En vísperas de la Eurocopa de fútbol que comienza este 10 de junio en el estadio de Francia, el panorama social se pone más tenso, la presión sube.

Manuel Salamanca Huertas
La batalla que libran los sindicatos de trabajadores, encabezados por la CGT, contra la reforma laboral que el gobierno socialista del presidente François Hollande pretende imponer, entra en su cuarto mes. Sin embargo la determinación de los trabajadores en contra de la reforma se mantiene y el movimiento se extiende. La llamada ley El Khomri, del nombre de la ministra del Trabajo, responde a la vieja ambición patronal de acabar con el código laboral que los asalariados han obtenido en largas y duras luchas históricas.
La reforma busca globalmente flexibilizar el trabajo, enterrar definitivamente las 35 horas laborales semanales reglamentarias, aumentar el número de horas extras, poder proceder a despidos arbitrarios y acentuar aun más la inestabilidad laboral.
El primer ministro Manuel Valls, que por sólo dos votos escapó a la moción de censura parlamentaria después de haber recurrido al artículo 49.3, lo que equivale a gobernar por decreto a falta de mayoría parlamentaria, sigue obstinado en hacer pasar su reforma por la fuerza: maniobra, intenta abrir brechas negociando por separado, se esfuerza por oponer el movimiento a la opinión pública con la complicidad de los grandes medios, y en definitiva cuenta con el desgaste del movimiento.
Una nueva jornada de movilizaciones está anunciada para el próximo 14 de junio. Los trabajadores ferroviarios en asamblea general ya se pronunciaron por la prolongación de la huelga. Otros sectores de la actividad económica siguen movilizados parcial o totalmente como los empleados del transporte urbano parisino, los de las seis refinerías, los de las 19 centrales nucleares, los trabajadores portuarios, y los pilotos de Air France que anunciaron el fracaso de las negociaciones con la dirección y se declararon en huelga por cuatro días. Otros tipos de acción como paros relámpago y bloqueos de vías a lo largo de la semana se vienen efectuando. Los empleados de recolección de basuras de la ciudad de París se han sumado igualmente.
En vísperas de la Eurocopa de fútbol que comienza este 10 de junio en el estadio de Francia, el panorama social se pone más tenso, la presión sube.