Edwin Palma explica los desafíos de una de las organizaciones de trabajadores más importantes del país, la Unión Sindical Obrera, USO, en los que la defensa de Ecopetrol como patrimonio de los colombianos se convierte en la principal bandera que los enfrenta a políticas gubernamentales. Pero también, comenta acerca de las tareas del sindicato para hacerse más fuerte
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Edwin Palma es un barranqueño que desde hace 17 años trabaja en la estatal petrolera, Ecopetrol, exactamente en la Refinería de Barrancabermeja. Inició como analista químico y rápidamente se vinculó en el movimiento sindical. Es técnico del SENA en análisis químico, abogado con una especialización en derecho laboral, una maestría en derecho del trabajo y culmina estudios en derecho constitucional.
Desde el pasado 4 de diciembre y luego de un proceso electoral en el que participaron 11.762 trabajadores de la industria de petróleo, Edwin es el nuevo presidente de la Unión Sindical Obrera, USO. VOZ habló con él para conocer las perspectivas y los retos de ese, uno de los más importantes sindicatos del país, y para saber las posiciones del sindicato en temas polémicos como el fracking.
–En los cuatro años que usted estará en la presidencia de la USO, ¿qué retos tiene la organización?
–Lo principal es continuar con la tarea que había adelantado la conducción del anterior presidente, César Loza, con la construcción y el fortalecimiento del frente amplio por la defensa de Ecopetrol, donde ya se había hecho un trabajo importante. De ahí derivan varias tareas como defender la soberanía mineroenergética, la modernización de la Refinería de Barrancabermeja, la operación directa de campos de producción, la no venta de Cenit y en general oponerse a la venta de los activos estratégicos de la empresa.
El otro reto grande es de carácter social. La USO debe mirar a las comunidades petroleras donde hacemos presencia, estrechar los lazos con ellas a través de programas sociales, y exigirle a las empresas que hacen presencia allí, fortalecer la responsabilidad social.
Y el tercer reto es una agenda gremial importante. Crecer, afiliar a más trabajadores, negociar más convenios colectivos, seguir luchando por una legislación en materia de derechos de huelga y plantearnos una legislación sobre transición energética.
Para desarrollar esto ha quedado un equipo de dirección capaz, que además tiene entusiasmo y compromiso.
Defensa de la empresa
–Aunque la defensa de Ecopetrol es una pelea que va más allá de lo reivindicativo, ¿qué otras cosas debe hacer la USO para ir más allá de las relaciones obrero-patronales?
–Eso es lo que ha hecho este sindicato en toda su historia. Ha promulgado y ejercido un sindicalismo sociopolítico, clasista, democrático, se ha involucrado en los problemas políticos. Estamos a favor de la educación pública, en contra de la venta del patrimonio público, en contra de la reforma tributaria, participamos de los debates políticos, del debate de salario mínimo, participamos en el debate de la legislación relacionada con el derecho de huelga y la negociación colectiva. Siempre vamos más allá de aspectos meramente reivindicativos y eso hace a la USO el sindicato más importante del país. Siempre lo ha hecho y lo tendrá que seguir haciendo.
Ecopetrol es posterior al nacimiento de este sindicato, la USO gestó el nacimiento de esa empresa y ha luchado porque no se privatice. Algunas batallas las hemos perdido, otras empatado y otras ganado. Pero lo importante es seguir luchando para que esta empresa siga rentando en favor de los colombianos, porque si no sigue siendo de la nación, nos tocará pagar más impuestos.
–Además de crecer, ¿cómo fortalecer el sindicato internamente?, porque es notorio que en sindicatos de toda índole hay posiciones de derecha en las bases y en los dirigentes.
–Está en nuestro plan de trabajo que presentaremos en la primera junta directiva, como plan estratégico, y eso se combate con formación, mucha formación. Creo que la formación tiene que ir en tres líneas, una en demostrarle a los trabajadores y dirigentes sindicales que la lucha es eminentemente política y de origen ideológico, para que en medio de la pluralidad que ha existido en una organización clasista, se pueden conocer todas las vertientes, orígenes, éxitos, retrocesos.
La otra es una formación instrumental relacionada con aspectos como la salud ocupacional que tiene que volverse un elemento movilizador de los trabajadores, hay que ver cómo convertir a quienes tienen estabilidad laboral reforzada en agentes de movilización, organización y crecimiento del sindicato. Todos los aspectos relacionados con lo jurídico de la negociación colectiva, al arbitramento, al derecho a la huelga, todos los instrumentos que sirven para la lucha sindical como las redes sociales, los instrumentos de movilización digital.
