jueves, marzo 28, 2024
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Palabra itinerante: Retos

Esperemos que la sensatez se abra camino y se pueda construir una propuesta unitaria, pues existen grandes posibilidades de avanzar pero pueden ser abortadas si se imponen los egos, los neovanguardismos y los resentimientos tan familiares en las izquierdas.

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Jaime Cedano Roldán

Los resultados de las elecciones municipales y regionales del pasado 24 de mayo en España, donde han surgido posibilidades de gobiernos de izquierda en ciudades tan importantes como Madrid, Barcelona y Zaragoza, han generado disímiles lecturas y posibilitan barajar diversas posibilidades de cara a las elecciones generales de fin de año. Lo más importante es que la indignación por los recortes neoliberales y la corrupción está empezando a expresarse electoralmente por propuestas ajenas al bipartidismo y de abierta ruptura con este. Sin embargo no está despejado el camino de un gran movimiento de unidad que pueda hacer cambiar mucho más el tablero político español.

En este escenario es muy importante la lectura adecuada de las recientes elecciones. Medios españoles e internacionales hablan del gran triunfo de Podemos en estas elecciones. Lo cual es cierto pero no completo. Y equivocadamente, intencionalmente o por desconocimiento, se asocia a Ahora Madrid y a Barcelona en Comú con la marca electoral de Pablo Iglesias. Son iguales, dicen. Y esto no es cierto. Los de la coleta hacen parte muy importante de estos procesos, especialmente en Madrid, pero no son los únicos.

Hay otras organizaciones políticas y organizaciones sociales que juegan un destacado papel, incluso Izquierda Unida, que sufrió un varapalo en las elecciones autonómicas pero mantiene una presencia municipalista nada despreciable.

La lectura generalizada es que nadie puede solo y que los electores han premiado los proyectos de unidad. Hasta ahora pareciera que la lectura de Pablo Iglesias es la de que él es quien pone las condiciones y ofrece Podemos como un paraguas donde puedan llegar todos en fila india. O por lo menos quien él señale. Excluyendo a IU. La unidad soy yo, pareciera decir. Actitud similar a la que asumía Izquierda Unida en épocas más gloriosas.

Algunos dirigentes de los procesos unitarios regionales parecen no sentirse cómodos con el llamado de Iglesias y tampoco han respondido aún a la convocatoria de Izquierda Unida y el PCE, quienes se han lanzado a una ofensiva total por unas listas de unidad, con la debilidad que conlleva por sus resultados electorales autonómicos, pero sabiéndose necesaria por su arraigo municipal, su presencia en todos los procesos unitarios ganadores y una militancia muy vinculada a las movilizaciones sociales.

Esperemos que la sensatez se abra camino y se pueda construir una propuesta unitaria, pues existen grandes posibilidades de avanzar pero pueden ser abortadas si se imponen los egos, los neovanguardismos y los resentimientos tan familiares en las izquierdas. Lejanas similitudes en los panoramas sociales y políticos de España y Colombia que reclaman amplios escenarios de unidad para asumir procesos constituyentes de reconstrucción democrática y social.

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