El Ñeñe los hizo quedar mal

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Hernán Camacho
@camachohernan

La Ñeñepolítica va más allá del financiamiento de campaña, la compra de votos y la naturaleza de una clase política emergente ligada al narcotráfico.

Hassan Nassar, jefe de comunicaciones de la Casa de Nariño es el estratega encargado de contener la crisis. Que el presidente no hable. Y no habló hasta que las redes sociales publicaron sus fotos con el “hermanazo”, el Ñeñe. A quien dijo primero no conocer, pero si conocía.

Los opinadores cercanos al gobierno justificaban la relación del Ñeñe y la compra de votos para Duque con la tesis de la credibilidad: “El presidente es un gran tipo”. Lo afable de Iván Duque no le quita su responsabilidad como candidato, así lo dijo él mismo en 2017.

Entonces la estrategia cambió. Que hable todo el uribismo contra Petro y saque las “bolsas”. Y lo hicieron, senadores y representantes del Centro Democrático se pronunciaron; tampoco funcionó porque la interlocutora del Ñeñe, MD, sigla de “Mujer Desconocida”, era Cayita Daza, la subalterna de Álvaro Uribe en su Unidad de Trabajo Legislativo. Del círculo de confianza política encargada del trabajo en el Cesar, una destacada personalidad en el partido de Gobierno.

¿Y el Fiscal General? El otro “hermanazo” de Duque. El Fiscal dice que le enviará la investigación a las autoridades competentes. O sea, él, porque debería abrir investigación a Daza con la certeza que los audios fueron recaudados legalmente por las autoridades competentes.

El siguiente paso: “los dineros han sido transparentes y todos han sido declarados”, le dijo Uribe a Vicky Dávila. Como si los dineros para pagar votos estuvieran entre las cuentas de ingresos y gastos de la campaña. No esperamos el video de “Uribe” e “Iván” mochileando pagando votos con billetes de 50 mil a las puertas de un centro de votación, no. Para eso era el Ñeñe.

Intentaron con la versión que el Ñeñe era un parlanchín. Otro paso en falso. El narco era un político de las entrañas del sector ganadero, se codeaba con ministros, podía volar en aviones y helicópteros oficiales. La gasolina y las horas de vuelo del Ejército estaban a merced del narcotraficante. El exministro Botero dijo que no lo conocía, pero recuperó la memoria por fortuna y se acordó que si lo conoció, pero solo en actos públicos.

Arranca el Congreso y la correlación de fuerzas cambió. La derecha saldrá a respaldar al Presidente. La élite se junta cuando es necesario. Aunque el parlamento bien parado con la gente, no está. Mientras el periodista Gonzalo Guillén dice tener más pruebas de la operación de compra de votos.

Compraron votos, sin duda, hicieron fraude. No son legítimos. Cada día hay más desgaste. A la ONU la sacaron a patadas por ser guarida “ideológica” y dos días después les tocó hablar con el organismo para arreglar otra torpeza diplomática.

Con la incontenible alza en los precios del dólar y el petróleo en el piso, el desempleo en las nubes y una carestía en todo, sencillamente el mercado no rinde. La situación económica tampoco será la salida a la crisis de Gobierno. Se vienen el paro y se tienen ganas de salir a la calle, Chile inspira.

Eso si Hassan, la relación del partido de Gobierno con el narcotráfico no es un problema de comunicación. El Ñeñe los hace quedar como un zapato.