martes, abril 23, 2024
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Guatemala, una paz inconclusa

Una experiencia de posguerra y acuerdos de paz que deja muchas dudas

Hernán Camacho

La Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) nace como organización política el 7 de febrero de 1982, con la unión de cuatro fuerzas revolucionarias en levantamiento armado contra el Estado guatemalteco: El Ejército Guerrillero de los Pobres, las Fuerzas Armadas Rebeldes, la Organización del Pueblo en Armas, y el Partido Guatemalteco del Trabajo. Fueron protagonistas de los acuerdos de paz que dieron por terminadas tres décadas de conflictos y que en 1996 hicieron posibles los acuerdos de paz firme y Duradera en Guatemala.

La Secretaria Nacional de la Juventud de la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca, Alejandrina Cano, estuvo en Colombia, en el marco del Congreso de la Juventud Comunista, y visitó VOZ para compartir sus opiniones sobre la experiencia de la posguerra y la situación política de la juventud en su país.

–¿Cómo puede describir el panorama político de Guatemala?

–Tenemos una seudodemocracia con un gobierno militar a cargo del general en retiro Otto Pérez Molina, uno de los firmantes de los diálogos de paz en 1996. Eso ha llevado a una profunda crisis social. Por un lado la remilitarización, pues copó la dirección del Estado de exmilitares, quienes sin el menor recato han implantado un régimen de terror que se ha venido ejecutando como si estuviéramos en plena guerra.

Es decir: volvimos a ver asesinatos, despojo, violaciones de derechos humanos, persecuciones políticas, desapariciones, violencia sexual contra las mujeres por parte del Estado guatemalteco, presos políticos. En todo caso asistimos a un deterioro ambiental, están acabando con nuestra selva por la incursión de multinacionales cuyo negocio principal es la explotación de recursos energéticos y la siembra de palma aceitera, destruyendo la tierra y perdiendo la vocación agrícola de Guatemala.

–Un panorama que no se esperaba por estar en un momento de posguerra. ¿Cómo van entonces los acuerdos?

–Hay un incumplimiento por varios factores. En primera medida, la izquierda que se incorpora a la democracia como partido político no obtuvo la fuerza suficiente para llegar a la presidencia, un poco ayudado por la atomización de fuerzas que debieron haber tenido un papel más relevante a la hora de exigir al pie de la letra el cumplimiento de los acuerdos. Eso hizo que la derecha y la ultraderecha guatemalteca pudieran tener un escenario propicio para gobernar, y tener en sus manos la ejecución de los acuerdos. Por ejemplo: de los principales acuerdos de paz, la reforma agraria y abolir la tenencia de la tierra en manos de latifundistas o de multinacionales, eso no se ha cumplido.

–Hablemos de ese factor de división de la izquierda. ¿Por qué se divide en un momento estratégico para Guatemala?

–Fuimos debilitándonos por las luchas internas, no tuvimos las suficientes fuerzas ni incidencia para exigir los derechos sustanciales que se pactaron. Esos acuerdos quedaron en el vacío. Quien firmó la paz por parte de la guerrilla fueron el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), la Organización del Pueblo en Armas (ORPA) y el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) en 1998 y fuimos a elecciones, convirtiéndonos en la tercera fuerza política del país, pero desde allí nos hemos debilitado por divisiones al punto que la izquierda revolucionaria hoy representa el dos por ciento del electorado.

–¿Cuál es la razón para que URNG tenga tan poca audiencia?

–Hay que decir que hemos cometido errores estratégicos e históricos y uno de ellos es la falta de formación de cuadros en la militancia, no tenemos protagonismo activo en las luchas reivindicativas del pueblo y solo nos concentramos en la lucha electoral; tenemos que estar en la vanguardia como cuando los compañeros estaban en la montaña. No contamos con el voto de las organizaciones sociales, que no es un movimiento crítico sino todo lo contrario.

–Explíquenos eso.

–Hay un fenómeno de la posguerra que se dio en Guatemala, y es que se disparó la conformación de oenegés con bastante dinero; que tienen como consecuencia el llamado movimiento social oenegero, y solo responde al interés del cooperante. De hecho algunos dirigentes guerrilleros de URNG son los directivos de esas oenegés y ya no les interesa apostarle al proceso revolucionario.

–Es claro que todo eso resulta productivo para la derecha y la militarización en Guatemala. ¿Cómo es el renacer del militarismo en la vida cotidiana?

–El estado guatemalteco está faltando a los acuerdos. Cuando se firmó la paz, la guerrilla entrega las armas y el Estado las quemó, a cambio de la reducción del Ejército en su personal y el presupuesto del Estado para lo militar, y ni lo uno ni lo otro se ha cumplido. En cambio, el presupuesto militar crece, el armamento crece, propiciado por los Estados Unidos e Israel. Pero los poderosos y los empresarios respaldan el crecimiento militar con la excusa de “combatir la violencia general” y el Ejército resulta para ello una gran herramienta.

Además de considerar a los soldados en Guatemala “héroes”, la remilitarización viene acompañada de acciones que solo se veían en época de conflicto, por ejemplo para éste último tiempo el asesinato de compañeros de URNG, que no resulta coincidencia. Lo grave es que la Justicia no investiga y sabemos que el enemigo de los revolucionarios siempre está ahí. Pero también, los crímenes contra las mujeres jóvenes entre 15 y 22 años en las regiones de ocupación militar con la misión de defender los intereses de las mineras, cementeras y transnacionales, siendo esto muy cotidiano, así como la violación en general de los derechos humanos.

–¿En qué va la juventud URNG?

–Seguimos la línea política del Partido, somos jóvenes leninistas y marxistas construyendo el comunismo, pero también reivindicamos la rebelión juvenil. No obstante tenemos una tarea muy dura porque entre el mercado y los medios de comunicación, por nombrar algunos elementos, tienen a la juventud guatemalteca en un estado de alejamiento de la política. Somos pocos pero tenemos reconocimiento entre sectores estudiantiles, normalistas, universitarios y con ellos coordinamos tareas y actividades políticas. La concepción de los jóvenes URNG es no trabajar aisladamente, más bien juntarnos con los sectores que reivindican soluciones sociales para el pueblo. No queremos repetir los errores de otros momentos.

–¿Qué noticias llegarán de Guatemala en el 2015?

–Es un panorama nada alentador para la izquierda que sigue sin unirse teniendo en cuenta que en el 2015 tenemos elecciones en septiembre. Nosotros como URNG, vamos a tener una alianza con el Partido Winaq, fundado por Rigoberta Menchú, y seguiremos trabajando por incluir en la propuesta política y plan de gobierno de Winaq y URNG las opiniones de los movimientos sociales. Pretendemos aumentar los registros de votación de las últimas elecciones y crecer en militancia. Pero por parte de la derecha estará en la lucha por la presidencia la esposa del mandatario Colón, con alianzas por arriba con la oligarquía del país.

–¿El reto de URNG?

–Crecer. Tenemos un problema generacional que debemos superar nosotros los sujetos políticos con una formación y con responsabilidades al interior del Partido y en la sociedad de Guatemala porque ocupamos, al lado de los indígenas, el 70% de la población. Nosotros queremos trabajar como juventud para crecer.

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