Redacción política
Seamos claro, la Paz Total sí necesita un ajuste estructural para mejorar, para mayor efectividad, para cumplir a cabalidad el artículo 2 de la Constitución nacional. También para que esta política de Paz llegue y se sienta en los territorios y las comunidades afectados por la confrontación y la guerra. La Paz Total necesita, en este momento, de un país y una sociedad propositiva y aportante.
Criterios de partida
La finitud de la temporalidad de un gobierno es clara y precisa. El tiempo corre y se necesitan mayores resultados en la Paz Total. A año y medio de gobierno, no solo la oposición, que lo hace de manera agresiva y mentirosa, sino los sectores sociales, económicos, políticos, con sana esperanza de resultados, comienzan a pedir un impacto visible de la paz, especialmente en los territorios donde hoy la confrontación está agudizada y escalonada.
Los recursos humanos, económicos y técnicos del Estado son evidentemente limitados. Las pretensiones abarcativas, generalmente, no son buenas y van en contravía de la efectividad, la eficiencia y el logro de resultados concretos, de corto y mediano plazo. La Paz Total, como cualquier otra política del gobierno, debe enfocarse, medir sus alcances y proyectar los ajustes posibles y necesarios.
Las complejidades, que caracterizan los procesos de paz, sugieren la necesidad de rodearse de fuertes equipos que combinen visión académica, con visión técnica y práctica en la participación, en las negociaciones, con experticias en proceso de paz en el mundo, equipos de alta movilidad, adaptables a los altibajos y las fuertes dinámicas de la confrontación y, por último, equipos que sigan un guion y unos protocolos, con dirección y gerencia minuto a minuto.
Las crisis deben servir para avanzar
Todos los procesos de paz tienen sus momentos de crisis; no es la primera ni será la última, lo diferente y excepcional es saber resolverlas, convertirlas en oportunidades y avances. De acuerdo con el Comisionado de Paz, Danilo Rueda, ante un “momento crítico” como este, se debe adoptar “decisiones de fondo”. “No puedo adelantar más, pero hay decisiones de fondo que se están tomando y se van a tomar en los próximos días (…). Estamos en un momento de crisis, las crisis son para avanzar, para resolver las situaciones, dialogar permite resolverlas, estamos en disposición de resolverlas”.
Por su parte, consultamos algunos sectores sociales y políticos para conocer sus opiniones a partir de la pregunta ¿es hora de un ajuste estructural a la Paz Total? Las respuestas son las siguientes:
“Creo que sí, pues ella demanda ver cambios sociales y económicos en marcha, con claro despeje en su aplicación en este gobierno de Gustavo Petro, sin moratorias o transiciones que los hagan inciertos o en manos de gobiernos venideros. Mientras no sea el programa de gobierno de Petro y Francia, por el que votó la ciudadanía, lo que apruebe el Congreso de la República, mientras las causas objetivas generadoras del conflicto no se sacudan, como son la pobreza, la antidemocracia y el paramilitarismo, no desaparecerán, no habrá Paz con justicia social y libertad política. Entonces, creo que la clave para avanzar en los asuntos concernientes a la paz no está en hacerle nuevas exigencias a la insurgencia, sino en priorizar lo que es estratégico, la democracia y la paz y la justicia social”, expresó Efraín Viveros, Dirigente Nacional del Movimiento por la Constituyente Popular -MCP y analista político.
“Es momento de volver al propósito original de la Paz Total: salvaguardar la vida. Todas las negociaciones y los acercamientos deben priorizar la protección de civiles. Igual, es fundamental mejorar la articulación entre la política de la Paz Total y la política de la Seguridad humana. Ninguno se puede realizarse sin lo otro, pero hasta ahora cada uno va por su propio carril. Es fundamental buscar una estrategia para tratar a los actores ahora fuera del proceso, sobre todo los AGC y otros como la Segunda Marquetalia. Fuera de la política, los actores pueden convertirse en spoilers para los demás procesos y la seguridad de muchas comunidades”, afirmó Elizabeth Dickinson, analista en Colombia para International Crisis Group.
