martes, abril 23, 2024
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Lo más cercano al partido de la Revolución

El director de Tribuna Popular, Carlos Aquino, habla del papel de la clase obrera en las transformaciones sociales en Venezuela. El poder político sigue en manos de la burguesía y eso implica profundizar el proceso de reformas socialistas

Carlos Aquino, director de Tribuna Popular, miembro del Buró Político del Partido Comunista Venezolano.
Carlos Aquino, director de Tribuna Popular, miembro del Buró Político del Partido Comunista Venezolano.

Alberto Acevedo

El director del semanario Tribuna Popular, órgano de difusión del Partido Comunista venezolano, quien visitó Colombia con motivo del 29 Festival del semanario VOZ, desarrolló durante casi una semana una apretada agenda de trabajo, en la que se reunió con voceros de diversas organizaciones políticas y sociales, como las direcciones nacionales del Partido y la Juventud Comunista, Marcha Patriótica, la UP, el movimiento sindical y otras organizaciones.

El colega venezolano no sólo aprovechó su tiempo para conocer en detalle importantes aspectos de la realidad nacional, sino que a su vez, expresó sus opiniones, en la mayoría de las ocasiones muy críticas, sobre el momento político que vive su país.

Desde el punto de vista de los comunistas venezolanos, dijo Aquino, la actual coyuntura se caracteriza por “la necesidad de avanzar en un proceso de acumulación de fuerzas revolucionarias, para profundizar en la tarea de construcción socialista”.

“Venimos de unas elecciones presidenciales donde ganamos legítimamente, por más de doscientos mil votos, pero en las que la derecha consideró que habían llegado las condiciones para dar un golpe y fracturar el proceso de reformas sociales que se vive en nuestro país”, puntualizó Aquino.

En este sentido, las elecciones para cuerpos colegiados, del próximo mes de diciembre “van a tener un carácter refrendatorio. En el objetivo de construcción socialista tenemos que pasar por procesos electorales que no se pueden obviar y es necesario consolidar las posiciones alcanzadas y avanzar más, de lo contrario habría un avance de la derecha”.

–¿Los comunistas venezolanos han visto fortalecer sus filas en estos años?

–El inicio de este proceso revolucionario, en 1998, encuentra al Partido en medio de una gran debilidad organizativa, en buena medida por el impacto de la desaparición del campo socialista, pero también por dificultades organizativas internas y algunos conatos fraccionales.

Si se ve cómo estamos hoy, hemos tenido un crecimiento y un avance extraordinarios. Desde luego, ha ayudado a ese crecimiento el proceso chavista. El Partido Comunista Venezolano iba de todos modos hacia su recuperación, pero la dinámica de transformaciones sociales del chavismo contribuyó a ese fortalecimiento.

Hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de nuestra militancia es joven, pertenece, podríamos decir, a la era postsoviética, que se vinculó al partido en los últimos diez años y no conoció la dinámica del partido de épocas anteriores. La militancia actual se vinculó a lo largo de los últimos 10 o 15 años. El presidente Chávez, en sus discursos, en las articulación de su programa, ayudó a reducir la predisposición entre la opinión pública frente a la palabra socialismo. Y si un muchacho no sabe qué es socialismo, al menos sabe que es una cosa buena. En eso el partido tiene una mayor responsabilidad y está en la tarea de explicar qué es el socialismo.

–¿Se refleja esta situación en el movimiento sindical, en su papel de vanguardia?

–Entre los trabajadores, el Partido Comunista sigue reivindicando su papel de vanguardia como clase social avanzada. Este aspecto no ha sido reivindicado por el chavismo ni sus instituciones políticas. El proyecto de Chávez ha avanzado fundamentalmente en el ámbito comunitario. Hemos criticado que no haya habido más énfasis en este aspecto ideológico del papel histórico que puede jugar la clase obrera en las transformaciones sociales de nuestra patria.

