Por convicción ideológica, el semanario VOZ desde su nacimiento siempre ha estado al lado de los trabajadores y sus organizaciones sindicales, acompañando y apoyando las peleas por sus derechos, y orientándolos política e ideológicamente
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Desde la caída de la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla, en 1957, VOZ de la Democracia aparece en la escena pública como un medio de comunicación alternativo, en coherencia con la convicción ideológica del Partido Comunista de Colombia.
Las peleas de los jóvenes, de los estudiantes, la participación en las elecciones, la cultura, los deportes, las luchas campesinas, los análisis de la política internacional en el contexto de la Guerra Fría, los análisis económicos y las propuestas de la construcción de una sociedad diferente, con democracia real y que permitiera la construcción del socialismo siempre estuvieron en las páginas de VOZ. Pero al revisar los archivos, desde el inicio hubo un lugar muy destacado para tratar la problemática de los obreros y las organizaciones sindicales.
Noticias de huelgas, mítines, movilizaciones de trabajadores del cemento, de Avianca, de petroleros, alzas de salarios y negociaciones entre sindicatos y patronos ocuparon vastos espacios. Siempre, en apoyo o respaldo a los intereses de los asalariados.
Son muchas las oportunidades en las que se vio a obreros sentados alrededor de la lectura del periódico y a un dirigente sindical, muchas veces militante comunista, que les explicaba los contenidos. Muchos trabajadores no sabían leer, pero se sentían identificados con los análisis que se hacían en esas páginas.
Nace otra central sindical
En noviembre de 1963, luego de la cancelación de la licencia por parte del gobierno nacional, pasa a llamarse VOZ Proletaria. En su primer número se publicó en primera página una denuncia contra la empresa Frontino Gold Mines que operaba en Segovia, Antioquia, por no acatar los términos de un tribunal de arbitramento que dirimía un conflicto laboral. Pero también criticaba duramente al gobierno del momento por no obligar a la compañía extranjera a cumplir la normatividad nacional.
El año 1964 inició con grandes alzas en productos de la canasta familiar, pero sobre todo un gravamen del 10% a la gasolina, lo que generó grandes protestas de rechazo en la mayoría de la población. Las páginas de VOZ fueron un espacio para estas denuncias que se hicieron desde diversos sectores, aunque con mayor fuerza desde el movimiento obrero como las del Comité Nacional de Unidad y Solidaridad Sindical, CUASS.
Por otra parte, en los debates políticos que daba el periódico estaba la permanente crítica a los dirigentes de las centrales obreras CTC y UTC, como cuando en enero de 1964 estás emitieron comunicaciones en las que elogiaban al gobierno de Guillermo León Valencia. En este, una de ellas aseguraba que el año iniciaba con perspectivas halagadoras para los trabajadores y expresaban que debía haber un mayor esfuerzo por parte de los trabajadores para poder aumentar la producción. VOZ expresó de manera irónica que no sería extraño que el gobierno les enviara un saludo de inicio de año deseando trabajar en armonía.
Las contradicciones políticas al interior de la CTC, central sindical de la que hacía parte el Partido Comunista como cofundador junto con dirigentes del Partido Liberal en los años 30, se agudizaron. Grandes dirigentes liberales fueron cooptados por la oligarquía nacional con ayuda del gobierno estadounidense. Esto provocó la expulsión de los comunistas.
Pero, poco tiempo después, el 4 de mayo del 64, el Partido Comunista fundó la Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia, CSTC, con 166 mil afiliados que hacían parte de las principales ramas industriales como petroleros, azucareros, mineros, ferroviarios y motoristas entre otros. Todo quedó registrado en las páginas del periódico.
El paro del 77
Con un gran titular en portada que decía: “Todos al paro el 14”, y el siguiente sumario: “La protesta popular contra la política oligárquica del gobierno de López Michelsen ha dado paso a la unidad de acción de las cuatro centrales sindicales CSTC. CGT. UTC y CTC y de todo el movimiento obrero, en torno a la consigna del Paro Cívico Nacional convocado para la primera quincena de septiembre”, VOZ llamaba a la participación en la que luego fuera una de las más grandes protestas en la historia del país.
Por su parte, en su columna de opinión, Gilberto Vieira justificaba la movilización nacional de la siguiente manera: “Nosotros, comunistas, estamos con el Paro Cívico Nacional, con la clase obrera y con todo el pueblo trabajador en su protesta contra la orientación, tan mezquina como egoísta, de la política económico-social del gobierno. Estamos contra la orientación oficial que califica de inflacionario todo aumento de salarios que pase del veinte por ciento, cuando el costo de la vida se elevará en este año más del cuarenta por ciento”.
En la siguiente edición del semanario, se hace un balance de la jornada en el que se destaca la participación de las cuatro centrales sindicales, y la gran parálisis que vivió el país, especialmente Bogotá, donde ni el Ejército logró que fracasaran las manifestaciones.
Neoliberalismo a ultranza
Desde la década del 90, luego de la caída del campo socialista, la unipolaridad del mundo generó nuevas condiciones para la imposición de políticas económicas a países tercermundistas;
lo que redundó de manera negativa en las garantías de los trabajadores. Son años de resistencia, en los que las organizaciones sindicales también enfrentan grandes debates de carácter político, ideológico y organizativo. Las páginas de VOZ La verdad del Pueblo -como se llama desde 1983- también registraron esas batallas.
Luchas por la defensa de la educación se convierten en asuntos que van más allá de las reivindicaciones de los maestros, y responden a la oposición de convertir este derecho en mercancía. Se involucra más a la comunidad educativa.
Las páginas de VOZ dan cuenta de los enfrentamientos entre los sindicatos y los gobiernos que no hallan qué más entregar a los capitales foráneos en los sectores de servicios públicos, especialmente en comunicaciones.
Asimismo, empleados estatales se niegan a perder sus puestos de trabajo y quienes se mantienen enfrentan flexibilizaciones laborales que degradan sus condiciones laborales y sindicales.
Muchos de estos enfrentamientos han sido registrados por VOZ, que ya lleva 3.000 batallas jugándosela por la construcción de una democracia real y el socialismo; pero que antes de eso también está dispuesto a dar las disputas que sean necesarias por la dignificación de los trabajadores.