Maestros por la vida y la paz

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La Federación sigue firme en su lucha por una educación científica, universal, laica y de calidad. Foto archivo

El magisterio es la organización sindical que ha sufrido el mayor número de violaciones a los derechos humanos. Hoy, una campaña de la derecha fascista quiere convertirlo en victimario

Nelson Javier Alarcón* – María Eugenia Londoño**

“Ese día tuve que salir afanosamente a la madrugada, coger a mis dos hijas pequeñas, montarlas en un burro que un señor, caminando junto a mí, o más bien huyendo junto a mí, decidió prestarme al ver que yo resbalaba en el lodo e intentaba protegerlas al caer repetidamente, pude llevar sólo una maleta con pocas cosas … las ráfagas aun retumbaban a lo lejos, la escuela era un lugar peligroso, ya no pude volver, hoy no sé qué pasó con mis estudiantes, sólo sé que definitivamente la escuela que vivimos, no fue territorio de paz, allí tuve que dejar mi trabajo, mi hogar, mis cosas, parte de mi vida quedó en esa escuela”, así narra su historia de vida una de las miles de maestras que debieron vivir el horror de la guerra que durante décadas aqueja al país.

El magisterio es víctima del conflicto

Según el informe “Una vida por educar”, presentado por la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, a la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, CEV, y a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, UBDP, Fecode es la organización sindical que ha sufrido el mayor número de violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario en contra de sus miembros.

Según el Sistema de Información de Derechos Humanos, Sinderh, de la Escuela Nacional Sindical, ENS, se han cometido al menos 6.119 violaciones a la vida, libertad e integridad de los docentes sindicalizados entre 1986 y 2016. Entre estas violaciones, 990 fueron homicidios, 78 desapariciones forzadas, 49 atentados contra la vida, 3.170 amenazas y 1.549 desplazamientos forzados; estas cifras evidencian el impacto del conflicto armado en el magisterio colombiano.

A pesar de ello, los maestros y maestras a lo largo y ancho del país, aún en su condición de vulnerabilidad, en razón del rol de liderazgo social, político, sindical y pedagógico, armados de conocimiento, continúan en su ejercicio pedagógico con la convicción de formar sujetos críticos, capaces de transformar sus realidades, caracterizadas por las desigualdades, la miseria y el olvido.

Entre 2019 y lo que va de este año, cerca de 930 docentes han sido amenazados en todo el país, 18 asesinados y más de 110 desplazados; a pesar de ello, la Unidad Nacional de Protección, UNP, se ha negado a atender las solicitudes de protección a más de 20 directivos regionales y en los casos en los que no lo ha hecho, ha desmontado el esquema, ha reducido el mismo u orientando que el mismo esquema proteja a varias personas de forma simultánea, lo que deja en riesgo a los docentes amenazados, pues la realidad del país, hoy deja ver con mayor impotencia, cómo aumenta el asesinato sistemático de líderes sociales, las masacres, el perfilamiento de la oposición como mecanismo de señalamiento y persecución, entre otras cosas, financiado por el Estado.

Compromiso con la vida

Fecode lleva 61 años de resistencia en los territorios, soportando la cruenta guerra, pero con la convicción de que sólo la educación permitirá a la sociedad avanzar hacia escenarios de justicia social; ha denunciado permanentemente la negligencia del Estado colombiano en el cumplimiento y garantía de los derechos de las comunidades, no sólo en el campo de la educación, pues ha trascendido de lo gremial a la lucha política, en el marco de sus exigencias por recursos que financien el Sistema General de Participaciones, que entre otros, financia la salud, la educación y el saneamiento básico de toda la población colombiana.

La historia, como decía Fidel, ha absuelto con creces al movimiento sindical magisterial, pues la actual emergencia social y sanitaria, causada por la covid-19, ha visibilizado con mayor rudeza las desigualdades sociales y particularmente, en la educación, ha dejado ver las brechas de infraestructura, de inversión en Tecnologías de la Información y la Comunicación, en la canasta educativa, en la garantía de acceso, permanencia y condiciones dignas en la educación rural, de hacinamiento por cuenta de relaciones técnicas que no favorecen los procesos educativos, y para completar, el presupuesto planteado por el gobierno nacional para la vigencia 2021, deja ver que comparativamente, hay una reducción de recursos, que sin duda dejará, una vez más, al magisterio con la carga que implica el regreso a las aulas sin la garantía de las condiciones mínimas, para evitar un contagio masivo.

En ello, la federación sigue firme en su lucha por la vida, la paz y, sobre todo, por una educación científica, universal, laica, sin restricciones de acceso, de permanencia o de condiciones dignas.

Ataques de la derecha fascista

Es por ello que Fecode ha sido blanco de múltiples ataques que provienen de la derecha fascista en el poder económico y político del país, en las que se determinan “Bodeguitas” que pretenden desdibujar su importante labor, configurando de forma permanente amenazas, no sólo desde las redes sociales, donde expresiones como “Farcode”, “guerrilleros”, “terroristas”, “vagos”, entre otros apelativos, pretenden determinar en la opinión pública, subjetividades de aversión, reproche y oposición por su invaluable tarea en defensa de los derechos del pueblo colombiano.

Es preciso denunciar los violentos ataques y amenazas resultado de dichos señalamientos. Es el caso de las graves acusaciones proferidas por el señor Herbin Hoyos, quien atribuye a los maestros del país el reclutar niños y jóvenes para la guerra desde sus salones de clase y quien pretende llevar a la JEP los supuestos testimonios para que se vincule al gremio profesoral como responsables de reclutamiento forzoso de menores. Acusación en la que adicionalmente, vincula a la JUCO, la cual es una organización nacional de jóvenes, que durante décadas se ha encargado de promover el pensamiento crítico y de desarrollar acciones que propenden por el avance hacia una sociedad democrática y con justicia social; su denuncia resulta indignante, pues adicionalmente plantea que estas organizaciones no se han “desmovilizado” como si fuesen actores armados, por lo que Fecode interpondrá demanda penal ante tales difamaciones infundadas y el señor Hoyos tendrá que responder.

En un país donde ser oposición es delito y motivo suficiente para ser asesinado, no sorprende, que la víctima, por cuenta de la avaricia y el odio, pase a ser victimario, es el caso de esta denuncia, que no sólo desconoce las condiciones y el impacto de la guerra en las escuelas del país, y en consecuencia en sus maestras y maestros, que con abnegación y convicción, continúan haciendo de la pedagogía y su compromiso con las comunidades, las mejores armas para combatir las condiciones de pobreza y concentración de riqueza extremas que aquejan a la población colombiana.

*Presidente de Fecode

** Secretaria de Inclusión, Género e Igualdad de Fecode

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