viernes, marzo 29, 2024
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Paro cafetero es cada vez más contundente en Tolima

Nelson Lombana Silva

El paro nacional cafetero es cada vez más fuerte y contundente en el departamento de Tolima. Los labriegos de los 47 municipios se vienen sumando todos los días, a pesar de la criminal represión del gobierno nacional a través de la Policía y el Esmad.

Más campesinos al paro. Foto Nelosi.
Más campesinos al paro. Foto Nelosi.

El pueblo campesino y cafetero está dispuesto a jugársela el todo por el todo. Ya está cansado de tanta injusticia, tanta inequidad, tanta promesa y tanta explotación y corrupción. Es inaudito que mientras el gerente nacional de la federación se gana más de 53 millones de pesos mensuales básicos de salario, es decir, sin incluir los onerosos gastos de representación, los pequeños y medianos caficultores se vean precisados a colocar una alta dosis de sacrificio solo por obtener un precio medianamente humano y justo.

Mientras el presidente Juan Manuel Santos Calderón dice que no hay plata para los campesinos cafeteros, malversa sumas exageradas para instalar la Quinta División del Ejército Nacional en Ibagué, la cual tendrá jurisdicción en los departamentos de Tolima, Huila, Caquetá y parte de Cundinamarca.

Ayer fue un día relativamente calmado en el barrio Boquerón de la ciudad de Ibagué. Bajo un sol espléndido los más de ocho mil campesinos se mantuvieron prestos en sus improvisados cambuches. Los defensores de derechos humanos continuaron su penosa labor de auxiliar a los contusos por la represión oficial, siempre en espera de una solución plausible del gobierno que habla de paz de dientes para afuera, porque una cosa dice y otra bien distinta hace.

La protesta se presentó la noche anterior hacia la vía al nevado en el cañón del Combeima, cuando manifestantes tumbaron árboles y bloquearon la vía en solidaridad con los campesinos. La Policía y el Esmad arremetieron violentamente. Sin embargo, los manifestantes resistieron heroicamente durante varias horas pacíficamente.

En horas de la tarde, el defensor regional del Pueblo, Miguel Ángel Aguiar Delgadillo, se reunió en su despacho con un grupo de defensores de derechos humanos, explicando su función principal la cual consiste básicamente en hacer acompañamiento y recomendaciones a los infractores de las normas que protegen a la población civil. Aprovechó para recibir cantidades de denuncias sobre las posibles violaciones por parte de la Fuerza Pública en el paro campesino que se viene desarrollando en 13 departamentos del país.

Llamó poderosamente las denuncias que hizo un líder campesino del norte del Tolima que viene participando del paro en el cruce del Líbano y Armer-Guayabal. Cuando aún los campesinos no se habían ubicados en este sitio, fueron atacados salvajemente por el Esmad con gases lacrimógenos y bombas de aturdimiento, al mando del mayor Sierra del Ejército Nacional. Ese día hubo 11 heridos, algunos de consideración.

Dijo el líder comunitario que estamos ante la provocación militarista, el terrorismo de Estado, desconociendo que la protesta es un derecho consagrado en la Constitución nacional. Dos labriegos ingenuamente se retiraron del grueso y fueron golpeados sin piedad alguna. Creyéndolos muertos, los militares lo arrojaron a una acequia. De allí lograron salir para rendir su testimonio. Les fracturaron algunas costillas, los brazos y no permitían los uniformados que los familiares los auxiliaran.

Al parecer, y de acuerdo con lo narrado por el líder campesino, se estarían usando algunos vehículos de la Cruz Roja para transportar soldados y criminales del Esmad, desconociendo de cabo a rabo los principios consagrados en el Derecho Internacional Humanitario (DIH).

Señaló el dirigente regional que el presidente nacional oculta deliberadamente la crisis, la causante del paro campesino, escondiéndola con el cuento chino que los campesinos vienen saliendo masivamente a la protesta empujados por la insurgencia que opera en todo el departamento de Tolima. No dice nada sobre la corrupción que genera la crisis como Agro Ingreso Seguro, la corrupción al interior de la Federación Nacional de Cafeteros, los bombardeos indiscriminados de la Fuerza Pública, el espacio que le está dando a las multinacionales y transnacionales que vienen desplazando a los campesinos, etc. “Esos robots humanos no respetan ni los niños, ni los ancianos, ni los lisiados, son animales salvajes amaestrados para atacar a su propia clase social”, subrayó el líder defensor de los herechos humanos.

Testimonios

Gustavo Correa, municipio de Rovira: “Anoche fuimos nuevamente víctimas de la represión; una muchacha viciosa de la calle se camufló, se arrimó a un carro a pedir algo de comer, los Esmad la fueron a agredir y un compañero se metió a intervenir, siendo duramente agredido ese compañero también de Rovira. Me le voy respetuosamente a los señores del Esmad y les solicito que me escuchen porque es mi obligación de defender a mis compañeros, pues nosotros no vinimos a hacer vandalismo, vinimos a una marcha pacífica. La respuesta fue cortante: Quítese de aquí o le volamos todos esos cambuches. Ustedes merecen respeto, nosotros también, les dije y me retiré humillado”.

“Sé que el gobierno les paga para que nos proteja, no para que nos agreda como lo vienen haciendo. Nosotros no somos vándalos. Somos campesinos que no estamos aquí por estar, estamos defendiendo una causa justa y humana. No estamos acá para incomodar a la gente de la ciudad por deporte, estamos por necesidad”.

Dagoberto Moreno Aragón, indígena del municipio de Ortega: “La impresión que tengo de este paro es que hasta el momento el gobierno nacional no quiere responder a las exigencias que estamos haciendo pacíficamente, ante la ruina cafetera, teniendo en cuenta que nosotros dependemos del cultivo del café. Lo que está valiendo no compensa con lo que vale la recolección y la espera que haya que hacer para recolectarla”.

“Una carga de café está en el presupuesto de $750 mil y se está vendiendo hasta $450 mil. Eso indica que está arrojando pérdidas enormes para nosotros los indígenas y campesinos. Eso quiere decir que para que nos quede algo de ganancia el valor debe estar por encima de los $800 mil”.

“Viendo que tenemos un gobierno dizque habla de paz, pero asume una postura infame contra el pueblo; es un presidente mentiroso. Nos quiere engañar con una limosna que nosotros no la vamos a permitir, prácticamente se viene burlando de nosotros los indígenas y campesinos. Nosotros lo que necesitamos es un precio estable que nos permita educar a nuestros hijos, meterle trabajo a la finca. Así las cosas, necesitamos un pronunciamiento claro del gobierno ya”.

Campesino muestra bola de cristal con la cual el Esmad y la Policía vienen agrediéndolos. Foto Nelosi
Campesino muestra bola de cristal con la cual el Esmad y la Policía vienen agrediéndolos. Foto Nelosi
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