Pandora Papers: Solo los pobres pagan impuestos

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El expediente colombiano contiene información de 588 nombres de multimillonarios, expresidentes, embajadores, excongresistas, clanes familiares y procesados por la justicia, que figuran como beneficiarios de sociedades offshore en “paraísos fiscales”

Una investigación periodística internacional devela secretos financieros sobre cómo multimillonarios, figuras políticas, artistas y deportistas en todo el planeta ocultaron riquezas en paraísos fiscales. En Colombia, el escándalo salpicó a todo el Establecimiento

Simón Palacio
@Simonhablando

En el capítulo ‘Bart, el soplón’ (1996) de la séptima temporada de Los Simpsons, la popular familia estadounidense recibe una herencia individual de cien dólares ante la muerte de la tía Hortensia. Si bien los niños quieren gastarse el dinero en juguetes y golosinas, Marge los obliga a depositar su dinero en el banco para incentivar la cultura del ahorro y sacar intereses del mismo.

Mientras Lisa Simpson se hace a una cuenta de “pequeños ahorradores”, Bart obtiene una chequera que recrea la destrucción del zeppelín alemán Hindenburg. Emocionado por la dinámica que hace efectivo el talonario, el travieso niño se propone recolectar la mayor cantidad de firmas.

En una oportunidad, Bart quiere el autógrafo de Krusty el payaso, pero éste no se lo da. Empecinado en conseguirlo, le hace un cheque por 25 centavos con la esperanza que al endosar el mandato escrito obtendrá la esperada firma. No obstante, días después, se encuentra que al respaldo del papel no está el nombre del comediante sino un sello que dice “Cayman Islands- Offshore Holding Corporation”.

Indignado, Bart se dirige al banco para pedir una explicación. Al darse cuenta de la irregularidad, el Establecimiento económico rápidamente determina que Krusty, “es uno de los mayores defraudadores del fisco en el mundo”. En el universo de Los Simpsons, el payaso no solo es un comediante judío de la televisión y la farándula, sino también un empresario multimillonario y un republicano conservador. En el citado capítulo, las autoridades encuentran que para evadir impuestos y aumentar su riqueza, el payaso puso su fortuna en un paraíso fiscal. El episodio continúa con la desgracia del celebrity.

Los papers

Pues bien, lo que jocosamente recreó Los Simspson hace 25 años, se ha convertido en la actualidad en un escándalo mundial por cuenta de los llamados Pandora Papers, una investigación periodística internacional que devela secretos financieros ocultos durante muchos años y que involucran a figuras políticas, empresariales, artísticas, religiosas y deportivas en todo el planeta, que recibieron ventajas económicas en las jurisdicciones conocidas como “paraísos fiscales”.

Fueron casi 12 millones de documentos de 14 firmas de abogados dedicadas a la creación de sociedades offshore, las analizadas por 600 periodistas en 117 países, que establecieron una macro línea de investigación. Los archivos fueron obtenidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, ICIJ por sus siglas en inglés, e involucra a unos 150 medios de comunicación que contribuyeron al análisis de los mismos.

El epicentro de la investigación son los bufetes de abogados dedicados a la creación de empresas offshore, pues estas representan el engranaje principal de la maquinaria que circula el dinero por fuera de los límites convencionales, configurando una práctica que consiste en sacar las fortunas de las fronteras nacionales para ubicarlas en “paraísos fiscales”.

Unos 35 jefes y exjefes de Estado, 14 de ellos pertenecientes a América Latina, y 330 altos cargos en 91 países fueron salpicados con el escándalo. Entre los nombres de las personas involucradas están el rey de Jordania Abdullah II; el ex primer ministro británico Tony Blair; el primer ministro checo Andrej Babis; el presidente de Kenia Uhuru Kenyatta; el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso; el presidente de Chile, Sebastián Piñera; el presidente de República Dominicana Luis Abidaner; los expresidentes de Honduras, Porfirio Lobo; de El Salvador, Alfredo Cristiani y Francisco Flores; de Paraguay, Horacio Cartes; de Perú, Pedro Pablo Kuczynski; de Panamá, Juan Carlos Varela, Ricardo Martinelli y Ernesto Pérez Balladares; de Haití, Laurent Lamothe, entre otros.

