En un ambiente de presiones, denuncias de fraude e injerencia extranjera, se impone el candidato del Partido Nacional de Honduras
Ricardo Arenales
De acuerdo con los más recientes boletines informativos proporcionados, por el Consejo Nacional Electoral, con un 41.28 por ciento de las actas escrutadas en la madrugada del lunes de la presente semana, el empresario conservador y exalcalde de Tegucigalpa, Nasry Juan Asfura Zablah, lidera los resultados preliminares de las votaciones con un 41.28 por ciento de las actas escrutadas, en una contienda marcada por una alta tensión política y acusaciones de fraude electoral y descarada injerencia del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en favor del aspirante que hoy se reclama ganador.
De 67 años de edad e hijo de inmigrantes palestinos y de reconocido pensamiento derechista, recibió el apoyo de 561.382 votos, lo que representa un 40.56 por ciento del electorado. En segundo lugar, se sitúa el opositor Salvador Nasralla, con el 38.9 por ciento de respaldo, y en tercer lugar la candidata oficialista y portadora de un programa de izquierda, Rixi Moncada, que sumó 270.509 votos, el 19.54 por ciento de las papeletas.
Ingeniero civil de profesión, Asfura incursionó en la política en 1990, siempre en torno a la alcaldía de Tegucigalpa. Acostumbra vestir con una camisa arremangada y jeans, imagen que lo situó como uno de los políticos mejor posicionados del país. Se le conoce como ‘Papi, a la orden’, porque durante uno de sus actos políticos le respondió un ciudadano con esta frase, que significa colocarse a disposición de la persona para trabajar.
Chantaje
Pero, además, en las últimas horas se granjeó el título de candidato favorito de Estados Unidos. El viernes de la semana pasada, Donald Trump, en un acto de grosera injerencia, amenazó a Honduras, si sus ciudadanos no elegían a Asfura, asegurando que, si este no gana, “Estados Unidos no malgastaría el dinero (apoyando a Honduras), porque un líder equivocado solo puede traer resultados catastróficos a un país, sin importar cuál sea”.
En cambio, agregó, si Asfura obtiene la presidencia, “EE.UU. le brindará un gran apoyo, ya que tiene gran confianza en él, en sus políticas, y en lo que hará por el gran pueblo hondureño”.
“Después de la victoria electoral de Tito”, agregó Trump, Honduras se encaminará “hacia un gran éxito político y financiero”. “Tito será un gran presidente y EE. UU. trabajará estrechamente con él para asegurar el éxito, con todo su potencial, de Honduras”. “Espero que el pueblo de Honduras vote por la libertad y la democracia, y elija a Tito Asfura como presidente”, precisó finalmente Trump. De seguro, al confirmar su victoria, el electo mandatario le agradeció al inquilino de la Casa Blanca por su generoso y nada desinteresado respaldo: “Papi, a la orden”.
Respeto a la soberanía
La semana pasada, la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, realizó un llamado urgente para respetar la soberanía de Honduras, en medio de denuncias sobre presiones externas y operativos de guerra cognitiva que buscan influir en el proceso electoral de ese país.
Según la organización, el imperialismo vuelve a exhibir una política injerencista al utilizar las redes sociales como herramientas de presión y amedrentamiento contra los pueblos de América Latina. Señaló que esta vez se trata del apoyo abierto del presidente estadounidense Donald Trump a Nasry ‘Tito’ Asfura, candidato del Partido Nacional de Honduras.
La Red afirmó que esta intervención responde a una doble estrategia orientada a mantener estructuras vinculadas al negocio del narcotráfico: por un lado, consolidar gobiernos dispuestos a ceder sus territorios como plataformas militares para prolongar la política de agresión en la región; por otro, respaldar a actores políticos relacionados con redes criminales.
En efecto, Trump no solo respaldó a Asfura, sino que concedió a la oligarquía hondureña el deseo de que el mayor narco-político del país, el expresidente Juan Orlando Hernández, recibiera el indulto y pudiera regresar al país. Hernández fue extraditado a EEE UU en 2022, con un currículum delictivo acrecentado. Dos años más tarde, en 2024, fue condenado por tres cargos de narcotráfico y tráfico de armas, incluyendo haber recibido dinero del mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Esta es la joya que ahora Trump le regala a la derecha hondureña para contrarrestar a la candidata de izquierda Rixi Moncada y posicionar a ‘Tito’ Asfura.







