Los cuartos de final en un Mundial impredecible

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Neymar anota el primero de los dos goles, con los que la selección brasileña clasifico a los cuartos de final. Foto internet.

El protagonismo del VAR, la caída de algunos grandes y partidos fuera de lo común son algunas de las características de este tercer ciclo que culminara el sábado 7 de julio

Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos 

Recuerda el escritor uruguayo Eduardo Galeano que en el fútbol moderno existe una contradicción. Mientras en la cancha los ojos de millones de personas se deleitan con la fiesta del juego, en las estructuras de poder se configura uno de los deportes más lucrativos del mundo. Incluso va perdiendo su espíritu, su potencia, pues “a medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí”, convirtiendo al fútbol en un espectáculo “con pocos protagonistas y muchos espectadores”.

En esta ecuación que combina pasión popular y un mercado cada día más rentable, se construye el acontecimiento que le da sentido y corazón al fútbol profesional. Desde el pasado 14 de junio el mundo deportivo vive la vigésima primera edición de la Copa Mundial de fútbol masculino con la Federación Rusa como anfitriona.

“El mundial no es simplemente un gran evento del fútbol” anota el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Clacso, en su más reciente publicación titulada Cuadernos del Mundial. Por 32 días, los partidos y sus resultados, los goles y las espectaculares jugadas, colonizan la vida cotidiana de una mayoría social que hace del juego un patrimonio colectivo y una pasión inexplicable de su propia existencia, donde las fronteras de los pueblos se deslindan de todas sus diferencias alrededor del éxito o el fracaso del seleccionado nacional del cual se hace parte.

La particularidad de este evento, que a la fecha arranca los cuartos de final, es que los desarrollos deportivos se han salido del libreto, haciendo de Rusia 2018 un acontecimiento impredecible, y por lo tanto, alucinante.

El VAR

Como en el Mundial México 70, donde se introdujo para siempre la medida de las tarjetas amarilla y roja, en Rusia 2018 la novedad deportiva se concentra en la implementación del Árbitro Asistente de Vídeo, VAR, por sus siglas en ingles. Esta iniciativa tecnológica que busca reducir las injusticias y errores humanos del arbitraje convencional, se ha convertido en una realidad que ha beneficiado y perjudicado por igual a distintos seleccionados.

Los ejemplos han sido variados. En el partido de Colombia contra Senegal, la ayuda tecnológica permitió revertir la decisión del juez central de pitar un penalti inexistente. En los últimos minutos del partido entre Alemania y Corea del Sur, el legítimo gol del seleccionado asiático fue validado gracias al VAR, eliminando al vigente campeón y clasificando a octavos de final al ya eliminado seleccionado mexicano. Incluso permitió invertir acciones donde jugadores fingen faltas, como el penal anulado a Brasil contra Costa Rica donde se estableció que Neymar engañaba al árbitro central con un agarrón imaginario.

Si bien el VAR es selectivo, a discreción del juez y por lo tanto inequitativo, es en definitiva mejor a lo que existía. La asistencia tecnológica, gracias a sus resultados, es una realidad que difícilmente será marginada del fútbol contemporáneo, por impartir algo de justeza en un deporte que demanda cambios estructurales acordes a los nuevos tiempos.

La caída

Como es habitual, al iniciar el mundial de fútbol se establecen los súper favoritos para lograr el título. En las cuentas de los “expertos” periodistas deportivos, las selecciones de Brasil, Argentina, Alemania y España eran las candidatas más fuertes para ganar Rusia 2018. Igualmente en los cálculos periodísticos existían candidatos emergentes como Bélgica, Inglaterra, Francia, Portugal y Uruguay.

Estas suposiciones, que se confirman o se arrojan a la caneca de la basura en la medida que se desarrollan los acontecimientos, usualmente se dibujan a partir de la lectura que proporcionan la historia, los jugadores top y las cifras multimillonarias que se tasan sobre las grandilocuentes nóminas.

La rareza que se experimenta hoy en Rusia es la caída estrepitosa de cuatro de los grandes favoritos. Alemania y la gran decepción de ser eliminada en la fase de grupos. Argentina, España y Portugal eliminados del campeonato en octavos de final sin mostrar el fútbol espectacular que se prometía, lo que significa la imposibilidad del fútbol marketing en ver a Cristiano Ronaldo y Lionel Messi coronarse con la Copa Mundo.

