Pandemia, vacunas y globalización

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Ancízar Narváez Montoya

Cuando en la década de 1990 se extendió como pólvora la expresión ´Globalización’, todo el mundo, incluyendo muchos académicos, se dieron a la tarea de difundir las bondades del ‘nuevo orden mundial’ nacido de la victoria del capitalismo sobre la experiencia de socialismo existente hasta 1989.

Sin embargo, otros advirtieron que detrás del carácter mediático de la nueva expresión se escondía una nueva fase del imperialismo que retomaría su fuerza después de la contención causada por la crisis del 1929 y la Gran Depresión, las guerras mundiales y el papel de la Unión Soviética en la derrota del nazismo y en el proceso de descolonización que acabó con los imperios de Inglaterra y Francia. Pero cuando Armand Mattelart llamó a la globalización ‘la versión neutral del imperialismo’, nadie quería oír esa horrible expresión, ya pasada de moda.

La globalización se presentó entonces como un mundo libre en el que las relaciones entre Estados separados por muros se sustituirían por relaciones entre Estados que colaborarían y competirían libremente en un mercado global y no en el plano militar. (Dejo al lector la tarea de averiguar cuántos muros de la infamia se han levantado desde 1989 y cuántos muertos directos, contabilizados, han causado, sin ninguna condena para los gobiernos responsables. Así mismo, cuántas guerras han librado los países centrales contra los países y pueblos más pobres).

En realidad, la globalización consiste en que unos países son ‘globalizadores’, es decir, tienen el derecho a inmiscuirse, a amenazar, a saquear e incluso a robarse los activos de otros, como ha ocurrido con Venezuela, y a imponerles condiciones de comercio  desiguales y hasta humillantes, como a Colombia, y otros se convierten en globalizados, sometidos, condenados a cumplir órdenes, tanto de los Estados más poderosos como de las empresas más grandes del mundo que, coincidencialmente, están en esos estados más poderosos.

Pero nada desenmascara mejor la naturaleza imperialista de la globalización que la pandemia del Covid – 19 y la situación de las vacunas.

  1. Solo los países capitalistas centrales y sus competidores (el G7, por un lado y China y Rusia, por el otro) han desarrollado una industria farmacéutica propia para producir las vacunas. Son 9 empresas en el G7: 4 en Estados Unidos, 2 en Alemania, 2 del Reino Unido y 1 de Francia. En Rusia y China, 3 y 2 respectivamente.
  2. Solo los Estados centrales (incluyendo Israel que es la base de la OTAN y los países del G7 en el Medio Oriente) han acaparado las vacunas hasta el punto de comprar cantidades que en algunos casos exceden casi nueve veces su población. La cantidad de pedidos adelantados por habitante es como sigue: Canadá 9, Reino Unido 6, Unión Europea 4, Estados Unidos 3, Japón 3, Israel 2. Brasil e Indonesia, que tienen poblaciones de más de 200 millones de habitantes, tiene asegurada por lo menos una por habitante. Mientras tanto, el promedio de América Latina es de alrededor de una por cada 10 habitantes. En Colombia, mejor no hablar. ( https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/20201222/covid-19-vacuna-etica-itziar-de-lecuona-adelaida-sarukhan-11410637 )
  3. Solo los países centrales tienen derecho de propiedad intelectual para producir las vacunas, aunque otros países tengan infraestructura para hacerlo. La Organización Mundial del Comercio, OMC, discutió la semana anterior una solicitud de suspensión temporal de las patentes, pero la Organización no aprobó la petición y Colombia se sumó a los que pidieron ‘mayor evidencia’ antes de decidir. En una palabra, se sumó a los países centrales que a la vez protegen a sus farmacéuticas. Mientras tanto, Argentina y Brasil van a producir la vacuna Rusa y China respectivamente.

En una palabra, solo los países centrales tienen el derecho a acceder a la vacuna, y sus gobiernos, defensores de la globalización, se concentran en la defensa de sus empresas, en el abastecimiento de su mercado y en la vacunación de su población. El resto del mundo será atendido si se puede y bajo las condiciones que ellos impongan, incluso mediante cláusulas secretas.

¿Es esa una práctica de mercado libre y transparente? ¿Hay una evidencia más contundente de lo que decía Mattelart? No importa si lo llamamos relación Dominantes/dependientes, Centro/periferia, Desarrollados/subdesarrollados. El imperialismo como relación desigual entre Estados está ahí y es cada vez más fuerte.