Ahora, no basta con declarar que la clase obrera juega un papel de vanguardia. Ese rol comienza a jugarse en el momento en que la clase obrera empiece a decir qué es lo que hay que hacer. Y eso no se da todavía en Venezuela, donde el movimiento sindical adolece de una atomización, heredada del pasado, que se caracteriza por la presencia de una fuerte corriente reformista. ¡En Venezuela hay todavía organizaciones sindicales patronales!

El ministerio no los recibe

Somos defensores a ultranza de un sindicalismo clasista. En estos momentos estamos empeñados en la creación de “consejos de trabajadores”, una experiencia nueva en Venezuela. Pero es un proceso que se mueve en medio de una gran complejidad. En nuestro país se crean “empresas socialistas”, que en realidad no lo son, y en donde hay necesidad de crear sindicatos que velen por sus intereses. Hay empresas donde se despide a trabajadores por formar un sindicato.

En Venezuela tenemos en estos momentos seis centrales sindicales de las cuales apenas dos respaldan plenamente el proceso revolucionario. A los representantes de una central clasista, el Ministerio del Trabajo no los recibe en su despacho. Las entidades del Estado no plantean nada que sea lucha de masas.

–En las condiciones que usted describe, ¿cómo profundizar el proceso?

–Profundizar el proceso tiene que ver con estos criterios. Ya se ganó para la palabra socialismo. Ahora necesitamos un cambio en la correlación de fuerzas.

Hay quienes hablan del peligro de una guerra civil. ¿Usted qué piensa?

–La guerra civil es un escenario posible, con estímulo del imperialismo norteamericano. El imperialismo no tiene una sola estrategia. Se juega varias cartas a la vez. Para destruir el proceso revolucionario utiliza distintas tácticas en forma simultánea. Una de ellas es la del golpe. Otra, la participación electoral alentando a la derecha. Y no abandona otras, entre ellas la de la guerra civil.

Centro de Pensamiento

–¿Cómo ve la formación ideológica de Chávez?

–No es un tema fácil. Chávez no comenzó con una ideología definida. Tuvo un proceso de formación ideológica sui géneris, de un aprendizaje impresionante, al calor de la dinámica del ejercicio del poder. No consideramos que el chavismo es una ideología. Los chavistas tienen una referencia de la vida política, o personal de su líder. Sin embargo, ese es nuestro criterio. Que en todo caso reconoce aspectos muy positivos del chavismo, que no llegaron a su nivel de maduración plena.

Ahora, el presidente Maduro ha anunciado la creación de un Centro de Estudios del Pensamiento de Chávez. Habrá que abordar temas complejos en esa tarea. Por ejemplo, el carácter del Estado sigue siendo burgués, porque el problema del poder no se ha resuelto. Lo que pasa es que con la presencia de Chávez se metió una cabeza de playa en el gobierno. Pero el asunto del poder está por resolverse.

Lo que sí hay es un desplazamiento de la burguesía. No por fuerzas revolucionarias, sino por otros sectores emergentes de la burguesía. En ese sentido, no nos referimos a la era Chávez, o a la era Maduro, sino a un proceso democrático. Con Maduro se han abierto situaciones nuevas, hay gestos que indican deseos de profundizar los cambios revolucionarios.

Una burguesía atrasada

En este sentido. Hay retos complejos por resolver. Venezuela es un país mono exportador y multiexportador. Tenemos un capitalismo muy atrasado. Eso se expresa en los elevados índices de corrupción, de burocratismo. Fenómenos que en nuestro país son de vieja data, pero más de la burguesía venezolana.

Por eso tenemos desabastecimiento de productos básicos. Por eso la falta de papel higiénico, situación que pudo haber conducido a una crisis política. El problema es que el tema de la importación, por las colosales sumas de dinero que mueve. Es complejo y genera una corrupción extraordinaria.

En este sentido, el Partido Comunista va a seguir profundizando el debate ideológico, la crítica frente a problemas medulares que hay por resolver. Desde luego, no estamos todavía en la vanguardia, pero tenemos una teoría revolucionaria. No somos aún el partido de la revolución, pero somos lo más cercano que hay a eso. Somos quienes más claro tenemos lo que se necesita construir para ser el partido de la revolución.

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