Vigilia por la paz en Vigía del Fuerte (Antioquia), cerca al punto de preagrupamiento transitorio del frente 34 de las FARC-EP Alberto Martínez.
Óscar Salazar
Pastores cristianos de diversas congregaciones religiosas convocaron a una vigilia por la paz en el corregimiento Vegaez. Entre el viernes 11 y domingo 13 de noviembre, desde veredas apartadas como La Peña, Bebará, Mande, Llano, Palo Blanco, Amé, Poblado, San Miguel, Tanguí y La Villa, llegaron miembros de las comunidades religiosas para participar del evento en este apartado y desconocido corregimiento. También llegaron comunidades de Turbo, Tutunendo y Bahía; todos arribaron en canoas o a lomo de mula y fueron recibidos por sus guías espirituales.
Muy cerca de ahí, donde se llevó a cabo la vigilia, se encuentra el punto de preagrupamiento transitorio del frente 34 de las FARC-EP Alberto Martínez. En horas de la tarde del jueves los fieles realizaron un acto de acercamiento con la comunidad al compás de una chirimía, con cánticos y alabanzas.
En la mañana del viernes los creyentes, convocados por los pastores, elevaron sus oraciones por la paz, no sin antes invitar a los comandantes del Frente 34, Pedro Baracutao y Benkos Biohó, a compartir sus plegarias. En una amena charla los pastores de las diferentes iglesias cristianas plantearon sus inquietudes a los comandantes guerrilleros, coincidiendo en que es posible construir una nueva sociedad, más justa y equitativa.
Por otro lado el comandante Benkos expresó la necesidad de estrechar lazos de unidad con todos los credos religiosos en torno a la edificación de una paz estable y duradera. El comandante Pedro Baracutao hizo un llamado a la comunidad religiosa a visitar el campamento para escuchar a las comunidades. Se trata de un campamento de puertas abiertas al que pueden acercarse sin temor alguno para conocer de primera fuente cómo van los diálogos de La Habana, cuáles son sus planteamientos al convertirse en partido político después de firmado los acuerdos y planes para la incorporación a la vida civil.
Los religiosos igualmente expresaron a los guerrilleros que veían con buenos ojos que uno de los puntos de preagrupamiento fuera en su territorio, valorando que ahora había más confianza al ver un guerrillero sin armas compartiendo con ellos en sus vigilias; eso sí, pidieron que esos diálogos entre cristianos y guerrilleros fueran más continuos y que se compartieran experiencias y ejercicios de reconciliación.
Reconocieron igualmente los actos de contrición que han realizado los guerrilleros en Bojayá y Apartadó, gestos que ellos consideran positivos para la reconciliación nacional. Algunos de los pastores hicieron un llamado para que fueran escuchados en La Habana dado que es en los lugares más apartados donde ellos ejercen su ministerio y donde se ha librado la confrontación armada, siendo ellos también víctimas.
Al caer la tarde guerrilleros y cristianos se fundieron en un fuerte abrazo, un abrazo que los presentes sintieron que llegaba hasta la ciudad en un claro mensaje a quienes aún le apuestan a la guerra. “El perdón tiene necesariamente que pasar por decir la verdad para desentrañar qué fue lo que realmente pasó en estos 52 años de guerra”, Fueron las palabras de Benkos Biohó para culminar el acto.