Todo parece indicar que, desde la administración se manejan estos grupos de choque, al mejor estilo de los camisas negras italianos para mantener el control del orden público y social
Marcelo Molano – Prensa Rural
@molanoapr
Fue viral, el viernes de esta semana, un vídeo en el cual miembros de un grupo de seguridad privada agreden a habitantes de calle en Floridablanca, Santander. El vídeo, grabado por ellos mismos, muestra la forma arbitraria y violenta con la que operan estos grupos de civiles, ante la mirada complaciente de las autoridades. No se explica uno, que estos grupos estén operando desde hace varios años y a la Policía Nacional no se le haya ocurrido investigar de qué se trata.
“El Chupo” Mantilla
Estos grupos aparecieron misteriosamente en los barrios populares de Floridablanca en la pasada administración. El alcalde era un sujeto apodado “El Chupo” Mantilla, quien llegó al poder por el Partido Conservador. Desde joven se destacó como coordinador de las Juventudes Conservadoras de Santander, lo que le valió sobresalir ante los ojos de los dirigentes del partido, y en especial, de quien sería su mentora política, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
“El Chupo” ganó la alcaldía de Floridablanca en 2015, convirtiéndose en el alcalde más joven de Latinoamérica, una vez allí, puso su gobierno a disposición de la campaña presidencial de su mentora. Mantilla también es célebre por los escándalos de corrupción en su administración, que incluyen: la grabación de un concejal exigiéndole un pago acordado por 95 millones de pesos y la misteriosa compra de una casa en Miami por 600 mil dólares, según registra la prensa local.
Cooperativas de seguridad
Volviendo al tema, durante el mandato más joven de Latinoamérica, se permitió que estos grupos empezaran a operar en distintos barrios de Floridablanca. Están organizados como cooperativas de seguridad, al parecer informales, que traen personal de otras regiones del país, patrullan día y noche los barrios, amedrentando y agrediendo principalmente habitantes de calle, “ñeros” y marihuaneros.
Mensualmente, pasan casa por casa exigiendo un aporte voluntario de 10 mil pesos para poder garantizar la seguridad del barrio. Imagino que a quienes no pagan puntualmente no se les garantizan la seguridad, y puede ser casualmente asaltados cuando lleguen a su domicilio o negocio.
Su atuendo es siempre de negro, con botas militares y pasamontañas. Cargan con macanas, machetes, pistolas de fogueo, radios de comunicación, algunas armas de fuego y chalecos antibalas. Distribuidos en grupos de cinco, recorren las calles, para limpiarlas de “indeseables”. Dicen que en sus zonas no se mueve una mosca sin su consentimiento.
El vídeo fue grabado y publicado por ellos mismos con el objetivo, asumo yo, de infundir terror en los indefensos habitantes del municipio. No me quiero imaginar cómo tratarán a sus víctimas cuando no se están grabando.
Respuesta institucional
El actual alcalde, heredero del “Chupo”, se vio obligado a pronunciarse por la indignación nacional que generó el film. Raudo y eficaz, ahora sí, convocó un consejo de seguridad extraordinario para evaluar el tema. Allí anunció la captura de dos miembros de estos grupos. Resulta que este frente de seguridad opera abiertamente en la zona administrativa y comercial del municipio, junto a la sede de la alcaldía y los más prestigiosos establecimientos de este, lo que obliga a pensar que su actuar está amparado por las autoridades locales.
Miguel Ángel Moreno, el alcalde actual, también pertenece al Partido Conservador y fue el elegido por “El Chupo” para remplazarlo. Durante la campaña hubo múltiples denuncias sobre apoyo logístico y económico de la alcaldía, y sus funcionarios, con la campaña del joven Miguel.
La prensa recoge una de estas denuncias que narra, cómo el alcalde saliente pagó de su bolsillo 500 millones para el cierre de campaña de su sucesor. Una cifra escandalosa para un municipio en Santander y en cualquier parte de Colombia. Como dice el dicho: “Quien paga para llegar, llega para robar”. Con solo unos meses en el gobierno de Floridablanca, al joven alcalde ya le saltaron denuncias por sobrecostos en la adquisición de ayudas para los más vulnerables durante la pandemia.
Complicidad oficial
Todo parece indicar que, desde la administración, se manejan estos grupos de choque, al mejor estilo de las camisas negras alemanas, para mantener el control del orden público y social, mientras llenan sus arcas, para poder aspirar a cargos más elevados de representación como la Cámara de Representantes.
No es gratuito que, el exalcalde acompañe a la vicepresidente en sus correrías oficiales, sin ser miembro de su equipo de trabajo, para entregar ayudas del Gobierno nacional, como ocurrió durante un viaje a Tumaco a principios de año. Ya con el desayuno, sabe uno, como será el almuerzo.
VOZ
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