Cuartos de final

Culminada la fase de octavos se conocen los enfrentamientos que seguirán dando curso al mundial. El primero de ellos lo protagonizan los conjuntos de Francia y Uruguay que se enfrentarán el viernes 6 de junio en el estadio de Nizhni Nóvgorod. El conjunto del gallo francés en contra de todos los pronósticos que lo daban como un equipo inexperto y débil, viene con la moral arriba tras eliminar con autoridad a la Argentina en un partido que impresionó con el brillo de su máxima estrella, Kylian Mbappé.

Por su parte, la completa escuadra charrúa llega al partido de cuartos como uno de los equipos con mejor juego, desplegando el alto nivel de su poder ofensivo en cabeza de Luis Suárez y Edison Cavani, quien está en duda para el partido del viernes. Un encuentro que entusiasma con razones a los amantes del buen fútbol.

El segundo partido que se disputará el mismo viernes 6 de junio, pero en la ciudad de Kazán, será el que protagonicen los seleccionados de Brasil y Bélgica. El scracth que dirige el carismático Tite, ha cosechado hasta la fecha tres victorias y un empate, eliminando en octavos a una aguerrida selección mexicana, con un juego vistoso y pragmático, liderado por su estrella Neymar y acompañado por el buen nivel de jugadores como Willian y Philippe Coutinho.

Mientras tanto, la escuadra de los diablos rojos viene de la victoria agónica frente al equipo de Japón. El equipo que dirige Roberto Martínez y que tiene en su nómina a jugadores de alto nivel como Eden Hazard, Romelu Lukaku, Kevin de Bruyne, Marouane Fellaini, entre otros grandes jugadores, quiere seguir encantando con su juego europeo vertical y contundente. El encuentro entre Brasil y Bélgica promete, ilusiona y seduce con ser uno de los mejores partidos del certamen.

La tercera fecha de los cuartos de final la disputarán los seleccionados de Rusia y Croacia el sábado 7 de julio en la ciudad de Sochi. El equipo anfitrión, que vale decir es una de las sorpresas en esta fase del mundial, viene de eliminar por la vía de los penaltis a la favorita España en un partido donde demostró entrega y sudor por la camiseta. Cuenta con el público a su favor, un plus que seguramente va a ser determinante en el resultado del encuentro.

Su rival, Croacia, tiene la tarea de corregir su nivel futbolístico desplegado contra Dinamarca y recuperar el favoritismo alcanzado a pulso en la fase de grupos, donde cosechó importantes resultados que lo dejaron en el primer lugar. La mejor carta del conjunto ajedrezado es su excelsa y completa nómina de jugadores como Luka Modrić, Ivan Rakitić y Mario Mandžukić, para nombrar algunos. En el encuentro de Sochi se medirán dos selecciones emergentes que seguramente protagonizaran un partido digno para este momento del certamen.

Al cierre de esta edición se disputan los partidos entre Suecia contra Suiza e Inglaterra midiéndose contra Colombia que definirán el cuarto partido de la tercera fase.

Impredecible

Tal y como van las cosas, el desenlace de Rusia 2018 será anómalo. Está redacción pronostica, en el buen sentido y con corazón más que razón, que las semifinales serán entre Brasil y Uruguay por un lado, Croacia y Colombia por el otro, demostrando el deseo de ver a tres selecciones latinoamericanas en esta fase.

Más allá del acierto o equivocación, lo realmente esperado es contemplar un final de campeonato con fútbol vistoso, bello e indescriptible, ese que enamora pueblos y nos lanza a la prohibida aventura de la libertad que solo el deporte más hermoso del mundo puede conquistar.

***

A las 4:00pm del martes 3 de junio, el país vivió el amargo epilogo que dejo la presentación de la selección Colombia contra el equipo inglés. Amargura que se puede definir en dos ideas. La primera se concentra en el mal arbitraje del norteamericano Mark Geiger, que demostró a lo largo de los 120 minutos las dudas generalizadas que existían sobre su desempeño; el partido no solo se le salió de las manos sino que mostró un claro desequilibro en favor del equipo europeo. En segundo lugar, queda el sinsabor de no lograr la hazaña de la remontada y fallar en la lotería de los penaltis; el gol agónico de Yerry Mina a los 93 minutos como el compromiso sacrificado de un seleccionado nacional que dejó todo en la cancha, deja la genuina sensación que Colombia merecía como nunca el triunfo.

El sueño termina para la selección Colombia. Sin embargo, el mundial sigue y dos equipos latinoamericanos pueden lograr la epopeya de ganar nuevamente la Copa Mundo de la FIFA en territorio europeo, proeza postergada que tiene como único antecedente la victoria de Brasil en el mundial de Suecia 58. Brasil y Uruguay, a cambiar la historia.