viernes, abril 19, 2024
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Niño llora su mascota

Nelson Lombana Silva

El día más amargo hasta ahora para el niño de 12 años Brayan Vargas Triana fue el 1 de marzo, cuando su mascota, el labrador enrazado de nombre “Tony” y de escasos siete meses de edad, fue tiroteado por un desalmado vecino de nombre Rómulo Roa Cruz. El hecho ocurrió a las 10:30 am en el destartalado parque del barrio Restrepo de la ciudad de Ibagué (Tolima).

Tony, la mascota de Brayan, herido. Foto Nelosi
Tony, la mascota de Brayan, herido. Foto Nelosi

La cruel decisión del “mataperros” como al parecer se le conoce a este personaje en el sector, generó repudio generalizado en chicos y grandes, por cuanto la mascota de Brayan es un perro inofensivo y juguetón. Su casa se ha convertido en procesión permanente de los habitantes de este barrio e incluso, de otros como El Calarcá para expresarle la solidaridad al atribulado niño que eleva oraciones para que el “amigo fiel del hombre” se recupere lo más pronto posible y pueda volver a salir al parque a jugar.

El niño acudió a la Policía para que se hiciera justicia, pero qué desilusión al darse cuenta que los uniformados estaban de acuerdo con “mataperros”.

El relato del niño conmueve: “Yo estaba jugando en las canchitas. Le tiré un palo y el perrito se fue a cogerlo. Cogió el palo y se puso a jugar con él. Mientras yo me bajaba a buscar otro palo, en ese momento me puse a hablar con un amigo, cuando escuché un ruido, un disparo, vi que el perro arrancó a correr. Yo me fui detrás del perro. Qué horror: Estaba lleno de sangre. Siguió corriendo y paró en una esquina. Se tiró al piso. Lo toqué. Estaba sangrando y tenía varias heridas en su cuerpo”.

“Aturdido por el hecho fui y le avisé a mi mamá y a mi padrastro, mejor dicho a toda mi familia. Al llegar ellos fuimos a donde el señor. Estaba sentado. La primera reacción del señor fue negar, dijo que él no era. Mi amigo dijo que él lo había visto cuando le disparó, lo hizo con una escopeta de cápsula. Creo que hasta el momento ha matado como a tres perros”.

“Todos los días sacaba el perrito al parque únicamente a jugar. Él no era bravo. El perrito está mal de salud. Tiene adolorido todo el cuerpo, no se puede ni mover. Le pegó en los pulmones, en la piernita y el cuello lo tiene abierto. No quiero pensar que mi perrito se pueda morir de esto. ¿Por qué hay gente tan irracional con los animalitos?”.

Ana Milena Triana, la mamá de Brayan, señala: “Quiero una ayuda para intentar recuperar la salud del perro, porque la verdad es un perro que no muerde ni se mete con nadie. Es un ser indefenso. Está muy delicado de salud. Además, no es tanto por lo que me haya costado, sino por el cariño que le tenemos con mis hijos”.

Mario Mora Rojas, el padrastro de Brayan, dijo: “Para mí es un animalito que es indefenso, eso es como pegarle a un niño; me parece muy ilógico una persona ignorante pegarle un tiro a un perrito que es indefenso. O sea, de aquí a mañana, ¡qué tal que le pegue un tiro a un niño o una persona! Quiero que haya justicia, porque el perro tiene dueño y el perrito lo queremos mucho, en el barrio todo mundo lo quiere. El perrito no es bravo, está entre los siete y ocho meses. Es un niño, ni siquiera ha estado con perras. Todos los queremos en el barrio, él juega con balones, nos distrae, es muy inteligente”.

En vista que la inspección de policía no puso mayor atención a este caso, Brayan, su mamá Ana Milena Triana y su padrastro acudieron a los buenos oficios de Luis González, juez de paz de la comuna número cuatro, quien se comprometió a hacer justicia.

“En este momento la señora me rinde la queja por escrito. Voy a programar la fecha para una audiencia pública de conciliación en equidad. Después de esta, miramos qué correctivos se le van a aplicar al señor. Lo que sí queda muy en claro es que, a raíz de la información que tenemos, este señor es de alta peligrosidad, por lo tanto no puede seguir portando armas. Tiene que comprometerse en este momento con la jurisdicción especial de paz, en el cual nunca más volverá a atentar contra los animales”.

“Fuera de eso, voy a remitir el caso a la sociedad protectora de animales, lo mismo que a la corporación ambiental para que ellos tomen las medias y los correctivos que sean del caso, con respecto a las lesiones graves que padeció el animalito, porque en este caso el animal no era el perro, el animal fue la persona que le disparó”.

“Conciliación en equidad consiste en llamar al victimario para hacerle ver que cometió un grave error, no solamente en dispararle a un animal indefenso, sino también en presencia de un niño. Es mucho más grave. Pone en riesgo la vida del niño y hacerle ver que las armas de fuego no son para jugar ni son para disparar a las personas y menos en estos casos. Una persona en este caso no debe de portar armas. Me preocupa demasiado lo que nos dice la señora que llegó la Policía y no intervino porque supuestamente el señor no les quiso entregar el arma. Una persona así debe desarmarse en forma inmediata”.

“Todos los gastos que acarrea la atención del animal deben ser cancelados por el victimario. Este caso también lo vamos a enviar a un experto en psicología, teniendo en cuenta que el impacto psicológico es demasiado, máxime cuando el menor está en una etapa de su desarrollo y queda traumatizado. En caso que muera el perrito, el victimario debe darle uno nuevo mucho mejor que la mascotica que tenía el niño en compensación con el daño causado”.

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