Con la convicción de que los homenajes son mejores en vida, los comités de dirección política regional de la Juventud Comunista, JUCO; y el Partido Comunista en el Cauca hicieron un reconocimiento al entrañable dirigente
Redacción Territorios
En 1990, un comunista nariñense, con mirada fija y sonrisas esquivas, ingresaba a trabajar en el SENA y se convertía en sindicalista; hoy, 34 años más tarde, culmina sus labores dejando un legado que como Partido y Juventud Comunista Colombiana del Cauca no podemos más que admirar y celebrar. Hablamos de Luis Ernesto López Ruano, un militante de la vida y la esperanza, a quien dedicamos esta remembranza.
Su vida ha estado marcada por su incansable batalla por la justicia social, su compromiso con la transformación política en Colombia y la lucha por los derechos de las y los trabajadores. Nació el 30 de noviembre de 1961 en la ciudad de las nubes verdes, Ipiales. Su camino tomó otro rumbo cuando obtuvo uno de los mejores puntajes en el Icfes como estudiante del Colegio Nacional Sucre de Ipiales y así ingresar al programa de ingeniería electrónica en la Universidad del Cauca, Popayán.
Años de formación en la lucha
Alrededor del año 1982 ingresó a la JUCO, forjándose como dirigente estudiantil al lado de otros jóvenes como Andrés Nieto y Jorge Álvarez. Desde un comienzo, se destacó por su compromiso militante y junto con compañeros como Silvio Suarez; participó en las luchas que organizó el Partido Comunista Colombiano tras el terremoto de Popayán en 1983, que derivó en la conformación del Barrio Avelino Ul.
En 1986, se convirtió en miembro de la dirección ejecutiva local de la JUCO. Siempre se caracterizó por su entrega disciplinada y estricta a las causas del Partido, especialmente en el fortalecimiento orgánico, asumiendo la responsabilidad financiera. Recorrió todo el suroccidente del departamento, desarrollando espacios culturales y de formación política a líderes de los diferentes municipios.
En 1984, junto a Fernando Quijano, Pedro Vaca, Juan de la Cruz Perafán, Darío Tote y Alfredo Holguín, entre otras personas, fundan la Unión Patriótica en el Cauca. Convocaron a las comunidades y sectores sociales movilizados a apoyar la solución política del conflicto armado y la apertura de escenarios realmente democráticos, en los que la participación política atendiera las necesidades sociales más sentidas, contrario a lo que el bipartidismo había desplegado hasta ese momento.
En 1988, fue emulado para asistir a la Escuela Internacional del Partido Comunista Colombiano en la Unión Soviética. Durante un año, compartió con compañeros de otros países latinoamericanos, sumergiéndose en el estudio de la economía política, historia y organización partidaria. A pesar de la perestroika y los últimos coletazos del proceso socialista soviético, su visión y perspectiva de un futuro socialista para Colombia y Latinoamérica se mantuvieron intactos.
Sus batallas en el SENA
Se unió al Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, institución en la que ejerció como instructor hasta el 24 de junio del 2024. Comenzó como instructor de formación profesional a tiempo parcial, pero su pasión por la enseñanza lo llevó a ser nombrado docente de tiempo completo. Sus clases abarcaron desde electricidad hasta derechos fundamentales del trabajo; también compartió su conocimiento como docente ocasional en el programa de ingeniería física de la Universidad del Cauca. Su habilidad para enseñar lo convirtió en un formador apreciado en escuelas de organizaciones sociales y partidos de izquierda.
En los primeros años de la década de los 90, se afilió al Sindicato de Empleados Públicos del SENA, Sindesena, uno de los sindicatos de la institución que, desde 1978, se ha caracterizado por su independencia frente a los intereses patronales. Sindicato que profundiza en la discusión político-ideológica, permitiendo la construcción de un pensamiento sindical definido y comprometido con el análisis de la problemática sociopolítica nacional e internacional, que no sólo contempla las reivindicaciones económicas para sus afiliados, sino que también prioriza la defensa de la institución.
En Sindesena, se destacó por su liderazgo y participación en la subdirectiva de la regional Cauca, siendo elegido más de una vez como presidente de esta, a la par que fue directivo nacional del sindicato, ejerciendo como fiscal nacional, destacándose por su honestidad y coherencia política y gremial. En múltiples ocasiones, orientó las acciones de movilización en defensa del SENA, enmarcando cada proceso de movilización en el rechazo de las diferentes iniciativas gubernamentales y administrativas dirigidas a la privatización de la institución.
La lucha continúa
Su lucha sindical lo ha posicionado también como directivo de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Cauca, en donde ha aportado en la construcción de iniciativas políticas, movilizadoras y educativas en articulación con los cursos de economía política y derechos fundamentales del trabajo, dirigidos a todas las y los trabajadores que tienen interés por fortalecer sus conocimientos al respecto.
Fue integrante del Frente Social y Político en los años 90, del Polo Democrático Alternativo en sus inicios con el maestro Carlos Gaviria Díaz y, actualmente, del Pacto Histórico; con la convicción de apostarle a la unidad de la izquierda, con la esperanza de generar transformaciones estructurales que permitan avanzar en la paz con justicia social.
Sus palabras, afiladas, desgarran la superficie de lo aparente para revelar las heridas ocultas de una sociedad desigual. Desprovisto de algún ápice de conformidad con diagnósticos superficiales, ha ido más allá, desenmarañando las raíces de la conflictividad social derivada de la lucha de clases.
Hoy, exaltamos la labor de un indiscutible dirigente e intelectual orgánico que continuará en su lucha por el socialismo. Su agudeza crítica y su voluntad militante seguirá estando al servicio de la clase trabajadora desde los lugares y espacios en lo que le toque actuar.