jueves, marzo 28, 2024
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Ferguson: absuelto el policía asesino, estalla la ira

Darren Wilson, el policía que apretó el gatillo, no será procesado y regresará libre para ser el verdugo en una comunidad donde se acumulan las quejas de acoso e intimidación de los hombres de la oficina del alguacil a los ciudadanos de color.

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Marco Santopadre

Algunos lo daban por sentado, sabiendo muy bien cómo es la «justicia» en los Estados Unidos. Hubo quienes dentro de la comunidad afroamericana tenían la esperanza de que al menos esta vez el Establecimiento quisiera y diera una señal de ruptura incriminando al policía que el 9 de agosto mató al joven Michael Brown, un joven de 18 años de edad, desarmado, culpable sólo de tener la piel oscura, como muchas otras víctimas de la brutalidad de la Policía en el país de Obama.

Pero esto no sucedió. Darren Wilson, el policía que apretó el gatillo (blanco, como el 95% de sus colegas en un suburbio de San Luis, donde la población es en su mayoría afro) no será procesado y regresará libre para ser el verdugo en una comunidad donde se acumulan las quejas de acoso e intimidación de los hombres de la oficina del alguacil a los ciudadanos de color.

Así lo decidió hace unas horas el Gran Jurado del condado, que no encontró nada de qué quejarse, ni penalmente relevante, en lo que a muchos, muchísimos, les ha parecido un asesinato a sangre fría y ya ha desatado durante el verano y más recientemente una ola sin precedentes de protestas, manifestaciones, asambleas y enfrentamientos, a pesar de la invitación a la calma de la familia de la víctima, y los hipócritas llamados a la ‘paciencia’ por parte de un presidente cada vez menos popular.

Por otra parte, el jurado que tomó la decisión de no procesar estaba compuesto por nueve blancos y tres negros, reafirmando la larga y aparentemente inexpugnable tradición de excluir a la población no blanca. Y sólo en los últimos días se han producido dos víctimas negras del fuego policial. Uno, culpable de esperar el ascensor en las sombras, con su novia, en el edificio donde vivía. El otro, de sólo 12 años, porque agitó una pistola de juguete en un parque infantil.

En un país donde el lobby de las armas es el anfitrión y los uniformados disparan primero (mejor un muerto inocente que culpable vivo y peligroso) nadie cuestiona el dogma del «derecho de los estadounidenses a portar armas» y después el derecho de los agentes a disparar primero, incluso cuando no sea necesario.

La decisión del Gran Jurado ha llegado mucho más tarde de lo previsto y de la fecha dispuesta. Tal vez porque los tres negros del jurado trataron de cambiar la opinión de la mayoría blanca, tal vez porque ha prevalecido, hasta un cierto punto, el miedo a las consecuencias esperadas de una absolución intolerable.

Naturalmente fue recibida por una nueva explosión de la población de Ferguson, donde miles salieron a las calles inmediatamente e iniciaron un largo día de protestas y enfrentamientos. Que ahora se extienden a otras ciudades. La copa se ha rebosado, y por mucho.

Ante el anuncio de la fiscal, la familia Brown dijo que estaba «profundamente decepcionada por el hecho de que el asesino de nuestro hijo no tendrá que responder por sus acciones».

Si decenas de miles de personas marcharon pacíficamente en las principales ciudades de Estados Unidos, con las manos en alto, en obediencia a la consigna de «¡Manos arriba!», en algunos casos la ira explotó sin mediación.

Manifestaciones, protestas y enfrentamientos se registraron en varios lugares de los Estados Unidos.

En University City, otro suburbio de San Luis a una docena de kilómetros de Ferguson, un policía fue herido por disparos. Según el jefe de la Policía del condado de San Luis, Jon Belmar, habría en la zona unos 12 edificios en llamas, mientras que los policías desplegados en la ciudad para evitar las protestas fueron despedidos en un par de horas por lo menos con 150 rondas de disparos.

En Ferguson también fue devastada la tienda donde el joven víctima del policía absuelto supuestamente robó una caja de cigarros, provocando la llegada de los agentes y el asesinato. Los coches y otros medios de la Policía fueron atacados e incendiados por numerosos manifestantes, mientras que cientos de agentes antidisturbios trataban de dispersar a la multitud disparando gases lacrimógenos en cantidades industriales (con muchos intoxicados, incluso entre los periodistas) y balas de goma, deteniendo a tantos manifestantes como les fue posible (hasta ahora los arrestados son 30).

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Mientras tanto, en Ferguson para dar una mano a la Policía se desplegó la Guardia Nacional fuertemente armada, y probablemente nuevas unidades llegarán en Misuri en las próximas horas para hacer frente a una situación muy explosiva. El jefe de la policía Ferguson dijo que la situación es tan fuera de control que requieren el despliegue de al menos diez mil agentes sólo en la ciudad de Misuri.

Tanto en San Luis como en Oakland cientos de manifestantes salieron a las calles de la autopista, bloqueando el tráfico y enfrentándose con la Policía, mientras que a causa de presuntos disparos en el aire cerca del aeropuerto de la ciudad, la Administración Federal de Aviación ha desviado a otros aeropuertos diez vuelos directos a San Luis.

En Nueva York, el paso en los puentes de Brooklyn, Manhattan y el Triborough fue bloqueado por los manifestantes mientras los amigos de Eric Garner y familia, asesinado por la Policía el pasado julio, protestaron en Harlem. Varios cientos de personas se reunieron en Manhattan y marcharon pacíficamente desde Union Square a Times Square. En un momento un grupo de activistas roció sangre falsa sobre los funcionarios y agentes de policía que detuvieron a continuación algunos de los manifestantes. Los enfrentamientos durante la noche, cuando miles de manifestantes salieron a las calles de la metrópoli estadounidense, fueron atacados por la Policía que intentó apoderarse de algunas de las pancartas y evitar el bloqueo de las carreteras principales.

En Los Ángeles, cientos de personas protestaron en Leimert Park, mientras que un grupo de 200 manifestantes marcharon hacia el centro bloqueando la carretera interestatal 110, que va de Pasadena a Long Beach a través de la metrópoli, echándose en los carriles. Más tarde, cerca de cien policías antidisturbios dispararon balas de goma para dispersar a unos 50 manifestantes en el centro de la ciudad.

Contropiano
Traducción de David Moreno para SemanarioVoz.com

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