viernes, marzo 29, 2024
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La explotación sexual infantil

El proyecto de ley, el Estado y las instituciones que lo representan, la Policía Nacional y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, no han tomado medidas pertinentes a una problemática que lleva años y que aún no se ha solucionado. Mercantilización de los cuerpos (II)

"Ninguna mujer nace para puta". Mural de Guache en Bogotá
«Ninguna mujer nace para puta». Mural de Guache en Bogotá

Luz Mireya Gallo Piñeros

En la pasada edición, en la separata de mujeres, el semanario cubrió una parte del tema sobre la prostitución. Por su complejidad se realiza una segunda parte.

Hablar de prostitución en Bogotá va más allá del discurso de los derechos de las trabajadores sexuales. Claro está, es importante reconocer este como un oficio y profesión y que el Estado sea responsable, controle y garantice una vida digna para quien quiera de manera voluntaria trabajar en él. Pero el trabajo sexual es una parte del negocio del sexo, también está la trata de personas y la explotación sexual infantil.

Retomando las denuncias que las trabajadoras sexuales hacen a VOZ, y continuando con el análisis de consecuencias del proyecto de ley 079, queremos explicar con detalle tres falencias que no habla ni sanciona dicho proyecto de ley: el trato, control y regulación de los clientes, la regulación de los establecimientos de prostitución (bares, sexshows, residencias, etc.) que a su vez son cómplices y culpables de permitir la explotación sexual infantil, otra tema del que no habla la ley.

Los clientes

VOZ habló con el grupo de amigas de Cindy y todas afirman que la prostitución hoy por hoy se ha vuelto más difícil, la mayoría de las mujeres que ingresan al trabajo no logran soportar los karmas que trae consigo el diario vivir. Su mayor problema es el trato con el cliente; muchas de ellas se enfrentan a situaciones en que los hombres no quieren y negocian el uso del condón -“la mayoría de nuestros clientes deciden pagarnos más si nosotras no usamos condón”. Al parecer es un problema de cama ajeno a todos y que termina siendo un problema de salud pública.

La exposición de motivos sustentados en el proyecto de ley escasamente caracteriza a los clientes de la prostitución, en su mayoría casados, solteros, separados y en unión libre, donde el 20 por ciento están entre 30 y 35 años. Según cifras del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), el 58% de las mujeres amas de casa, esposas del cliente, terminan contagiadas. Hay que reconocer que la cultura machista que impera hoy en día en los hombres es producto de la poca educación sexual y conciencia del uso del preservativo. Como lo afirma Cindy, muchas esposas duermen sin saber qué hace su esposo con nosotras afuera de su casa, y que “si él no usa el condón en la calle, mucho menos en su casa”, explica Cindy.

Otro de los errores que tiene el proyecto legal es que habla de los deberes de las trabajadoras sexuales y muy poco o nada del control o mecanismo de regulación del cliente. Desconoce información sobre su proveniencia, situación socioeconómica, sus ocupaciones, los servicios que más solicitan, los lugares que visitan, la frecuencia con que van, el monto que pagan, los consumos adicionales que hacen en los establecimientos, entre otros. Esto lleva a que las mujeres trabajadoras estén en vulnerabilidad dentro de la alcoba.

Cindy: aquí llega la Policía y nos requisa, nos humilla y vigila lo que hacemos, pero en cambio nunca hacen una requisa a nuestros clientes, muchos de ellos vienen aquí armados, como mínimo con una patecabra, y nuestra vida siempre está expuesta al peligro… Si la Policía hiciera requisas o pidiera papeles, sabría que entre nuestros clientes “algunos” tienen antecedentes, pero como este negocio está controlado por las grandes mafias, los policías no pueden hacer nada…

¿De qué forma estas mujeres y hombres podrán denunciar una enfermedad venérea o el abuso laboral ante una aseguradora de riesgos (ARL) si este no es reconocido como un trabajo legal y con todas las garantías pertinentes que deben estar a cargo del Estado?

Regulación de los establecimientos

Según la iniciativa legal los establecimientos tienen que asegurar y afiliar a las trabajadoras al sistema de salud, en su artículo 8, con un tipo de contrato fijo o indefinido, pero no explica ni nombra la institución que hará seguimiento a esta parágrafo, mucho menos qué tipo de derechos laborales estarán escritos en cada contrato. ¿Habrá o no abuso laboral, horas extras, liquidación?

