Ancízar Narváez Montoya
La semana anterior resurgió la propuesta de una nueva reforma tributaria como un globo lanzado por el Gobierno para sondear el ambiente hacia las llamadas ‘reformas estructurales’ que, según los ministros, los empresarios y los economistas y periodistas fletados, son necesarias. La pregunta es ¿necesarias para quién y para qué? Por ahora tratemos de mostrar que no lo es.
En efecto, el informe sobre Justicia Tributaria de 2020 que acaba de ser publicado (El Estado de la Justicia Fiscal: 2020: La justicia fiscal en tiempos de la Covid-19), muestra que no sería necesaria ninguna reforma si el Estado colombiano hiciera cumplir al menos las pocas obligaciones tributarias a las compañías transnacionales. Expliquémoslo mejor: ni siquiera se necesita quitarles sus gabelas, sus exenciones, sus tarifas de mentiras; solo necesitamos que paguen lo que, aun siendo tan poco, evaden.
Según dicho informe (pp. 22-23), el ranking de la evasión de las transnacionales en América Latina y el Caribe es como sigue: lo encabeza Brasil con 14.630.745.768 dólares; le sigue Colombia con US$11.639.160.039 y en tercer lugar se encuentra México con US$8.250.806.214.
Vistos planamente, estos números parecen similares, pero vistos proporcionalmente la diferencia entre Colombia y los otros dos es inmensa. En efecto, si tenemos en cuenta el Producto Interno Bruto o, como dicen los economistas, el tamaño de la economía de cada país, eso significa para Brasil, el 0.7% de PIB, para México, el 0.6% y para Colombia, el 3.6% (Producto interno bruto por país en América Latina y el Caribe en 2019), calculado en dólares, o sea 5 veces más que para Brasil y seis veces más que para México. Esta es una de las herencias del gobierno anterior de Uribe: la confianza inversionista, o sea la libertad de evadir impuestos.
Ahora bien, si tomamos esta cantidad y la trasladamos a pesos a una tasa promedio de $3.200 para 2019, esto nos daría $37.345.312.124.800 (37 billones de pesos), o sea 3.7% del PIB de 2019. Remarco esto justamente para resaltar que esta cifra muestra que no es necesaria ninguna reforma tributaria.
Si recordamos bien, la última reforma se hizo para incrementar el recaudo en 7.5 billones de pesos, o sea el 0.75% del PIB. Si rescatamos lo que nos deben por evasión las transnacionales, tendremos el equivalente a cinco reformas tributarias. ¿No valdría la pena intentarlo en vez de perseguir con tanta saña tributaria a la ‘clase media´, a los pobres y a los desempleados? Un poco de justicia tributaria.