“La idea no es defender la universidad como se instituyó tradicionalmente, sino ser creativos en la propuesta de alternativas de formación, investigación y relación con la comunidad, contextualizadas y de resistencia”: Daniel Fernando Muñoz
María Galeano
En 1918 se realizó la reforma universitaria de Córdoba en Argentina, y su Manifiesto Liminar que condensa el llamado del estudiantado cordobés para abrir las puertas del conocimiento a la ciencia, a la construcción de pensamiento crítico, rompiendo con la función coercitiva de la iglesia o el Estado sobre el carácter de la educación. En Colombia, como en el resto del continente, la juventud y el profesorado han instado a sus estamentos a abrir el debate sobre la reforma al actual sistema universitario, su carácter, su autonomía y su papel frente a la sociedad.
Entre otros elementos, el mismo movimiento estudiantil colombiano, ha calificado los estatutos orgánicos de cada institución, como antidemocráticos, que limitan la participación de los diversos sectores y en particular, del estudiantado en la toma de decisiones sobre los claustros, ligados a los modelos neoliberales que ven la educación como una mercancía y no como un derecho. De allí, que se planteen la constitución de una Asamblea Universitaria como instrumento democrático que defina el rumbo de la universidad.
Una experiencia de Asamblea Universitaria
Con el propósito de adelantar reformas democráticas en las universidades, el movimiento universitario inició hace unos diez años, un proceso en la Universidad de Nariño, que contó además, con el ejemplo del movimiento de la Universidad Distrital, que para la época presentaba ante el Consejo Superior, CESU, un proyecto de Asamblea Constituyente. La Distrital, finalmente no logró, dadas las trabas del CESU, avanzar en su reforma, pero la Udenar sí.
El semanario VOZ, dialogó con Daniel Fernando Muñoz, estudiante de Ingeniería de Sistemas, dirigente de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, ACEU, y representante de la Asamblea Universitaria de la extensión de Ipiales, de la Udenar.
Según comenta Daniel, los antecedentes de la Asamblea en su institución, están marcados por “la crisis de la universidad pública a nivel mundial y la pérdida de legitimidad de su carácter autónomo. Por eso, en la Udenar, desde hace diez años se adelanta una reforma estructural. Haciendo uso de su autonomía, define su posición frente al mundo y especialmente frente a la región en que convive”.
Asegura que la reforma tiene un fuerte componente democrático y participativo. “Todo se ha construido a través del diálogo, primero en mesas temáticas abiertas a todos los estamentos y los diversos sectores sociales de la región y, actualmente en la denominada Asamblea Universitaria que marcha en comisiones elegidas por votación, y con directrices que hoy la guían”.
Finalizando el primer semestre del 2009, el movimiento estudiantil logró instaurar de manera institucional la Asamblea Universitaria Permanente, cuyo carácter fue decisorio: “Su potestad es acogida por el mismo Consejo Superior Universitario. Se conforma por 140 miembros electos democráticamente en cada programa, en su mayoría por los estamentos estudiantil y profesoral. Esta conquista es un verdadero paso del movimiento estudiantil colombiano, que ha enarbolando durante años, las banderas del cogobierno universitario” afirma Daniel
Los logros de la asamblea
Los logros han sido diversos y representan una experiencia a resaltar como ejemplo a nivel nacional. Prueba de esos resultados son, en primer lugar, el “Plan de Desarrollo 2008-2020, construcción participativa” bajo el acuerdo del CS Nº 108 de 2008. “En este plan se encuentra una Misión de la Universidad que expresa la autonomía de pensamiento; ella recoge el paradigma Universidad – Región, no como una invitación a la autarquía, sino como el derecho a pensar el país y el mundo desde el territorio”, y asegura que “esa misma propuesta invita a buscar alternativas de desarrollo para la región”.
Y comenta que, un segundo producto de la Reforma es el “Proyecto Educativo Institucional”, PEI, bajo el Acuerdo del CS Nº 035 de 2013, en el cual se despliega la Misión en la academia –con sus tres componentes: docencia, investigación e interacción social–”. Un tercer mérito es el gran número de documentos que en el marco de la Reforma han construido. Para ellos, ese esfuerzo “indica que se trata de un proceso pensentido. Y, ahora está el tema del momento, que es la aprobación del Estatuto General”.
Cada año, estos estudiantes junto a otros estamentos de la Udenar, debaten y formulan el carácter de la universidad que desean. Nunca han dejado de participar de las grandes movilizaciones nacionales, siembre se han articulado a las luchas territoriales, por la defensa de la vida, de la paz, y en contra del modelo neoliberal que, desde el gobierno nacional, se quiere imponer en el país. En su agenda siempre ha estado la necesidad de avanzar en la reforma de su universidad.
Un espacio de formulación de la política académica y administrativa
Para el dirigente de la ACEU, la única universidad pública de su región se fortalece como un patrimonio para la democracia universitaria. “Es así, como el pasado 17 de enero del presente año, se llevó a cabo el acto protocolario de la firma y oficialización del Nuevo Estatuto General de la Universidad de Nariño, aprobado por el CESU, mediante Acuerdo No. 080 del 23 de diciembre de 2019. Hecho trascendental que la ubica como pionera en el ejercicio de constituyente universitaria”.
El nuevo Estatuto General de la Udenar, es parte del estudio que de manera juiciosa adelantaron en la asamblea, no desconoce los estándares de la educación a nivel mundial, ni pretende descuidar las exigencias nacionales en términos de producción de conocimiento o de certificación de competencias; sin embargo, asegura que “reivindica el pensamiento propio, la autodeterminación y la libertad para definir su propio destino, en una acción colectiva que intenta ser lo más abierta y participativa posible”.
También, explica que “la idea no es defender la universidad como se instituyó tradicionalmente, nuestro propósito es ser creativos en las propuestas alternativas de formación, investigación y relación con la comunidad, contextualizadas y de resistencia”.
Retos y desafíos
En medio de la presente coyuntura de desfinanciación de la educación y de pérdida de la autonomía en las universidades públicas del país, Daniel comenta que uno de los desafíos es comprender ese panorama y entender que una sola universidad no hace mella. “La asamblea universitaria y la reforma no debe tender una densa cortina de humo frente a la deplorable realidad que cobija los claustros universitarios. Es necesario hablar de una reforma profunda que contemple las limitantes que actualmente fustigan a toda la universidad, me refiero a la ley 30 de 1992 en su totalidad”.
Por eso afirma que “una sola universidad es insuficiente para el tamaño de esta pelea, pero hay certeza en que el proceso de reforma democrática en la Udenar, no contempla la entrega, ni la sumisión frente a la contrarreforma impulsada por el Gobierno Nacional. La asamblea universitaria y la reforma, como expresiones de la democracia universitaria, deben defenderse por los estudiantes y demás sectores demócratas al tiempo que se sume a la defensa de un sistema universitario pensado para la democracia, por una universidad científica, financiada por el Estado, creadora y transformadora”.