jueves, marzo 28, 2024
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Juan de la Cruz, el agrario de todos los tiempos

Un homenaje auténticamente campesino recordó la memoria del líder agrario del Sumapaz, al tiempo que exigió detener persecuciones judiciales

Acto de homenaje a la memoria de Juan de la Cruz, en Cabrera (Cundinamarca).
Acto de homenaje a la memoria de Juan de la Cruz, en Cabrera (Cundinamarca).

Redacción política

El pasado viernes, día de mercado en Cabrera, municipio al sur del departamento de Cundinamarca, se agitaron con fuerza las banderas comunistas. La última vez que el pueblo desbordó esa plaza y sus alrededores fue treinta años atrás, cuando despidieron al hombre que representaba la lucha agraria del Sumapaz y, tal vez, de todo el país, Juan de la Cruz Varela. Hoy en Cabrera muy pocas cosas han cambiado y, como en 1984, Juan de la Cruz Varela volvió a ser homenajeado en su plaza, la misma que lleva un busto en su honor y que algún día bajo el gobierno Uribe pretendieron echar abajo los militares, sin lograr su cometido.

Una gigante pancarta del Partido Comunista Colombiano sobresalía en la cabecera sur de la plaza. Un acto político y cultural que acompañaron delegaciones de Marcha Patriótica, organizaciones sociales, de mujeres y jóvenes; además de la presencia destacada de campesinos de toda la región, reclamó la libertad de quienes, como Juan de la Cruz, hoy son perseguidos y judicializados en la región, que ya cumplió un siglo de luchas agrarias.

Sus compañeros

Todos sus compañeros de lucha que aún viven trasmiten orgullosos los recuerdos de la heroica vida del estratega, hábil y audaz dirigente político, a quienes no tuvieron la fortuna de conocerlo. Los veteranos líderes, sin ahorrar elogios, le transmiten a las nuevas generaciones las peripecias de cada una de las batallas del concejal de Icononzo, diputado de la Asamblea del Tolima, amigo personal de Jorge Eliécer Gaitán y representante a la Cámara.

Rudesindo Wilches, a quien le falta poco para completar un siglo de vida, es uno de esos campesinos que acompañó en muchas tareas políticas a Juan de la Cruz Varela. Wilches, apoyado en su bastón y su compañera, recuerda que en la década de los cincuenta la lucha era por dos necesidades básicas:

“La carretera, porque pensábamos que tras de ella llegarían los puestos de salud, los colegios y el progreso. Y la segunda tarea en la época sería la paz para todo el Sumapaz, y esa hasta ahora no la hemos podido conquistar. Desde que llegue acá en 1943, los esclavos no hemos dejado de pelear contra los poderosos”, dijo en su discurso, el cual culminó dando vivas a su Partido Comunista. Aun cuando no quiso extenderse en la palabra, enfatizó: “Pero le ruego a la juventud que ponga atención a la vida de Juan de la Cruz Varela y tome ejemplo”.

El mismo ejemplo con el que Juan de Dios Varela explica la trayectoria de su padre. Él se especializó en el territorio pero su relación con Gaitán lo adentró en temas nacionales sin descuidar lo que le interesaba a la localidad como la pavimentación de las calles, el puesto de salud, el bienestar de los campesinos y la lucha por la paz. “Este es un acto de conmemoración, de homenaje y de memoria. Hoy no solamente rendimos homenaje y recordamos a Juan de la Cruz Varela, sino también a muchos compañeros que a lo largo de más de cien años de luchas agrarias, junto con sus líderes dieron su vida por las causas populares, otros ya murieron y muchos continúan y están representados hoy por ustedes”, le dijo a VOZ Juan de Dios Varela.

El gladiador agrario

“Ese gladiador que, de la mano de Erasmo Valencia, se hizo gigante en la lucha por los agrarios. La misma que hoy se afronta contra los intereses de las multinacionales que pretenden adueñarse del territorio”, subrayó Alfredo Díaz, dirigente campesino.

