lunes, octubre 7, 2024
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La resistencia de la Comuna 13

Un recorrido urbano en la ciudad de Medellín testifica la lucha viviendista. Las familias de la Plaza de mercado del Pedrero Viejo, el 8 de marzo de 1980, decidieron ocupar terreno y fundar la 13

Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe

Jorge Durán es el guía de un grupo de trece jóvenes en la Comuna 13, atraviesa entre los turistas, mientras señala las casas que ayudó a construir a finales de 1979, junto con la Central Nacional Provivienda (Cenaprov). “La tierra es de quien la necesita”, afirma Jorge con convicción.

La historia de la Comuna 13 retrata la lucha viviendista en la ciudad de Medellín, de las familias de la Plaza de mercado del Pedrero Viejo, donde hoy queda el Parque de Las luces y la Administración municipal La Alpujarra.

“Eran personas con necesidad de una vivienda, desplazados, vendedores ambulantes y otros negocios. Ahí fue que nos dimos cuenta de que Cenaprov estaba ayudando a conseguir casas a la gente más pobre”, comenta Jorge, quien se afilió, junto a Jaider Ramírez, su amigo, a la Central.

“Bajemos por acá, dejemos el ruido y conozcamos más el barrio”, sugiere Jorge, mientras nos dirigimos hasta su casa, una de las primeras construidas en la zona. Su rostro refleja satisfacción al afirmar: “Yo no soy rico, pero me siento bien porque tengo mi casita. Muchos me decían que yo me dediqué a entregar y no visioné mi futuro, puede ser verdad, pero todo lo que hemos trabajado, para ayudar a más de tres mil familias, es invaluable”.

Las primeras casas

La casa de don Jorge, como lo llaman sus camaradas en Medellín, es de cuatro pisos. Sube hasta el último junto con los muchachos, quienes estaban fascinados por el recorrido. Allí empezó hablar de los vecinos y personas que fueron fundamentales en la construcción de la Comuna.

“Cenaprov ya había visto varios terrenos para poder acomodar a las familias. Nos mostraron lo que ahora es la Comuna 13, todo era monte”, comenta con voz tranquila, mientras señala el barrio.

Los vecinos averiguaron quién era el dueño y descubrieron que debía una considerable suma de dinero en impuestos al municipio, pues tenía varias propiedades en las montañas de Antioquia.

“A los dueños no les interesaba mucho esos terrenos, así que, averiguamos y la Central nos dijo que si nos atrevíamos y hacíamos los ranchitos, ellos después nos ayudaban en seguir la construcción y todo lo legal”. Así que las familias de la Plaza de mercado del Pedrero Viejo, el 8 de marzo de 1980, decidieron ocupar el terreno y fundar la Comuna 13.

“En ese momento había una figura legal que si la persona duraba más de 30 días en el terreno, podía conseguir la posesión. Así que, nosotros pusimos banderas para que las autoridades nos respetaran”, dice Jorge.

El respeto no fue realidad. Las autoridades llegaban y se enfrentaban varias veces con las familias para obligarlas a desalojar el espacio. “Hicieron intervención cuatro veces, hasta que acudimos a Cenaprov. Ellos expusieron a la Alcaldía la problemática por la que estábamos pasando, eso sirvió para que la Policía y el Ejército no volvieran”, relata.

Milicianos, paramilitares y el Gobierno

Las autoridades dejaron de molestar, pero llegaron más familias y comenzaron a construir más casas. Sin embargo, “el Gobierno no nos ayudaba frente a la violencia que pasábamos porque debíamos tener Junta de Acción Comunal, la cual no teníamos”, comenta Jorge Durán. En 1985, la comunidad conformó la Junta de Acción Comunal, pero el abandono por parte del Estado continuaba.

En 1993, llegaron las milicias a la zona. Estas no permitían a los jóvenes realizar su vida normal. “Era tanto el abandono que el Inspector nos mandaba a decirle a los de la milicia los problemas que teníamos, podían ser de alcantarillado, linderos o problemas familiares”. La problemática siguió creciendo, hasta que llegaron las operaciones militares.

El paso de Orión

La operación Orión se prolongó durante varios días. “El Ejército iba y venía. Tuvimos que sacar banderas blancas para pedir que parara la intervención y los enfrentamientos”, recuerda Jorge Durán. El último día fue el más difícil para la población, ya que “llegaron tanquetas y adentro de ellas venían personas encapuchadas que eran las que dirigían la entrada al barrio, también llegaron helicópteros Black Hawk, muchas personas murieron”, agrega don Jorge.

Mientras él recuerda la operación Orión, su mirada se desvía hacia las fotos que tiene en su hogar, muchas de esas con vecinos y amigos de la Comuna. “Fue muy duro recuperarnos de ese capítulo, muchos niños y niñas quedaron huérfanos”, afirma. La vulneración de los derechos humanos a una población abandonada por el Estado es una herida difícil de cicatrizar.

Después de esto, las familias, a través de la Junta de Acción Comunal, siguieron haciendo gestiones ante el Gobierno para que los ayudaran a seguir creciendo como barrio. “El Estado si se dio cuenta que tenían una deuda con nosotros y comenzaron a desarrollar obras comunitarias”. Llegaron los primeros postes de luz, los primeros alcantarillados, empezó el desarrollo de la Comuna. “Junto a Jaider Ramírez, compañero y amigo que asesinaron, logramos que todos los barrios de la 13 se unieran para la Feria de la Antioqueñidad”, siguió recordando.

Jaider Ramírez

Jaider Ramírez era integrante de la Central Nacional Provivienda. Él fue fundamental para la edificación de la Comuna 13, su asesinato todavía sigue impune.

Su nombre es recordado con cariño en todo el barrio. “Yo le diría a mi amigo que cumplimos lo que soñamos, conseguimos vivienda digna y ayudamos a muchas familias vulnerables”, finaliza su relato Jorge Durán, con una sonrisa.

Las escaleras

La Junta de Acción Comunal proyectó un Plan de desarrollo para la Comuna, el cual contó con presupuesto de las entidades públicas. Uno de los proyectos era las escaleras eléctricas para que ancianos, niños y mujeres embarazadas subieran las lomas sin esfuerzo. “No pensábamos que se iba a volver turístico”.

En los últimos años, la Comuna se convirtió en una zona urbana para los turistas extranjeros, que con sus pieles rojas, por el calor y en sandalias caminan la 13, tomando selfie mientras están en los miradores. Muy pocos conocen la lucha por la vivienda digna que se presentó unos años antes en la zona.

La Comuna 13 es muestra de dignidad, lucha y persistencia de la comunidad.

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