Jairo Urbina Lacouture: muerte y pérdida para la historia

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Jairo Urbina.

Dairo Bayona Ramírez
@dairobayonar

San Juan del Cesar, La Guajira, la tierra que baña el majestuoso río Cesar, esa misma que ha sido cuna de importantes artistas de la música vallenata, en la cual muchos de ellos se han inspirado para hacer sus composiciones. Es el lugar de nacimiento de Jairo Urbina Lacouture, un gran camarada conocido por todos, por ser un hombre sumamente inteligente, jovial, con un gran sentido de amor por el prójimo. Llego a Valledupar muy joven, tenía tan solo 19 años; en su paso por la academia se formó como sociólogo en la Universidad Nacional, luego empieza a preocuparse por los problemas sociales y es ahí, cuando poco a poco se fue adentrando en la política junto con otros jóvenes inquietos de la época consolidaron un movimiento cívico social, al cual denominaron Causa Común.

Este movimiento de reconocida trayectoria le permitió, junto a valerosos hombres y mujeres empezar a adelantar un proceso de lucha social en todo el departamento, visitaban barrios en condición de pobreza extrema, veredas y en todas partes pregonaban la importancia de la organización del pueblo para luchar por sus derechos.

El camarada Jairo Urbina, logra convertirse en un dirigente del movimiento político Unión Patriótica, que había surgido a mediados de los ochenta, a través de una propuesta de paz de la FARC. Él toma la decisión de ingresar a dicho partido por ser este la vanguardia del movimiento popular en Colombia.

Para el periodo 1984-1986, habría logrado una curul en el concejo municipal de La Jagua de Ibirico; en este municipio él era muy conocido pues allí desarrollaba labores de agricultor que en conjunto con su trabajo social, le permitió ganarse la confianza del pueblo jagüero, la cual lo llevo a coadministrar el municipio carbonífero, que para esa época apenas se daba inicio a la explotación del mineral.

Valledupar era su casa, ahí tenía a su esposa y sus nueve hijos; esta ciudad era su centro de operaciones políticas y sociales, viajaba a ver sus cultivos de arroz, sorgo, y pan coger, en esta ciudad llevaba viviendo 30 años, decía que de ahí no se iba, pese a las múltiples amenazas jamás contemplo la opción de exiliarse, todo esto debido al genocidio contra la Unión Patriótica.

Al camarada Jairo Urbina le llegó la muerte aquél cruel 6 de abril del 1991, estaba en su casa en el norte de Valledupar, se encontraba descansando junto a su esposa y sus hijos, su almuerzo fue interrumpido por sicarios al servicio del Establecimiento que ordenó la muerte de él y todos aquellos miembros de la Unión Patriótica.

Una perdida incalculable para Colombia, en especial para el Cesar y La Guajira, pero más sentida aún para quienes después de 29 años no han podido superar esta gran perdida, su familia no solo perdió a su ser querido, sino que con esta muerte perdimos todos los colombianos, nos negaron la oportunidad de tener un gran dirigente político.

En sus 49 años de vida, se entregó totalmente a la clase más vulnerada de nuestra región, aunque muchos no logramos conocerlo en vida, reconocemos en él un hombre fiel a sus principios, por tal motivo en honor a su labor seguiremos sus pasos. Está en mora el concejo municipal de La Jagua en rendir un homenaje a nuestro camarada, así como también sigue en mora el reconocimiento público del Estado Colombiano como único responsable de este crimen.

Jairo Urbina, vive en nuestros corazones.

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