Expediente Colombia

Para la elaboración del expediente colombiano de los Pandora Papers, se estableció una alianza periodística entre la ICIJ y los medios de comunicación El Espectador Connectas. El capítulo nacional analizado contiene información de 588 nombres de personas naturales y jurídicas que figuran en los papers como dueñas reales de múltiples sociedades offshore. Multimillonarios, expresidentes, embajadores, excongresistas, clanes familiares y procesados por la justicia, figuran como beneficiarios de este tipo de sociedades en “paraísos fiscales”.

Entre los nombres más sonados de la esfera política se encuentran los expresidentes César Gaviria y Andrés Pastrana; la canciller Marta Lucía Ramírez; la ministra de Transporte, Ángela María Orozco; el exministro de Defensa y actual embajador en Chile, Guillermo Botero; el actual embajador en China, Luis Diego Monsalve; el director de la DIAN, Lisandro Junco Riveira; el expresidente de Ecopetrol, Isaac Yanovich; el exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa; el exrepresentante a la Cámara, Miguel Gómez Martínez; entre otros connotados nombres de la política.

De igual forma, los llamados “cacaos”, consideradas las personas más ricas del país, también son nombrados en la investigación. Los Pandora Papers involucran en la configuración de sociedades offshore y en una posible evasión fiscal a la familia Gilinsky (conglomerado empresarial), Luis Carlos Sarmiento Angulo (Grupo Aval), Alejandro Santo Domingo (Grupo Santo Domingo), Eduardo Pacheco Cortés (Scotiabank Colpatria S.A.), la familia Echavarría (Organización Corona) y la familia Barberí (Conglomerado Tecnoquímicas).

Finalmente, se establece que también poderosos clanes familiares tienen o han tenido sociedades offshore en “paraísos fiscales”, aumentando la incertidumbre. Las familias Char (uno de los familias más poderosas del Caribe colombiano), Araújo-Perdomo (cadena de hoteles Las Américas), la Organización Carvajal S.A., la familia Daes Abuchaibe (Tecnoglass), la familia Gerlein Echeverría (propietaria de Valorcom) y la familia Solarte (CASS Constructores) son nombradas en la investigación de los Pandora Papers.

Casi que todas las personas naturales y jurídicas implicadas en este escándalo han salido en distintos medios y redes sociales a justificar sus acciones financieras en “paraísos fiscales”. Si bien estas acciones no son ilegales, si siembran un manto de duda sobre como circulan los grandes capitales, donde no solo se evaden impuestos, sino también se acumulan grandes fortunas y se lavan activos, impidiendo deliberadamente una redistribución justa de la riqueza.

El debate

La escandalosa investigación corresponde a una continuidad, pues años atrás la misma alianza periodística había revelado varios expedientes, entre los que se encuentran los Panama Papers que tuvieron un importante eco mediático. En esta ocasión, el tema cobra especial relevancia porque los pueblos del mundo se encuentran sumergidos en la pobreza por cuenta de la crisis económica global agudizada por la emergencia sanitaria del covid-19.

El debate sobre la evasión de impuestos y la acumulación exagerada de capitales, llega a sacudir la turbulenta coyuntura nacional. La respuesta popular al proyecto regresivo de reforma tributaria propuesto por el Establecimiento (que pretendía gravar la comida y los salarios) y un estallido social que dejó en evidencia las profundas desigualdades sociales, han despertado en las mayorías un rechazo no solo por el modelo económico, sino especialmente por las élites que se benefician de este.

Mientras en el universo de Los Simpsons el payaso Krusty cae en desgracia, en esta realidad los perfumados multimillonarios, políticos, empresarios y celebrities tendrán los suficientes micrófonos para justificar como evadieron impuestos de manera “legal”. Por el momento nada cambiará, salvo el crecimiento de la indignación hacia un capitalismo neoliberal que todos los días “pela el cobre”.