martes, abril 16, 2024
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Palestinos vuelven a sonreír

Un cese al fuego, firmado entre Israel y las autoridades de la Franja de Gaza, previsto inicialmente para un mes, abre posibilidades de alcanzar una paz de largo aliento. La reconstrucción de Gaza es tarea que concita la solidaridad mundial

Escenas de alegría del pueblo palestino tras el anuncio de la tregua.
Escenas de alegría del pueblo palestino tras el anuncio de la tregua.

Alberto Acevedo

En un escenario urbano, en medio de las ruinas causadas por los bombardeos de la aviación israelí a lo largo de cincuenta días de criminal agresión, en la noche del 27 de agosto pasado, líderes de la resistencia palestina anunciaron a sus compañeros combatientes y a la población civil en general, que se había logrado un tregua en los enfrentamientos, que prometía ser duradera.

Inmediatamente las gentes estallaron en celebraciones, en risas, en lágrimas, en alegría. Toda la noche celebraron, y durante el día siguiente, por muchas horas. Los niños, aquellos que pusieron una alta cuota de dolor, de víctimas, lanzaban dulces y caramelos al aire. Quizá muchos de esos niños muertos, cerraron sus ojos apretando un caramelo en el bolsillo, con la infantil esperanza de que la paz hubiera apurado el paso. Los jóvenes celebraban y prometían convertirse en futuros combatientes, sin ninguna sombra de duda.

Las mujeres se abrazaron unas a otras, en una extraña mezcla de sonrisas y lágrimas que provocaban un nudo en la garganta. Alegres porque había vuelto la paz. Pero los ojos se inundaron de nuevo al recordar al novio que no vendría, al marido que ya no acompañarían, al padre que se fue sin despedirse.

Los hombres se felicitaban por haber resistido una larga guerra, y no haberse quebrado moralmente; por haber enfrentado a su enemigo hasta las últimas consecuencias y no haberse rendido. Y en esto, precisamente, radica la mayor derrota moral de Israel al tener que aceptar ciertas condiciones de la tregua. “Dijimos que no nos íbamos a rendir y no nos rendimos. Dios proteja y de larga vida a la resistencia”, decía, orgulloso, uno de los combatientes.

Algunos labriegos se arrodillaban y besaban esa tierra querida que las bombas llenaron de cráteres, pero que no consiguieron mancillar. Como palomitas buscando algunas boronas fecundas, varios de ellos buscaban restos de semillas y si encontraban granos crecidos los acomodaban en un ambiente favorable para la cosecha.

La Unión de Comités de Campesinos de Palestina, con el apoyo de numerosas organizaciones agrarias internacionales, entre ellas Vía Campesina, de la cual es miembro, lanzaron de inmediato la campaña “Bajo los escombros nace una huerta”, buscando el milagro, que seguramente conseguirán, de que los olivos florezcan entre las cenizas.

Rompiendo el bloqueo

Los acuerdos suscritos entre representantes del movimiento de la resistencia islámica Hamás y las autoridades israelíes, a instancias del gobierno de Egipto, contemplan en primer lugar un cese al fuego, que si se respeta por las partes en las próximas cuatro semanas, permitirá la normalización de la vida civil a uno y otro lado de la frontera. Esto implica que no se toca el tema de la desmilitarización de las zonas bajo influencia de la resistencia palestina, objetivo por el que Israel insistió muchas veces. ¡Nadie en Palestina entregará las armas! ¡Los revolucionarios no entregan los fusiles!

Otro de los acuerdos logrados, muy sentido para la población, es que los pescadores palestinos podrán reanudar sus labores en un área de seis millas de aguas marinas, la mitad de las doce que inicialmente pedía el grupo Hamás. Desde el año 2007 esto no se podía hacer, debido al criminal bloqueo económico, aéreo y terrestre contra la población, impuesto por Israel, que había sumido en la pobreza y el desempleo a esta parte de Palestina.

Se negociará en los próximos días, en una nueva ronda de conversaciones, la reapertura del aeropuerto, el puerto marítimo y los cruces terrestres. De la misma manera se hablará de libertad de movimiento y de libre circulación de bienes y personas, lo más parecido al levantamiento del cerco económico sionista.

Fuerzas palestinas reclamaron como una victoria de la resistencia, los términos del acuerdo. Que contrasta con las declaraciones del mando militar israelí que prometió descabezar a los líderes de la resistencia. Es un triunfo de los luchadores de Hamás, de la Yihad Islámica, de Al-Fatah, de los Comités Populares de la Resistencia y de otras organizaciones. Pero es ante todo un triunfo de todo el pueblo palestino que ha soportado once años de bloqueo económico, que vivió y sufrió en aras de una nación palestina independiente.

El movimiento de la resistencia palestina ha llamado sin embargo a permanecer vigilantes frente a cualquier maniobra de Israel por incumplir lo pactado. Inclusive la tregua, que en muchas ocasiones en el pasado fue rota ante provocaciones militares de Tel Aviv.

Si los acuerdos se mantienen, todo el pueblo palestino se entregará por completo a las tareas de la reconstrucción. Fuentes de las Naciones Unidas estiman que los daños materiales causados por Israel ascienden a cinco mil millones de dólares, que no están en las arcas de las autoridades locales. Aun sin hostilidades, la Franja de Gaza pierde cinco millones de dólares al día por haber suspendido prácticamente todas las actividades económicas ante la destrucción de la infraestructura, a causa de los bombardeos.

Y es aquí donde seguramente entrará a jugar un papel preponderante la solidaridad internacional con el pueblo palestino. Que debe tener en la mira la reconstrucción de la economía de ese pueblo mártir. Pero también, como ya empiezan a demandarlo muchas voces en el mundo, el juzgamiento, como criminal de guerra, por el delito de genocidio, al gobernante israelí Benjamín Netanyahu y a su pandilla. Es hora de que el mundo integre un nuevo Tribunal de Nüremberg, que procese, juzgue y castigue a Netanyahu por el genocidio contra el pueblo palestino.

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