Hoy el trabajo se ha transformado y por lo tanto las organizaciones sindicales tienen que adaptarse a eso sin perder sus principios y manteniendo una vocación de poder, y para eso se requiere formación. Es necesario recuperar la formación de cuadros sindicales.
Transformación del trabajo
–Dice usted que el trabajo se ha transformado, pero ¿se mantiene la contradicción capital-trabajo?
–Sin duda, soy un convencido que la contradicción capital trabajo y la lucha de clases se mantienen, que las formas de precarización laboral se mantienen y se agudizan. Hoy por ejemplo, vemos cómo a través de la vinculación de la tecnología al mundo del trabajo nos quieren vender la idea que no es necesaria la relación laboral, como ocurre con los trabajadores de las plataformas; dicen que no son subordinados, que son es emprendedores, que es economía colaborativa, y con esa retórica que no es más que un eufemismo de la precarización laboral, nos pretenden hacer ver que la contradicción capital-trabajo es inexistente.
–¿Eso cambia las formas de la lucha sindical?
–El sindicalismo debe renovar los contenidos de las negociaciones colectivas para adaptarse a las nuevas profesiones de los trabajadores. Marx habló de que la lucha de los trabajadores tiene que profundizarse por mayor tiempo libre, bueno, pues que la tecnología nos sirva para reducir la jornada de trabajo sin reducir el salario de los trabajadores.
También hay que adaptar los mecanismos de lucha. Lo dicen los sociólogos del trabajo, no solo debemos profundizar en el mitin, la huelga, el paro, la movilización; sino también recurrir a más control social, al boicot contra las imágenes institucionales de las empresas, a ver cómo por ejemplo enlazamos nuestra pelea con los consumidores de combustibles. Francia nos acaba de dar un ejemplo de cómo a través de la movilización se logra frenar el aumento indiscriminado de los precios de los combustibles.
Energías limpias
–¿Cuál es su posición frente al fracking?
–La posición de la USO hasta este momento es mantenernos en una moratoria, es exigirle al Gobierno que debe haber todas las claridades sobre el tema. Hoy hay dos proyectos de ley cursando en el Congreso de la República, un pronunciamiento del Consejo de Estado, un pronunciamiento del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que permite abrir la discusión. Vamos a discutir el tema al interior de la organización y adoptaremos una posición que será obligatoria para los dirigentes de la USO.
–Pero ustedes están por la moratoria cuando en ese tema la mayor parte del movimiento alternativo está es porque no se desarrolle ese método en el país.
–Hasta ahora no tenemos posición ni a favor ni en contra. Si al interior de la USO decidimos oponernos, lo haremos y haremos parte de todo ese movimiento social. Pero, si decidimos apostarle al piloto que propone Ecopetrol para determinar si las circunstancias medioambientales son favorables, pues esa será la posición institucional. Daremos los debates.
–¿Qué posición o propuestas tienen en cuanto a energías limpias?
–Tenemos que liderar, con la ayuda de muchos sectores, un proyecto de ley que hable de transición de energética justa, entendida como la negociada con los grupos de interés como los de la sociedad civil. Por eso, recibimos con buenos ojos que se haya aprobado un proyecto de ley en primer debate que establece que el transporte público hasta el 2036 usará combustibles fósiles. Pero la Central Sindical para las Américas ha acuñado un concepto de transición energética justa, debemos discutir sobre lo que pasará con los trabajadores de la industria petrolera y del carbón, cómo reconvertimos esa mano de obra para ponerla al servicio de las energías alternativas, cómo Ecopetrol se convierte en la empresa que lidera el proceso de transición energética y no que le entreguemos eso a las multinacionales, ya que vienen grandes proyectos eólicos y solares pero lo van a hacer transnacionales. Esos debates los tendremos en el orden del día.
Paz
–Posición frente a la paz, en lo que siempre ese sindicato ha estado bien metido.
–Siempre hemos estado en la agenda de paz, apoyamos las negociaciones con las FARC, los acuerdos, el plebiscito, fuimos a las urnas, estamos en las movilizaciones exigiendo el cumplimiento de los acuerdos. Desafortunadamente las condiciones políticas son adversas para el cumplimiento de esos acuerdos, pero nos queda la movilización.
Seguiremos exigiendo que con el ELN se negocie, ya que también como trabajadores de la industria petrolera nos vemos muy afectados por ese conflicto y hemos exigido que nos saquen porque en el último año ha habido 83 atentados al oleoducto Caño Limón – Coveñas, con afectaciones graves al medio ambiente y a las comunidades. Está demostrado que la vía militar no es la salida para solucionar ese conflicto. Exigimos la reanudación de las negociaciones, que haya acuerdos y que se implementen, no que se envolaten quitando presupuestos, ahogándolos por sustracción de materia.