jueves, abril 18, 2024
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Liturgia interreligiosa

Apoyos y compromisos con la paz

El reverendo Luis Fernando Sanmiguel, lee apartes de su biblia. Foto Carolina Tejada.
El reverendo Luis Fernando Sanmiguel, lee apartes de su biblia. Foto Carolina Tejada.

Carolina Tejada

Diversas iglesias y comunidades de la fe, se reunieron este domingo 10 de junio en el colegio Americano, en Bogotá, con el objetivo de hablar de sus compromisos con la paz.

Esta convocatoria fue impulsada principalmente por el reverendo Luis Fernando Sanmiguel, de la Iglesia Presbiteriana quien viene desarrollando un trabajo importante alrededor de las comunidades, impulsando el tema de la paz y la solidaridad. Igualmente gracias a Teusaquillo Territorio de Paz, quienes desde el 2010, y como la comunidad adscrita a esta iniciativa lo señala, se declararon en territorio libre de la legalidad violenta, para cambiar las maneras de vivir.

Las congregaciones religiosas le dicen sí a la paz

Las colectividades religiosas, que se convocaron a esta liturgia, reconocen el logro que desde hace 25 años se dio gracias a la reforma de la constitución, en relación a garantizar el derecho a la libertad religiosa en Colombia. Hoy día comprometidas con la paz, plantearon la necesidad y responsabilidad de que cada comunidad aporte un granito de arena para seguir avanzando hacia una sociedad más democrática y justa. Así lo mencionaron en sus intervenciones:

“Desde la Iglesia Cristiana Ortodoxa, creemos que en el fondo todos somos víctimas y victimarios. Y se necesita de mucha voluntad para salir adelante. Hablamos de paz sin reconocer no vivirla, necesitamos ser un instrumento de paz”. “En la comunidad Luterana de Colombia, tenemos oficina de derechos humanos, pero debemos ampliar más ese trabajo. Estamos preocupadas y queremos aportar en ese trabajo de las mujeres posconflicto. Y estamos viendo de qué manera la Iglesia se involucra para mejorar las circunstancias de los desmovilizados”. “Para la Red Global Interreligiosa por la Infancia de Colombia, la paz no se logra de la noche a la mañana, por eso necesitamos fomentar esos valores de paz”.

Otras congregaciones también comentaron que “todo el trabajo por la paz es importante y no estamos ajenos a ello. Tomar conciencia frente al proceso, es saber que yo puedo hacer que evite el sufrimiento en los demás. Este proceso debe ser inspirador para tomar conciencia sobre nuestras vidas”, aseguró el Monje Soto zen Colombia. Desde la comunidad Islam afirmaron: “Nos tenemos que unir, no importa qué somos, somos creyentes y colombianos sin importar la confesión, pagamento o religión y poder llevar a nuestros hogares el mensaje de la paz para Colombia. Como creyentes vayamos a otras comunidades para hablar de paz”.

Una paz participativa y con veedurías

La hermana Maritza, una mujer que ha dedicado su vida a la solidaridad y la defensa de las comunidades más vulnerables, también participó de este encuentro y diálogo sobre la necesidad de apoyar los acuerdos de paz, pero además de la necesidad que tienen el país, y las diferentes congregaciones de ayudar a que la paz sea una realidad, por eso plantea que es preciso cambiar el orden de las cosas en el país:

“Ante una acumulación de tierra e injusticia económica, una ética de justicia económica de solidaridad. Ante la violación de los derechos humanos, no respeto a la vida, ni a la naturaleza, una ética de respeto a los derechos humanos de forma integral, el agua la tierra, el aire, los minerales. Y ante una centralización de poderes que también impide la paz, una ética de la democracia auténtica y participativa. Para decirle vamos a apuntarle a la paz, tenemos que tener mecanismos, como las veedurías populares, desde cada territorio, y el otro compromiso es el acompañamiento a las víctimas y la exigencia a las garantías y la no repetición. Esto lo hacemos desde nuestra fe, la unidad de nuestra fe con la política”.

Este mismo llamado de la responsabilidad con la paz, lo hizo el reverendo Luis Fernando: “Las culturas en Colombia y el mundo tienen una espiritualidad y es importante que desde las ritualidades alimentemos el propósito de la paz, entendiendo que la paz es la superación al conflicto armado interno”. Aseguró que las iglesias, desde cada espacio de vida y desde nuestras comunidades de fe es preciso hablar de una paz integral y acentuó: “Una paz que realmente haga cambiar el sistema, haga cambiar la estructura de poder y de opresión que tenemos. Cambiando la estructuras avanzamos a cambiar el hombre y la mujer, si no cambiamos ese corazón, no vamos a cambiar ese espíritu de ambición para tener una economía justa, un sistema equitativo justo para un pueblo en dignidad”.

Respetando los derechos habrá paz

En el marco de esta liturgia por la paz, un delegado de las organizaciones de derechos humanos también tuvo la oportunidad de compartir su experiencia en los territorios que estaban siendo víctimas del conflicto armado. Igualmente se escuchó un informe sobre los últimos acontecimientos en donde de manera irresponsable una patrulla del ejército ametralló a un grupo de guerrilleros que se encontraban esperando un helicóptero de la comunidad internacional para viajar a La Habana. Situación que dejó varios heridos y que afectó la tranquilidad de la comunidad en donde se encontraban.

Estos hechos también fueron analizados desde el encuentro, frente a ello el reverendo Luis Fernando, comentó: “Ante esta situación tenemos que estar preparados, porque una cosa son los diálogos que se vienen sosteniendo entre los dos actores del conflicto y otra cosa es la realidad de las fuerzas malas que son enemigas de la paz, pero hay que seguir adelante. Obviamente apoyarnos el acuerdos, mostrando una buena disposición, pero también denunciando los actos y acciones bélicas que se hacen en contra del pueblo campesino y debe haber una denuncia tanto en Colombia como internacionalmente”.

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