Las exenciones mineras posibilitan venta de Ecopetrol

0
7675
Trabajadores petrolero también exigieron en su pliego de peticiones la recompra de las acciones en manos de privados.

Beneficios tributarios a multinacionales, asomo de venta de acciones de la estatal petrolera y desvalorización de sus activos, es la estrategia para venderla el 100%

Hernán Camacho
@camachohernan 

El presidente Iván Duque, le dijo a El Tiempo que haría una reingeniería a las exenciones tributarias “pero debe mantener incentivos a la inversión que se traduzcan en generación de empleos permanentes”.

Por orden del Consejo Nacional Gremial y de los principales voceros de empresas multinacionales o gremios como Fasecolda y Asofondos, se ha perfilado la necesidad de liberarle carga al Estado o desprendiéndose de entidades de gran valor para el sector público, pero poco eficientes para sus pares en el sector privado. Fasecolda y Asofondos tienen participaciones accionarias dentro del capital privado de la empresa Ecopetrol.

Las exenciones tributarias para las grandes empresas multinacionales son un despropósito con la ciudadanía y poco efectivas a la hora de la generación empleo o seguridad energética en el país. Ese camino conduce a la depreciación de la empresa estatal y con ello la posibilidad de venta con el argumento neoliberal de “vender a tiempo los activos” como lo hicieran en la década del 90 con Telecom, una empresa del sector telecomunicaciones, hoy estratégicas para el desarrollo de cualquier país.

Intensiones de privados

Fasecolda, propone la venta de Ecopetrol a cambio de la construcción de infraestructura estratégica, principalmente en carreteras 4G, basándose en una diversidad de estudios que muestran los beneficios que trae para un país, en terminos de crecimiento económico, la ampliación de la infraestructura en carreteras. Igual que la venta de Isagen.

Para el economista Santiago Castañeda, la propuesta de Fasecolda deja dudas y preguntas: “Cómo podemos decir que el caso Isagén es exitoso, si no muestran ningún documento académico/técnico que lo sustente, y por el contrario los datos indican que de los 6,5 billones de la venta de Isagén solamente se han invertido alrededor de 0,5 billones. De hecho países como Ecuador tienen una red de carreteras modernas sin enajenar bienes públicos”.

La seguridad jurídica para la inversión extranjera no debe ser lo mismo que las gabelas tributarias contra el país. Los inversionistas extranjeros ven en el país un paraíso para las más altas utilidades mientras que los ciudadanos de a pie, la clase media y los pobres de Colombia son los que tienen que echar al hombro la carga tributaria. Por eso la importancia de preservar un activo tan grande e importante en Colombia como Ecopetrol.

Dice el economista de Álvaro Prada que: “Las grandes empresas privadas del sector, en su mayoría multinacionales, han logrado la conformación de un marco tributario privilegiado, que les ha permitido obtener ganancias extraordinarias en las épocas de altos precios de los productos básicos y mantener esa rentabilidad en las épocas de bajos precios, por la vía de aprovechar al máximo los beneficios tributarios y las otras deducciones, para pagar lo menos posible”.

Felipe Bayón presidente de Ecopetrol.

Los beneficios tributarios son golpes directos a las finanzas del país. De una parte, los ingresos no constitutivos de renta y las otras deducciones a las empresas de minas e hidrocarburos que operan en Colombia, sumaron en promedio durante los últimos años 3.300 millones de dólares, suma fabulosa, dice el economista Prada, para un país con enormes problemas de pobreza e inequidad.

La inversión extranjera es un factor de crecimiento económico, pero no es el único en la economía de mercado como la colombiana. El Gobierno nacional ha extendido los beneficios tributarios a la medida de las multinacionales que operan en Colombia. Cada año se diseña un nuevo beneficio que se adecúe al argumento manido de la seguridad jurídica, que no son más sino aquellos esguinces a la ley para obtener mayores utilidades y menor carga impositiva.

Administrar la riqueza bien no es entregársela a un extranjero a cambió de nada. “A ver si Ecopetrol se va a Noruega y le propone a ese gobierno que lo deje explorar y explotar un millón de barriles en su suelo y a cambio Ecopetrol le pide no pagar impuestos y llevarse 990 mil barriles de petróleo encontrado allí ¿aceptaría Noruega? No, evidentemente, por eso nosotros no vamos a explotar allá”, señala la congresista Aída Avella que realizó un control político en defensa de la estatal petrolera.

Desangre avalado

“La seguridad jurídica y un régimen fiscal ‘competitivo’, que no son otra cosa que una reducción de los impuestos a las empresas de su sector, que de hecho ya cuenta con un marco privilegiado por beneficios tributarios, arancelarios, cambiarios por cuenta de las decisiones internas y los TLC, son un asunto de fondo pues las exigencias y gabelas son cada año en cada reforma tributaria del país”, señala el economista Prada.

Entonces, ¿qué debería ser lo competitivo para nuestro país? Ecopetrol como empresa de capital público debe tener ventajas sobre sus competidoras multinacionales, como lo hace cualquier otro país del mundo. Prioridad en las exploraciones, prioridad en las explotaciones y beneficios tributarios para que sea más el recaudo de utilidades para el país. Es entender que tenemos la riqueza y la empresa para extraer, trasladar y producir riqueza.

En un juicioso estudio el economista Prada descubrió: “Existen 229 beneficios tributarios vigentes esconden la realidad de la tributación efectiva de las empresas en Colombia. Por un lado, la baja tributación genera el déficit fiscal y un marco de privilegios que rompe con los principios mencionados. Por otro, se permite que las empresas mejoren el retorno de sus inversiones y obliga a aumentar la carga tributaria a otros contribuyentes con menor capacidad contributiva”.

Portafolio de Ecopetrol

La otra estrategia de desangre del patrimonio público es la empresa Cenit, una empresa del portafolio de Ecopetrol encargada de trasportar el crudo a las refinerías. Es la única empresa del sector y ha logrado en estos años acumular una infraestructura que la perfila como la empresa más rentable del sector minero en décadas.

Vender Cenit es como avocar a Ecopetrol a pagarle a los transportadores privados y tradicionales de crudo el transporte de la riqueza extraída del suelo. Con ello se reducirán las utilidades producidas por la estatal petrolera y le incrementará los costos de producción que hoy no tiene. Lo mismo sucede con Propilco, la empresa encargada de la producción de los principales derivados del petróleo en el sector de la petroquímica.

“Vender Ecopetrol es abrir un hueco fiscal imposible de tapar en el mediano plazo. Ecopetrol es la empresa sostén de las finanzas públicas a pesar de los sistemáticos intentos por privatizar sus utilidades y definitivamente dejar el sector minero en manos de los privados y con ello la política petrolera nacional en manos de multinacionales. Vieja aspiración de Banco Mundial y ahora de la OCDE”, señaló Aída Avella, quien pidió además en el debate que las acciones de Ecopetrol en manos de privadas sean compradas por la estatal publica “le haría un favor enorme a las finanzas del país, que el Gobierno nacional recompre las acciones de Ecopetrol en manos de privados y reactive la empresa para volverla 100% pública”.