Por su parte, la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (Fensuagro), en cabeza de Eberto Díaz, hizo presencia y señaló que el campesinado no solamente produce alimentos, sino también tiene la llave de la democracia como enseñara el líder histórico del Sumapaz. “Juan de la Cruz es el baluarte más importante de los campesinos, es el maestro que enseñó a batallar siempre de pie luchando en defensa del campesinado por una nueva sociedad. Las banderas no fueron solo las luchas por el campesinado sino por la construcción de un nuevo amanecer donde los niños no mueran por hambre. Por eso ni antes ni ahora podrán arrebatarnos el derecho a la paz, a la dignidad, a la libertad, a la soberanía”, indicó.

El político

En el acto lo acompañó el congresista del Polo Democrático Iván Cepeda, quien saludó las faenas de resistencia de Juan de la Cruz Varela en la idea de derrotar a la clase oligárquica y latifundista generadora de violencia.

“En medio de tiempos difíciles, expresó el orador, Juan de la Cruz enseñó que la valentía y la persistencia, más la organización y el tejer de manera paciente las bases de poder popular, hacen posible las conquistas. Hoy estamos viendo un poderoso resurgir del movimiento agrario en las Zonas de Reserva Campesina; y que después de medio siglo la élite del país tenga que sentarse en un proceso de paz para discutir, entre otras, una reforma agraria. Y el hecho del resurgimiento de la Unión Patriótica y Marcha Patriótica que representan las luchas campesinas y rostros jóvenes, muchos de ellos, hijos de la violencia, como en el Catatumbo, es la herencia de personalidades como Juan de la Cruz Varela”.

El ayer y el ahora

Y es que el compromiso del histórico dirigente agrario no fue su único papel destacado. Él favoreció los derechos, su territorio y la transformación del país, así lo señala Jaime Caycedo, secretario general del Partido Comunista: “por ello Juan de la Cruz exigía cambio democrático en su época: cambios en la tenencia de la tierra, cambios en el desarrollo agrario integral de los campesinos de Colombia, garantías para sus vidas y su derecho a organizarse, así como de pensar como quisiesen. Esa paz debió consolidarse desde cuando Juan de la Cruz caminaba estas montañas. Los mismos que hicieron la guerra contra Juan de la Cruz Varela pretenden simplemente la cesación de los fusiles pero no los cambios democráticos”.

Por ello el propio Caycedo advirtió que la única manera de refrendar los acuerdos sería mediante la Asamblea Nacional Constituyente, convocada para garantizar la implementación de los acuerdos firmados en La Habana entre la guerrilla de las FARC-EP y gobierno colombiano. Porque no se confía en el Estado colombiano ya que suele hacer trampas, como aquellas de las que fue víctima el dirigente agrario del Sumapaz.

“No confiamos, afirmó Caycedo, en referendos del establecimiento. Solo confiamos en el proceso constituyente de un nuevo país donde la paz sea sinónimo de redistribución de la tierra, sinónimo del derecho de los campesinos a su organización territorial en las Zonas de Reserva Campesina y derecho al respeto del territorio. Pero también creemos en el proceso constituyente para unas nuevas reglas de salario digno para los trabajadores y las pensiones para los campesinos y ciudadanos. Todas banderas de justicia social que son sinónimo de las luchas de Juan de la Cruz Varela deben estar en una nueva Constitución, paso previo para una verdadera democracia”.

El derecho a pensar en plena libertad, como reclama Jaime Caycedo, es el mismo por el cual hoy se encuentran encartados judicialmente quince campesinos organizados en el Sindicato de Trabajadores del Sumapaz, por los cuales centenares de campesinos apostados en Cabrera exigieron su libertad inmediata.

Campesinos acusados por un cartel de testigos falsos orquestado por la Fuerza Pública que hace presencia en la región, con el objetivo de menguar su resistencia ante el interés de las multinacionales por su territorio. Y así como el dirigente agrario de todos los tiempos fuera acosado por la persecución judicial, sus herederos, los de este siglo padecen las mismas persecuciones por defender el legado del hijo de Cabrera.

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