunturas cambian, es muy sorprendente como los desafíos, ajustados a la época siguen siendo los mismos, el desafío de la inclusión y la construcción de un proyecto político que nos incluya a todos los peruanos y peruanas, planteado desde el inicio de nuestra república, siguen estando vigentes”, declaraciones dadas al periódico La República. La misma politóloga considera que aún hoy la discriminación de los indios se encuentra incluso institucionalizada, por ejemplo, el racismo, la segregación por nivel socioeconómico.
Un problema que dificulta los consensos que faciliten la gobernabilidad del Perú está condicionado por la gran profusión de partidos políticos. Además, los partidos que han estado en el poder han defendido sus propios intereses.