Por otra parte la ley sanciona, prohíbe y multa a los proxenetas, o a quienes obliguen o inviten a las personas a la prostitución, sanciona a quienes quieren incrementar el número de trabajadores sexuales y para ello dispone de sanciones y orden de cárcel. ¿Cómo sancionar al Estado, a los grupos armados que han obligado a las mujeres a ejercer la prostitución? ¿Cómo multar o sancionar al Estado por generar situaciones de pobreza, inequidad entre los sexos, falta de oportunidades, inestabilidad laboral? Hay que recordar según cifras de la Secretaría de la Mujer, que de 100 mujeres sólo 12 ingresan libremente, sin presiones o amenazas, el 28% por necesidad económica y falta de oportunidades y el 60% por trata de blancas.

La Cámara de Comercio de Bogotá en 1991-1992 realizó dos estudios sobre el fenómeno de la prostitución en los sectores centro y Chapinero de la capital, con el objeto de medir la magnitud real de la prostitución en términos cuantitativos, y por otra identificar las características cualitativas de quienes ejercen la actividad.

Las estadísticas presentadas por la Cámara de Comercio de Bogotá, referidas únicamente en la zona centro, arrojan para el año 1991 una población de 10.932 prostitutas adultas trabajando, 1.087 mujeres menores de 25 años en establecimientos y 3.279 trabajando en la calle. Como vemos el número de mujeres que trabajaban en esta época de los 90 es demasiado alto. Hay que recordar que en Bogotá, toda la zona centro, que cobija la décima, Las Aguas, la calle 25 con 4, toda la 19 eran centros de prostitución, que al día de hoy se encuentran con un gran desarrollo industrial y comercial.

Ahora todas ellas están en el barrio Santa Fe, en condiciones indignas, sin poder salir de esas calles, puesto que la Policía las golpea y detiene en un carro patrulla si se encuentran ejerciendo su trabajo fuera de la zona de tolerancia. Según el marco jurídico, la prostitución no es ilegal ni carcelable, sin embargo se prohíbe el trabajo sexual fuera de las zonas de tolerancia y es ahí cuando se cometen violaciones de derechos y abusos policiales.

Explotación sexual infantil

Por otro lado, el número de población infantil explotada sexualmente durante el año 1993, según estudios de la Cámara de Comercio, es de 2.959 niñas en este año. Según este estudio, las niñas son reclutadas en los terminales, robadas en la hora de salida de los colegios de los barrios más marginales de Bogotá. Queremos recordar que en los años 90 se presentaron mayor número de denuncias de desaparición de niños, y que en su momento la Policía Nacional y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar realizaron una campaña ineficaz. ¿Recuerdan la foto de niños desaparecidos en la caja de leche? Estos niños en su gran mayoría estaban retenidos en la terraza Pasteur, en las calles de Chapinero centro trabajando en las noches.

En el año 1994-1995 el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) realizó un proyecto llamado “Atención Integral al Menor Vinculado a Prostitución”. En esta problemática, el proyecto cubre cuatro componentes: acercamiento a su lugar de trabajo, centro ambulatorio, hogar de paso, hogar permanente. Aunque fue un proyecto para dar solución, terminó siendo un proyecto asistencialista, darle una cama o comida a un niño que está explotado sexualmente es como aceptar esto como algo “normal”. Al día de hoy la problemática está presente en toda Colombia y hace parte de los paquetes de turismo sexual. Cartagena, Bogotá y Medellín son las ciudades con más alto nivel de niños y niñas en explotación sexual.

Según la Policía, uno de los mayores problemas que afrontan las autoridades es la falta de un sitio en donde puedan vivir las niñas luego de que la Policía comience a realizar allanamientos en los negocios de los proxenetas. La Fiscalía General de la Nación ya tiene ubicados varios de estos locales, pero está a la espera de que ICBF ponga a funcionar una casa que sirva de vivienda para las menores. ¿Acaso no existe un Código del Menor que tipifica como delito todo caso de explotación o maltrato infantil? El decreto 2737 de 1989.

Por otro lado en pocas semanas saldrá al aire una campaña dirigida a los oficinistas, a los estudiantes, a los profesionales y también a los altos ejecutivos que en lujosos carros van en busca de pasar el rato con una menor de edad. El mensaje de la campaña va a ser muy directo: “No la recoja; puede ser su hija”.

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