Emiliano Lemos
En la madrugad del 4 de febrero, hombres y mujeres firmantes de paz de diferentes rincones del país, en unión con campesinos y organizaciones populares se tomaron de manera pacífica la Vía Panamericana, entre Melgar y Bogotá, a la altura de Boquerón.
Con la acción se gesta el nacimiento del Frente Nacional de Paz, con el que organizaciones populares de reincorporados exigen la presencia de representantes del Estado para exigir el cumplimiento de lo pactado en el Acuerdo de La Habana.
Jairo, uno de los excombatientes presente, explicó que el desorden institucionalizado en la implementación, el asesinato de cientos de reincorporados y líderes sociales deben terminar lo más pronto posible.
Otro de los firmantes, Donald, asegura que es una lucha política y social, mucho más que una exigencia de una bancarización que ha sido entregada de manera retrasada en múltiples oportunidades. “Aquí los compañeros pelean por el futuro de la reincorporación, buscan que no se continúe con la estigmatización y el posterior asesinato de compañeros que se encuentran injustamente discriminados por no pertenecer al partido que agrupa a algunos combatientes”.
Katherine, Andrea, Estelita y el resto del grupo de mujeres aseguraron en su reunión la falta de visión de género y una aplicación con enfoque diferencial por parte de la Subdirección de Unidad Nacional de Protección, UNP, y demás instituciones y ministerios que hacen parte de la implementación y protección de las beneficiarias.
Los manifestantes esperan respuestas de las instituciones competentes, que pasen de los discursos a la implementación real del Acuerdo de Paz.