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Los borradores de los acuerdos parciales: Avance en el bienestar de los colombianos

Para el Gobierno los acuerdos son trascendentales, aunque pone más énfasis en la “transparencia” al divulgarlos. Para las FARC-EP hay formidables avances, pero señalan que el alma del Acuerdo de La Habana es el preámbulo al que consideran “vinculante” porque tiene “fuerza de mandato”.

Proceso de Paz en la Habana

Redacción de Paz

El pasado miércoles 24 de septiembre, previo anuncio del presidente Juan Manuel Santos en Nueva York, en la ciudad de La Habana fueron divulgados los borradores de los acuerdos parciales de los puntos 1, 2 y 4 de la agenda del Acuerdo General de agosto de 2012. Dos años después se levantó el embargo del “secretismo inútil” que impuso el Gobierno Nacional con mala intención y en su particular interés se dedicó a filtrar la mayoría de los acuerdos, a lo largo de dos años aunque sacándolos de contexto y de la visión de conjunto.

Se trata de los borradores de los tres primeros puntos discutidos en la Mesa de Diálogos de La Habana, que han culminado con acuerdos parciales. Son borradores porque quedan temas pendientes e importantes en cada uno de ellos.

“En todo caso, como hemos dicho tantas veces, los acuerdos se rigen por el principio de que ‘nada está acordado hasta que todo esté acordado’, establecido en el punto 10 de las Reglas de funcionamiento del Acuerdo General. Eso quiere decir que hasta que no haya acuerdo sobre todos los puntos en su conjunto, no hay un acuerdo definitivo sobre ninguno de ellos”, dice el comunicado conjunto Nº 44, suscrito por los voceros gubernamentales y de las FARC-EP, en el que las partes le dan a conocer al país lo que se ha logrado hasta el momento, “como una medida de transparencia”. Es el resultado fructuoso de dos años de trabajo.

Los puntos se refieren a los siguientes temas: “Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral”, “Participación política: Apertura democrática para construir la paz” y “Solución al Problema de las drogas ilícitas”.

En el refrigerador

Sin embargo, en el refrigerador quedan congelados numerosos temas a la espera de que sean aprobados e incorporados a los textos ya definitivos, que dejarían de ser borradores. Son aspectos esenciales que le dan fuerza a las reformas sociales y políticas.

“Los puntos en los que no hemos logrado un acuerdo, o en los que está remitida su discusión a otros puntos de la Agenda, se encuentran señalados claramente en el texto. A juicio de las FARC-EP, existen además salvedades que están referidas a temas cobijados por el Acuerdo General y su Preámbulo, y por tanto deben discutirse. A juicio del Gobierno, la mayoría de estos temas no hacen parte de la Agenda del Acuerdo General y con otras el Gobierno no está de acuerdo. Este asunto está por resolverse. Cada delegación está en libertad de volver sobre los puntos que quiera”, dice el comunicado conjunto. De tal manera, recuerdan las partes, “que hasta que no haya acuerdo sobre todos los puntos en su conjunto, no hay un acuerdo definitivo sobre ninguno de ellos”.

Lo anterior debe quedar claro, porque después de conocidos los borradores, en medio del alborozo algunos medios de comunicación difundieron la especie de que el acuerdo está de un cacho, “solo faltan la desmovilización y la entrega de las armas”, dijo uno de los “periodistas estrellas” de una cadena radial.

Al respecto, las FARC-EP dijeron en su propia declaración: “El doctor Humberto de la Calle se ha referido ampliamente al conjunto de los acuerdos parciales, a veces dándole su propia interpretación. Diríamos al respecto, que lo fundamental es lo que el conjunto de la sociedad y sus organizaciones logren interpretar de los textos. Esa es la esencia: que la gente tenga acceso directo a los contenidos y pueda luego ayudar a construir o a corregir.

“Refiriéndonos a los puntos de la Agenda sobre los que hay acuerdos parciales, por metodología hemos separado la discusión de cada tema, pero todos están interrelacionados; no se puede hablar de reforma agraria, por ejemplo, sin hablar del punto Participación Ciudadana, porque en gran medida es en el territorio donde se ejerce la acción de la democracia; pero al mismo tiempo habrá que tenerse muy presente que una reforma rural integral no es posible si no se resuelven los conflictos que nos han traído los Tratados de Libre Comercio, o sin aludir a problemas como el de la extranjerización de la tierra”.

