martes, abril 23, 2024
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Guillermo Restrepo Sierra, un intelectual comunista

Polémico por excelencia, provocaba el debate y la batalla de ideas en el seno de la izquierda e inclusive al interior del Partido Comunista Colombiano en el cual militó hasta el último día de su existencia.

Guillermo Restrepo Sierra.
Guillermo Restrepo Sierra.

Carlos A. Lozano Guillén

Para Antonio Gramsci el “intelectual orgánico” es el que “emerge sobre el terreno”, que en el campo revolucionario debe entenderse el militante, aquel que trabaja en la organización para establecer el vínculo con las masas, para llevar a estas la ideología y el pensamiento revolucionario, la teoría del comunismo científico.

El profesor Guillermo Restrepo Sierra, fallecido el pasado 17 de junio en la ciudad de Cali, capital del Valle del Cauca, fue un “intelectual orgánico” en la estricta definición gramsciana. Estudió matemáticas en la Universidad Nacional de Colombia y después en la University of Southern California; desde 1970 se vinculó como profesor en esta área académica en la Universidad del Valle.

Fue autor de varios libros de matemáticas y sobre la complejidad de los números, pero también de textos políticos y sociológicos en los que aplicaba la lógica matemática a partir del marxismo-leninismo. Recibió el Premio Nacional de Matemáticas otorgado por la Sociedad Colombiana de Matemáticas en 1992 y el Premio a la obra de un científico de la Sociedad Colombiana de Ciencias Exactas y Naturales.

Era un analista de la realidad nacional e internacional a la luz de los acontecimientos concretos. Polémico por excelencia, provocaba el debate y la batalla de ideas en el seno de la izquierda e inclusive al interior del Partido Comunista Colombiano en el cual militó hasta el último día de su existencia. Nunca con el ánimo de dividir ni de impedir el desarrollo de las tareas comunistas, sino como una necesidad pedagógica de que dirigentes y militantes digirieran la línea y la orientación revolucionaria. La objeción y la contradicción en el debate interno no lo llevaron a vulnerar la disciplina revolucionaria y la aceptación consciente del centralismo democrático.

Me correspondió como dirigente nacional del partido atender en varias ocasiones conferencias regionales y plenos en el Valle del Cauca y debo reconocer que aun en la discrepancia aprendí bastante de Guillermo, educador, humanista e intelectual que consagró la vida a la militancia comunista y a la formación de sus cuadros y militantes.

Nació en Ebéjico, Antioquia, aunque su actividad docente y política la desarrolló en Cali en donde dejó profunda huella en los círculos académicos y políticos. El Partido Comunista Colombiano le rindió un merecido homenaje y reconocimiento a su obra y ardua labor educativa y organizativa en pro de la causa revolucionaria. Con entusiasmo estaba dedicado en los últimos años a explicar el proceso de diálogos de La Habana como una esperanza de paz con democracia y justicia social para Colombia.

El saludo del semanario VOZ para su esposa María, sus hijas y nietos. Y mi abrazo solidario y fraternal por la ausencia del buen amigo y excelente camarada que dejó profundas enseñanzas.

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