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La carcajada silenciada

Tres aspectos centrales en el ideario de Jaime Pardo Leal.

Jaime Pardo Leal. Dibujo de Calarcá.
Jaime Pardo Leal. Dibujo de Calarcá.

Rubiel Vargas Quintero

El domingo 11 de octubre de 1987, es asesinado por sicarios del paramilitarismo cuando regresaba de Ubaque, con su familia, el maestro, el jurista, el líder sindical y popular, el candidato presidencial, Jaime Pardo Leal. Desde muy joven se destacó como líder estudiantil y popular. Militó en la Juventud Comunista, luego en el Partido Comunista, donde llegó como dirigente al Comité Central.

Estudió en la Universidad Nacional de Colombia, donde obtuvo el título de abogado en 1966, fecha para la cual ya hacía parte del poder judicial como citador y notificador de un juzgado. Posteriormente, se destaca como profesor de derecho penal, dicta esta asignatura hasta 1987, como jurista en la rama judicial, llegando a ocupar el cargo de juez y magistrado del Tribunal Superior de Cundinamarca. Como líder sindical, funda el sindicato de los trabajadores y funcionarios de la rama judicial, Asonal Judicial; fue su presidente durante 23 años. En enero de 1986, es designado como candidato presidencial para el periodo entre los años 1986-1990, por el naciente Partido Político de la Unión Patriótica. Se caracterizó por su personalidad extrovertida, su sentido del humor y su calidad académica. A continuación se desarrollan tres aspectos centrales en el ideario del hombre de la carcajada imborrable, Jaime Pardo Leal.

La clase obrera

“La Clase Obrera ante el Derecho Social” este fue el título de su trabajo de grado, en el se ocupa de presentar históricamente las acciones de la clase obrera, articulándola con la situación económica, producto de las relaciones sociales de producción capitalista, y los grados de organización de los trabajadores como forma política, la lucha sindical. Los fundamentos del movimiento sindical: independencia, unidad, combatividad, acción política de clase, como también hace alusión a sus aspectos negativos: al paralelismo sindical, al gangsterismo en la dirección sindical, a la penetración de ideologías anti-obreras, a la pasividad, y el economicismo.

Los orígenes de la clase obrera que los ilustra con algunos aspectos históricos como la lucha de los tejedores de Lyon, la revolución de 1848, el Manifiesto del Partido Comunista, la Primera Internacional, la huelga de Chicago, la revolución de octubre. La lucha de los trabajadores no solamente estuvo presente en la teoría, sino en la acción práctica.

Como sindicalista del sector judicial lideró varias huelgas con la organización sindical Asonal Judicial y movilizaron las actividades de la justicia, con la pretensión de conseguir mejores condiciones laborales tales como: la puesta en vigencia de la carrera judicial, aumentos salariales y prestaciones sociales, preparación educativa para los servidores judiciales, mejores sitios locativos para ejercer dignamente la función judicial, también colaboró en la creación de sindicatos y en la asesoría política a varios de ellos.

El delito político

La Universidad Autónoma de Colombia, publicó el texto del pensamiento del ideario de Jaime Pardo Leal, sobre el delito político en Colombia. Las referencias históricas las concreta desde que apareció la lucha política de clases. “Porque el delito político es exactamente el enfrentamiento contra el orden institucional del Estado y contra los poderes públicos que lo sustentan”. La violencia revolucionaria contra la violencia del capital, está fundamentada en la insurgencia, en la utilización de las armas, de una clase contra otra, que detenta el poder. El delito político es el derecho que tienen aquellos que han sido vencidos.

El delito político y la conexidad

En la parte del delito político y la conexidad, hace referencia al triunfo de la revolución cubana y con ello al sentimiento de crear focos de rebelión con los denominados ejércitos de liberación nacional en todo el continente. En Colombia, aparece el Ejército de Liberación Nacional-ELN, que en la década del 60 logra tener un auge acompañado de acciones militares en: Simacota, Papayal, en el Magdalena Medio y Santander.

El ELN es un destacamento armado que junto con las FARC-EP, integran el panorama de lo denominado “delincuentes políticos”. Con su accionar fueron objeto de varios procesos judiciales dentro de la jurisdicción militar, ya que en esta época era una constante adoptar los estados de sitio, y por ende trasladar la competencia en materia de delitos contra el Estado, al conocimiento de la jurisdicción castrense, donde se eliminaba toda posibilidad de defensa. Levantado el estado de sitio pasa a la jurisdicción ordinaria, donde los jueces no ajustaban los hechos dentro de la adecuación jurídica apropiada, rebelión. “Los adecuaban como delitos comunes: homicidio, asociación para delinquir, incendios, secuestro, hurto en lugar de rebelión, sedición, o asonada.” Al adecuarse la conducta a delitos comunes y al ser condenados por estos, no podían ser beneficiarios los rebeldes al indulto.

El primer consejo verbal de guerra, por los hechos de Simacota, contra los miembros de la dirección militar y política del ELN, donde se realizaron algunas sentencias condenatorias (1974), como delitos comunes. El segundo consejo de guerra fue el del Socorro contra miembros del ELN. Al levantarse el estado de sitio durante el gobierno de López Michelsen, este proceso pasa a la jurisdicción ordinaria, al juzgado 16 superior, donde era juez Jaime Pardo Leal, allí se da la calificación exacta al delito, el de rebelión, en conexidad con todos los delitos comunes a él, y les concede la libertad a todos los presos políticos.

Lucha por la vida

La denuncia constante contra los grupos paramilitares, de los vínculos de estos con organismos del Estado, la denuncia ante los medios de comunicación de las violaciones de los DD.HH. y delitos de lesa humanidad por parte de altos mandos militares, la creación de redes criminales, los planes criminales contra la Unión Patriótica. Siempre en sus intervenciones en la plaza pública, exigía al gobierno nacional “si tenemos derecho a vivir o no en nuestro país”. La clase dirigente del país le entregó un retundo no al derecho a la vida. En una de sus intervenciones dijo, “la vida se la entrego a los trabajadores y es a ellos a quienes le pertenece”.

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