Falta mucho trecho

Salta de bulto, entonces, que falta mucho trecho, no solo porque están pendientes tres puntos fundamentales a saber: víctimas (el 5º de la Agenda), Fin del conflicto (el 3º de la Agenda) y la Implementación, verificación y refrendación (el 6º de la agenda). El tiempo que resta es el estrictamente razonable y necesario para allanar el camino a la paz estable y duradera.

En todo caso, no hay grandes sorpresas, lo que se conoce en los borradores en su mayoría había sido divulgado en las filtraciones perversas de los voceros oficiales. Según el diario El Tiempo “los detalles novedosos están en las instancias y mecanismos que se crearían para hacer viable el pacto si hay paz”. Queda pendiente es la certeza de que no habrá conejo del Gobierno a los acuerdos, porque la historia de los procesos de paz está colmada de engaños y trampas del Establecimiento.

La misma decisión de dialogar en medio del conflicto es la vieja táctica del Estado de llevar derrotada a la guerrilla a la mesa de diálogos. Ese sueño de la burguesía colombiana sigue estando latente, por eso se opone a cualquier cese de fuegos o acuerdos humanitarios que disminuyan la intensidad del conflicto. Como también son nocivas las decisiones unilaterales, al margen de los acuerdos parciales, como la de la justicia transicional para la paz, el referendo y la reforma política que se discute en el Congreso y que nada tiene que ver con lo acordado en el segundo tema de la participación política.

Importantes acuerdos

Para el Gobierno los acuerdos son trascendentales e importantes, aunque pone más énfasis en la “transparencia” al divulgarlos con lo cual quedan sin argumentos los enemigos de la paz. Para las FARC-EP, hay formidables avances, pero señalan que el alma del Acuerdo de La Habana es el preámbulo al que consideran “vinculante” porque tiene “fuerza de mandato”. Plantean sin ambages que “el proceso de paz es un esfuerzo colectivo”. En ese sentido, es fundamental la participación ciudadana.

Los acuerdos parciales divulgados están contenidos en 68 páginas: 22 del tema agrario, 20 de participación política y 26 de las drogas ilícitas.

En el tema de Desarrollo Rural Agrario se destaca el logro del acceso gratuito a la tierra de los campesinos que carecen de ella o que la tienen pero insuficiente, con subsidios y créditos; se define el mejor uso del suelo y se establece el catastro que le permitirá a los campesinos la legalización de sus propiedades conseguidas de hecho; participación ciudadana en la planificación y ordenamiento territorial; definen la frontera agrícola y se avanza en la disminución de la pobreza, mediante programas de bienestar y buen vivir y otros de desarrollo y seguridad.

Sobre el tema de la participación política y ciudadana se avanzó en delinear la llamada “nueva apertura democrática”, sobre la base de la mayor participación ciudadana en las decisiones políticas del país; se convocó a los partidos para discutir el Estatuto de la Oposición y a las organizaciones sociales para establecer normas garantistas de la protesta popular; mayor participación y acceso de las comunidades a los medios de comunicación; las circunscripciones especiales de paz para las regiones más azotadas por el conflicto; reforma electoral y las garantías iguales para todos.

Sobre el tema de “Solución al problema de las drogas ilícitas”, queda claro que el narcotráfico no es causa del conflicto, se reconocen las causas políticas, sociales y económicas. Al plantear la inclusión social de los cultivadores de la hoja de coca se reconoce que la causa de los llamados cultivos de uso ilícito obedece a la miseria en el campo. Sustitución y erradicación son la base para acabar con la existencia de los mismos.

El consumo será tratado como un problema de salud pública. Mientras que el Estado deberá tener una estrategia integral para actuar contra el narcotráfico como un fenómeno delincuencial. El Gobierno promoverá una Conferencia Internacional en la Organización de Naciones Unidas para hacer una evaluación de la política de lucha contra las drogas, para hacer los ajustes que sean necesarios.

Como se puede observar son acuerdos importantes, pero falta mucho trecho por recorrer para la paz estable y duradera.

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