sábado, abril 20, 2024
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Odesa y las garras del imperio

Con su orgía de sangre, los neonazis mandan una señal al mundo de lo que son capaces de hacer; nada aquí fue al azar, como tampoco lo fue el surgimiento del fascismo en Italia y el nazismo en Alemania; el imperio con esta acción una vez más declara la guerra a la razón.

Fascistas ucranianos se toman las calles de manera violenta contra cualquier rasgo demócrata
Fascistas ucranianos se toman las calles de manera violenta contra cualquier rasgo demócrata

Harold Olave M.

…Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiéndolo,
víboras que las víboras odiaran!
Pablo Neruda
(Fragmento del poema Explico Algunas Cosas)

Al leer el titular del presente escrito, muchos pensarán que se refiere a hechos del pasado, a los acontecimientos acaecidos en la ciudad de Odesa a finales del año 1941, cuando tropas nazis, apoyadas por ultraderechistas ucranianos, fusilan o queman vivas a más de 30 mil personas, en su gran mayoría judíos y comunistas.

Estos sucesos del siglo pasado, que tuvieron como escenario la ofensiva alemana sobre la URSS en la segunda guerra mundial y que caracterizaron la política de exterminio de la oposición y por ende la imposición a sangre y fuego del régimen nazi, hoy son reeditados contra el pueblo de Odesa por parte del gobierno de derecha ucraniano, servil a las políticas de la Unión Europea, partidario de la OTAN y respaldado por el imperialismo norteamericano.

El 1 de mayo de 2014 cuando los obreros y trabajadores de todo el mundo conmemoraban su día, en Odesa se congregaban los trabajadores en apoyo al movimiento Alternativa Popular, que había levantado un campamento en los alrededores de la Casa de los Sindicatos, como sede de campaña del referendo por la federalización de Ucrania y la oficialización de la lengua rusa.

Bajo el pretexto de un partido de fútbol y con un nacionalismo exacerbado, 1.500 neonazis partidarios del gobierno de Kiev se trasladaron a la ciudad de Odesa y marcharon por sus calles al estilo de las camisas negras, vociferando consignas como “Muerte a los enemigos”, “Gloria a Ucrania” y “Pasemos a cuchillo a los moskals” (refiriéndose despectivamente a los rusos y a los partidarios de la federalización), golpeando a todos aquellos que a su parecer eran rusos o partidarios del referéndum. Todo esto sucedía con la complicidad de la policía ucraniana.

Al día siguiente, 2 de mayo y después de vencer la resistencia y obligar a los partidarios del referendo a refugiarse en la Casa de los Sindicatos, el campamento que habían logrado defender durante meses fue destruido por la horda neonazi y la casa incendiada con personas adentro.

La turba neonazi

Prensa Latina, citando a la agencia RIA Novosti, denuncia que mientras la policía de Odesa recibe la orden de retirarse y dejar libre la acción neonazi, los videos divulgados por internet y las televisoras rusas muestran a oficiales ucranianos con uniforme policial dando instrucciones a los fascistas para atacar a los manifestantes desarmados, antes del incendio intencional de la Casa de los Sindicatos, y agregan que en las golpizas y asesinatos de los opositores participaron combatientes de los batallones especiales Vostok (Este) y Shtorm (Tormenta), vestidos de paisanos.

Gritando “Vamos a ahumar a los moskal”, la turba neonazi inicia su acecho a la Casa de los Sindicatos, disparando contra quienes ahí se encontraban refugiados y lanzando bombas incendiarias. Muchos de los que lograban salir de la casa fueron brutalmente golpeados. Finamente el resultado trágico de la barbarie fascista fue más de medio centenar de víctimas quemadas vivas o asesinadas a golpes, entre los cuales se encontraba el poeta ucraniano Vadim Negaturov (miembro de la Academia de la literatura rusa y de Bellas Artes GR Derzhavina, San Petersburgo) y algunos militantes del Partido Comunista Ucraniano.

Los grupos neonazis actúan en Ucrania como garras del imperio. Odesa entonces fue un campo experimental, donde había unos objetivos claros: Una acción dirigida hacia un blanco visible que bien sabían que ejercían una resistencia civil, y hacia una construcción simbólica que recuerda el poder de los trabajadores en la era soviética; con su orgía de sangre, los neonazis mandan una señal al mundo de lo que son capaces de hacer; nada aquí fue al azar, como tampoco lo fue el surgimiento del fascismo en Italia y el nazismo en Alemania; el imperio con esta acción una vez más declara la guerra a la razón.

Neonazis en Colombia

Nuestro país no está exento del accionar fascista, pues en los últimos años hemos visto como estos grupos, a partir del congreso realizado en Bogotá, han lanzado una campaña de visibilización violenta, bajo la mirada cómplice de las autoridades; con bates y cadenas andan a la cacería de personas que consideran enemigos de la sociedad, para golpearlas o herirlas.

Varios hechos han llamado la atención últimamente: el primero fue la muerte del jefe máximo de la banda neonazi Tercera Fuerza, en un operativo por parte de agentes del estado contra el grupo paramilitar Los Rastrojos al que pertenecía, y financiaba la banda. El segundo hecho conexo con el anterior fue la agresión de la que fue víctima la organización política Unión Patriótica al ser dañado, por parte del grupo neonazi Tercera Fuerza, un mural que la administración del alcalde Gustavo Petro había realizado en homenaje a las víctimas de la UP.

Llama la atención que dicha provocación contra la UP y el proceso de paz fuese realizada en presencia de las fuerzas policiales, quienes argumentando el derecho a la libre expresión, dejaron que este grupo intimidara a todo aquel que se opusiera y permitieron que se consumaran el hecho impunemente.

Los hechos recientes

En tercer lugar, la noche víspera a la celebración del 1 de Mayo, en una cafetería del centro de Bogotá, se reunió un grupo fascista para luego salir a empapelar la carrera séptima con afiches alusivos a Mussolini, y en su recorrido fueron golpeando a jóvenes que se encontraban en el camino; en cuarto lugar el día 2 de mayo también en Bogotá un reconocido indigente a quien los estudiantes de la Universidad Javeriana llamaban Calidoso fue rociado con gasolina y prendido vivo junto a sus mascotas. Con graves heridas lo trasladaron al hospital, donde murió una semana después; como autores de dicho acto criminal también se señala a las bandas neonazis.

Finalmente un hacker neonazi, vinculado a la campaña uribista de Óscar Iván Zuluaga, es detenido y acusado por la fiscalía de estar atentando contra el proceso de paz. ¿Son estos hechos aislados, o hacen parte de un entramado que la ultraderecha agenciada por el imperialismo viene implementando en nuestro país y a nivel mundial?

Es deber de los revolucionarios y demócratas de nuestro país y del mundo condenar el atroz crimen cometido contra los ciudadanos de Odesa, solidarizarnos con su pueblo y exigir a los organismos internacionales competentes actuar decididamente, tanto contra actores intelectuales como materiales, pues este es un crimen de lesa humanidad. Igualmente es necesario hacer un llamado las autoridades nacionales para que investigue el accionar de las bandas neonazis en nuestro país, que se aclaren los lazos que estos tienen con integrantes de la fuerza pública, para que sus crímenes y delitos no queden en la impunidad, como hasta el momento viene sucediendo.

Las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias no solo deben condenar este tipo de hechos, sino también estar atentos y adelantar acciones para que la barbarie fascista no prospere. Es necesario cerrar filas y en una sola voz decir: ¡No pasarán!

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