Tensiones y desencuentros
Las tensiones con el ELN, por el secuestro del padre del deportista Luis Díaz, llevo a afirmar, por parte del Jefe de la delegación negociadora por el Gobierno, Otty Patiño, que “el diálogo está en un punto crítico” y, por su parte, los cruces de mensajes públicos, con las FARC-EP, Estado Mayor Central, mostró que es momento de reestructurar las prioridades en la agenda. En este contexto, para poder continuar el diálogo, la decisión del gobierno, de exigir al ELN parar ya el secuestro y liberar a todos los que tenga en esa condición, es acertada. Al cierre de esta edición, sabemos que el Gobierno y el ELN han acordado reunirse en México esta semana para avanzar en la reestructuración de la agenda y poner, como prioridad, el secuestro, factor incompatible con la paz.
Los desencuentros entre el Gobierno y el Estado Mayor Central Farc-Ep, en torno a la presencia de esta guerrilla en el Plateado Cauca, muestran también la necesidad de establecer prioridades con un sentido y criterio de realismo. El presidente Petro afirmó que “El cese al fuego solo es posible si avanza la negociación en sustitución de la economía ilícita y el fin de hostilidades a la población civil”, “Al EMC en el Decreto presidencial se le estableció priorizar el abandono de los centros poblados y las vías principales y secundarias y colaborar en la sustitución de la economía ilícita. Eso significaba abandonar el Plateado (Cauca) y su vía de conexión con Argelia y el cañón del Micay”.
¿Son estas las condiciones para iniciar la agenda de negociación? O son, más bien, ¿consecuencias, desarrollo y resultado del diálogo y la negociación?
Propuestas de ajustes a la Paz Total | |
Primera | Cerrar el espectro de la negociación. Bajarle a la pretensión abarcativa y totalizante de la paz. Esto tiene que ver con poner en la balanza el deseo y la voluntad frente a lo que podemos hacer. Por ejemplo, la Oficina del Alto Comisionado de Paz, con toda su capacidad y su equipo, podría concentrarse en los procesos de diálogo y paz con ELN, el Estado Mayor Central, la Segunda Marquetalia y el EPL. Y el resto de los grupos paramilitares, criminales, narcotraficantes y delincuencia común, pueden asumirlos el tres Ministerios: del Interior, Justicia y Defensa, que lideren el proceso de sometimiento a la justicia y buscar caminos constitucionales y legales para su entrega y juzgamiento. |
Segunda | Restructurar la organización y la metodología de atención, coordinación y dirección por parte del Gobierno, que significaría unas nuevas dinámicas de relacionamiento y trabajo conjunto con los grupos guerrilleros. Establecer cuatro estructuras, claramente definidas, pero coordinadas, monitoreadas y dirigidas por el Alto Comisionado de Paz. |
Tercera | Fortalecer los quipos técnicos que construyan con los grupos los borradores relacionados con la agenda y que tengan una alta movilidad en los territorios. |
Cuarta | Crear un equipo académico de alto nivel, con experiencia de participación en procesos en otros países, que sirva de realimentación, evaluación y asesoría en cada paso que se dé en el proceso. |
Quinta | Orientar la definición, por cada Departamento del país, de comisionados de Paz territoriales, que serían enlaces entre el Alto Comisionado para la Paz, las instituciones de paz nacionales y los gobiernos, comunidades y organizaciones de la sociedad civil de los territorios. |
Sexta | Nombrar un comisionado especializado o “pazólogo” especializado en cada grupo, que lo haya estudiado, lo conozca por dentro y que pueda incluso anticipar los movimientos políticos y tácticos que cada equipo pueda dar, los cuales reportan directamente al Alto Comisionado. |
Séptima | Constituir espacios de participación ciudadana por cada proceso de negociación, diversos, plurales y multiculturales. |