El miedo a las movilizaciones

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Movilización estudiantil en las calles de Bogotá.

La campaña para deslegitimar las protestas y tratar de inmovilizar a las organizaciones sociales, emprendida por el Gobierno Duque, no dio resultado, por el contrario, miles más marcharán

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino

Con apenas 24 horas de haber sido coronada como la nueva soberana nacional de belleza, María Fernanda Aristizábal, respaldó el paro del 21 de noviembre: “Que esas marchas de verdad nos movilicen, que podamos alzar la voz para que cambien cosas con las que no estamos de acuerdo, quiero decirle al presidente Duque que todos marchamos por algo, para mover de verdad una causa que nos une, así que lo invito a que escuche y apoye por qué es que estamos marchando”.

Pero no es la única personalidad de la farándula criolla que se ha sumado a respaldar las movilizaciones. También lo hizo el cantante Carlos Vives, quien no es conocido propiamente por sus posturas políticas críticas. En su cuenta de Twitter expresó: “Si la marcha es para que no maten a nuestros niños en todos los rincones del país: yo marcho. Si es para que dejemos de matarnos: yo marcho. Si es para pedir una mejor educación para todos (incluidos los que odian y hablan por aquí sin saber): yo marcho…”. En otro de sus tuits dijo: “Si es para hacer respetar las pensiones de nuestros viejos: yo marcho. Si es contra la corrupción y su inmensa fábrica de pobres: yo marcho. Si es para hacer respetar a nuestros hermanos mayores: yo marcho. Si es para decirles ¡no más! a la extremas retardatarias: yo marcho…”, y: “…Si es para vivir unidos en la diversidad: yo marcho. ‘Los hombres nacemos en desigualdad. Corregirlo, de eso se trata la civilización’…”

La campaña gubernamental

Inmediatamente, la senadora del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, le respondió con dos mensajes en la misma “red social”: “Entonces comience por repartir su fortuna entre sus hermanos. La ‘igualdad’ debe ser frente a la ley. El resto es paja”. Y: “Quienes marchan son estudiantes privilegiados, que gozan de una carrera gratuita gracias a los impuestos que pagamos todos. Desigual es aquel que no logra acceder al estudio por la escasa oferta pese a los multimillonarios presupuestos. Esos no marchan, trabajan para estudiar”.

Otros personajes faranduleros de las redes como algunos influencer, que opinan sobre política, también se han mostrado de acuerdo y en desacuerdo con la movilización. Y hasta el ex candidato presidencial, Sergio Fajardo, conocido y cuestionado por su ambivalencia y debilidad en sus posturas políticas, salió a decir que marcharía.

El intercambio de opiniones no solo muestra las percepciones contradictorias sobre la movilización, sino el interés por parte del Establecimiento para deslegitimarla e inmovilizar. Han llegado a decir que no hay razones para protestar, que el Gobierno no tiene ninguna intención de desregularizar más las relaciones obrero patronales ni de hacer reformas pensionales que afectarán a las grandes mayorías.

Convivir urbanas

No solo desde estas tribunas se ataca la movilización. Un grupo de uribistas de Medellín emitió un video amenazando con hacer una labor paralela a la de la policía y controlar a los protestantes. Uno de los protagonistas del mensaje es alguien acusado de paramilitarismo.

Como es costumbre, el Gobierno busca cómo reprimir y romper las protestas y siempre ha encontrado en los desmanes de algunos manifestantes el pretexto para hacerlo. No obstante, ha habido muchas denuncias y pruebas de que los violentos que inician los ataques contra la Policía son miembros de esa misma institución que se encapuchan y se infiltran. Así también lo explicó a VOZ un ex agente de los Esmad en entrevista en la pasada edición.

Lo que se ha visto previo a la movilización del 21 de noviembre, es un descontento generalizado con la violencia contra los líderes sociales y los exguerrilleros de las Farc que firmaron el acuerdo de la Habana, pero también con las medidas económicas, el creciente desempleo y la intensificación del extractivismo.

VOZ consultó con líderes de diferentes organizaciones sociales que han estado en conflicto con el Gobierno nacional, para saber su visión acerca de las intenciones de deslegitimar la protesta.

Fabricio Muñoz, estudiante de ingeniería mecatrónica de la Universidad Nacional y responsable Nacional de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, Aceu, dice: “Desde un inicio el Gobierno ha sido muy agresivo en mostrar sus propuestas de ajuste en términos tributarios en materia social y fiscal. Por eso ha dado continuidad en políticas educativas. Además, necesita hacer algunos ajustes al modelo, desde lo legislativo con el paquetazo que le garantice gobernabilidad desde lo financiero y del financiamiento del Estado para el desarrollo de la economía extractivista”.

El dirigente estudiantil explica que en el primer semestre de su gobierno, Duque debió enfrentar el paro universitario y en el segundo la minga indígena. En ambos casos debió ceder. “Todo, sumado a lo que ha pasado en Chile y Ecuador que los alarma, temen a experiencias que pudieran desembocar en experiencias insurreccionales, populares, por una indignación antimodelo, alimentada por la muerte de los niños con el bombardeo”, explica el dirigente de Aceu y explica que desde el Establecimiento se ha emprendido una campaña de estigmatización de los líderes de la protesta y de las organizaciones sociales para tratar de que se acepte cualquier mecanismo de regulación violenta que utilice: “Busca justificar la represión, con la idea de que son agentes externos, gente violenta, gente que solo quiere vandalizar. Todo para poder avanzar en su agenda legislativa”.

En esta lógica, el Gobierno nacional reunió a la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales con la intención de inmovilizar a las centrales obreras, aunque no lo logró.

En ese sentido, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Diógenes Orjuela, le dijo a VOZ: “Tienen miedo porque se dieron cuenta que por primera vez en muchos años, los sectores alternativos logramos concitar el sentimiento de la gente. Se dieron cuenta que habrá grandes movilizaciones. Para bajarnos del paro en la reunión de la Comisión sacaron el argumento estúpido que tienen, que ellos nunca han hablado de eso (reformas laborales y pensionales), cuando lo han dicho en medios de comunicación, y que el paro sería terrible”.

El líder sindical cree que en la campaña de desprestigio contra la movilización el Gobierno ha fracasado porque cada que vez que hacen algo reacciona más gente diciendo que va a participar.