sábado, abril 20, 2024
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Macri en Argentina: Nuevo bloque de poder neoliberal

El nuevo huésped de la Casa Rosada pretende agrupar a diferentes facciones de la burguesía, que expresaron contradicciones entre sí bajo los anteriores gobiernos de los Kirchner, alrededor de un proyecto hegemónico de largo aliento.

Las demostraciones obreras y populares del Primero de Mayo, constituyeron un formidable rechazo a la política neoliberal del presidente Macri en Argentina.
Las demostraciones obreras y populares del Primero de Mayo, constituyeron un formidable rechazo a la política neoliberal del presidente Macri en Argentina.

Alberto Acevedo

En los pocos meses que ha estado en el poder el presidente de Argentina, Mauricio Macri, con sus disposiciones pone en evidencia que su programa de gobierno se dirige aceleradamente al rediseño del estado, al desmonte de todas las expresiones progresistas alcanzadas durante la última década y a la constitución de un nuevo bloque de poder, integrado por sectores de la burguesía nacional, el sector financiero y la banca internacional.

Para ello ha puesto en marcha una contrarreforma neoliberal, que incluye la devaluación de la moneda en un 40 por ciento y la elevación de precios de la canasta familiar en un 30 por ciento. Además ha dispuesto una criminal medida contra los trabajadores colocando cualquier aumento de salarios en un 20 por ciento por debajo del índice del costo de la vida.

Las tarifas de energía eléctrica fueron incrementadas en un 400 por ciento y las del transporte público de pasajeros en un 200 por ciento. El gobernante ha dado los primeros pasos hacia la privatización de empresas en gran escala, sobre todo en sectores estratégicos de la producción. En contraste, ha dispuesto una de las medidas más odiosas entre la población, que es el desembolso de unos 6.500 millones de dólares para el pago de la duda a los llamados ‘fondos buitre’, para lo cual acudió al endeudamiento externo.

El objetivo de Macri es consolidar un nuevo bloque de poder formado por sectores de la agro industria nacional, el sector financiero, entroncado a su vez con la banca internacional, poderosos inversionistas extranjeros y el sector más representativo del aparato político militar, supeditado a la política intervencionista de los Estados Unidos.

Desmonte de lo social

El nuevo huésped de la Casa Rosada pretende agrupar a diferentes facciones de la burguesía, que expresaron contradicciones entre sí bajo los anteriores gobiernos de los Kirchner, alrededor de un proyecto hegemónico de largo aliento. Liderarían un proyecto semejante, el sector financiero, las principales empresas exportadoras y las grandes transnacionales. El cálculo de Macri es sentar las bases materiales para poner fin a lo que sus voceros denominan el “ciclo populista”.

En los dos primeros meses de su mandato, en una carrera contra reloj, como no disponía de una mayoría parlamentaria que apoyara sus iniciativas, vía decretos ejecutivos el presidente Macri adoptó una serie de disposiciones, como la eliminación de controles cambiarios y la devaluación del peso; la supresión de las retenciones a las exportaciones, la liberalización del sector financiero local y el aumento de las tasas de interés.

Dispuso la emisión de una nueva deuda y comenzó al mismo tiempo la negociación para el pago de una deuda ilegal e ilegítima a los llamados ‘fondos buitre’, lo que pone al país de regreso a las fauces del Fondo Monetario Internacional.

Para contrarrestar la política social de las dos administraciones anteriores, impuso bruscos aumentos en las tarifas de servicios públicos, electricidad, gas, acueducto y telefonía fija, transporte de buses, ferrocarriles nacionales y transporte de pasajeros en el área urbana de Buenos Aires.

Lucha de clases

Al mismo tiempo dispuso “libertad de precios” en productos tan sensibles para los argentinos, como las carnes rojas, el pollo, frutas, verduras, productos lácteos y algunos enlatados.

Desde luego, culminar un proyecto semejante va a depender en buena medida de la reacción de los trabajadores, víctimas del deterioro salarial y del desempleo, producto de una ola de despidos en el sector público y de la actitud semejante que comienza a tomar el sector privado.

Esa reacción popular no se ha hecho esperar. Durante la celebración del Primero de Mayo, día internacional de los trabajadores, por primera vez en muchos años las cuatro centrales obreras del país marcharon unidas en defensa de las conquistas sociales alcanzadas en los gobiernos anteriores.

Se han disparado en las últimas semanas las huelgas de profesores y de funcionarios públicos, afectados por los recortes salariales. Inclusive las organizaciones defensoras de derechos humanos, convocan las primeras movilizaciones. El movimiento de resistencia a la política social de Macri, apenas se pone en movimiento. Debe superar una parálisis, producto de la colaboración con el régimen anterior y proyectar un movimiento que abarque a sectores democráticos y progresistas del país. Lo cierto es que la lucha de clases se intensifica en Argentina.

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