jueves, marzo 28, 2024
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“No queremos esta maldita guerra”

Carta a Netanyahu

Un soldado israelí (derecha) confronta a un palestino. Los firmantes de la carta a Netanyahu dicen estar hastiados de una guerra injusta contra los palestinos.
Un soldado israelí (derecha) confronta a un palestino. Los firmantes de la carta a Netanyahu dicen estar hastiados de una guerra injusta contra los palestinos.

“Rechazamos participar en las acciones contra los palestinos y continuar siendo instrumentalizados para reforzar el control militar sobre los palestinos y sobre los territorios ocupados”, manifiestan 43 soldados y suboficiales de la reserva de la unidad más prestigiosa de la inteligencia militar israelí, en una carta hecha pública esta semana, en la que renuncian a seguir portando el uniforme militar y prestarse para continuar una represión que consideran infame contra sus vecinos de la Franja de Gaza y Cisjordania.

La carta, ampliamente difundida en los medios de comunicación locales, está dirigida al primer ministro, Benjamin Netanyahu, y al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares.

Los uniformados, en una de las expresiones de objeción de conciencia más importantes en Israel en los últimos años, manifiestan que “no podemos seguir sirviendo a este sistema, negándole sus derechos a millones de personas, y estar con la conciencia tranquila”.

Los autores de la carta, cuyos móviles fueron inmediatamente desmentidos por las autoridades gubernamentales, estuvieron hasta la semana pasada adscritos a la Unidad 8200 de la inteligencia militar, un organismo élite del ejército, del que raramente se hace mención en la prensa, especializada en ciberdefensa y encargada de la interceptación de teléfonos y espionaje, tanto en Israel como en Palestina.

Los firmantes confiesan haber participado en actividades de “persecución política” con sus actividades de espionaje. Dicen que “ya no podemos dormir tranquilos por la noche” después de escuchar las conversaciones más íntimas de ciudadanos palestinos, y denuncian la existencia en Israel de una política que evoca necesidades de seguridad nacional para justificar la represión más infame, todo un andamiaje de injusticias y violación de derechos humanos contra un pueblo vecino.

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