Tras 41 días de paro, dilación del diálogo y dos muertes por la confrontación entre campesinos y el ESMAD, por fin una comisión de alto nivel del Gobierno llegó a Los Pozos, en San Vicente del Caguán, para avanzar en un acuerdo
María Galeano
El primero de marzo, un grupo de líderes campesinos del Caquetá se movilizaron desde diferentes lugares del departamento para llegar a la mesa técnica de concertación acordada con el Gobierno nacional, en cabeza de Lilia Solano, viceministra Nacional para el Diálogo Social, la Igualdad y los Derechos Humanos del Ministerio del Interior, y delegados de la empresa petrolera Emerald Energy, quienes explotan el crudo en Los Pozos. Pero la mesa nunca se dio.
No obstante, no eran los primeros lideres que llegaban a la zona. Hacía 41 días el campesinado más cercano a esta inspección había definido movilizarse desde sus Juntas de Acción Comunal, asociaciones y organizaciones de derechos humanos, con el fin de entablar una mesa de trabajo con las petroleras quienes llevan explotando el mineral durante años, sin que dicho proceso le represente un beneficio a las comunidades.
Durante 41 días exigieron un diálogo y que se cumpliera con la pavimentación de 42 kilómetros de la vía, como se había previsto luego de las movilizaciones en 2019. También entablaron un acercamiento con el Gobierno nacional y congresistas a la espera de ser atendidos y de un dialogo común.

Víctimas de la guerra
Nada ha llegado de manos de gobiernos anteriores y menos de las petroleras. La pobreza, el abandono estatal y la violencia es la única herencia que sobre este territorio ha quedado de los gobiernos anteriores. No se cumplieron los acuerdos del gran paro del 2019, tampoco los acuerdos de Altamira en el 2021 o el Acuerdo de Paz.
De allí el reclamo de una población que ha sido una de las más golpeadas por la violencia militar. Allí se dio la zona de despeje para los acercamientos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc-Ep. También recibió todo el peso del plan de recuperación territorial vía militar, luego de truncado el acercamiento y en donde los gobiernos posteriores dejaron huella con su aparato militar queriendo diezmar el avance de la guerrilla.
Planes como el Plan Patriota, en el gobierno de Álvaro Uribe o las denominadas Zonas Futuro en el gobierno de Iván Duque, entre otros, solo dejaron desplazamientos forzados, desaparición, y falsos positivos judiciales, pues bajo la lógica del enemigo interno, el Establecimiento incrementó la persecución y la estigmatización hacia la población. También creció la presencia de las petroleras, la expansión de la ganadería y la deforestación de parques.
Un repaso por la mesa técnica de negociación
Como precedente del primero de marzo, el 23 de febrero se logró una mesa de trabajo conjuntamente con Lilia Solano, la Iglesia, la Defensoría del Pueblo, delegados de la empresa Emerald y líderes campesinos. Para entonces, el ESMAD hacía presencia en las inmediaciones del lugar, bajo el pretexto de que el campesinado no permitía el tránsito de mulas y camiones con el crudo de la petrolera.
Por su parte, los labriegos afirmaban que abrirían el paso para el transporte del crudo, una vez se concertara y se avanzara en la solución de los compromisos acordados. En ese momento el retiro del ESMAD del lugar empezó a ser parte de los puntos de negociación.
Luego de terminada esta jornada uno de los líderes campesinos comentó públicamente que se había avanzado “en una mesa técnica que sea muy ágil y rápida para la formulación de recursos para poder materializar las obras y las exigencias que nosotros estamos haciendo desde las comunidades. También se comprometen a hacerle seguimiento a las querellas que en este momento tienen los líderes para empezar a desmontar esa estigmatización”. Además, expresó: “Desde la organización le hacemos la exigencia al Gobierno nacional que nos levanten esa fuerza del ESMAD que tienen acá”.
Incumplimientos por años
Aunque se discutió el retiro del ESMAD del lugar, lo que expresa el campesinado es que el gobierno delegado en la zona, había quedado de estudiarlo. Ante esa situación y con la esperanza de continuar con el diálogo, se promovió un nuevo encuentro al que asistirían los delegados del Gobierno nacional, más allá de la viceministra.
Por otra parte, y por decisión del campesinado, se ampliaría la delegación desde otros municipios para pedirle al Gobierno del cambio que se cumplieran todos los compromisos que por años se firmaron y se incumplieron por los gobiernos de turno.
El mensaje para entonces del líder campesino, fue: “Esperamos que la confianza no se pierda y como lo hablamos hoy, se ponga en marcha y lo podamos ejecutar en el tiempo menos posible”. La viceministra Lilia Solano, por su parte expresó: “Estamos comprometidos en este gobierno con la no estigmatización, con las garantías al respeto de los derechos humanos”.
La convocatoria se acordó para el primero de marzo, en Los Pozos. Allí llegarían varias delegaciones de campesinos y campesinas, líderes comunales y sociales de diferentes veredas y municipios. Pero el Gobierno no llegó. Según expresan algunas fuentes a VOZ, habría hecho llegar una comunicación en la que pedían aplazar la mesa por algunas consultas previas sobre las demandas.
Dilatación del dialogo y confrontación

Aseguran las comunidades que finalmente se había cedido darle paso a los camiones y tracto camiones de la petrolera para que luego de ello la fuerza pública se retirara. “El acuerdo no se cumplió, dado que los vehículos salieron del territorio con el crudo, pero la Fuerza Pública no”, afirmaron en el medio regional Guayabero.
Sobre las cinco de la mañana del 2 de marzo, el ESMAD, luego de cruces de palabras e instigación a las comunidades campesinas que se encontraba afuera de las instalaciones de la petrolera, disparó los primeros gases que alteraron a todos los presentes, e inicio una larga confrontación que terminó con la pérdida de dos vidas en el sitio.
La primera persona en caer en medio de los disparos del ESMAD, fue el campesino Reiner Arévalo, integrante de la Asociación Campesina del Lozada Guayabero, ALCAL-G, lo que aumentó la rabia y se agudizó la confrontación cuerpo a cuerpo entre el campesinado y el Escuadrón. En medio de dicha situación, un segundo campesino cayó herido. En este momento se encuentra en cuidados intensivos en la ciudad de Florencia. Otros 22 más resultaron heridos.
Se pudo evitar
Del grupo de policías perdió la vida Ricardo Arley Monroy, con herida de arma blanca y otro integrante lesionado recibió primeros auxilios. Finalmente, la fuerza pública fue reducida, desarmados de pistolas y armas de dotación propias del ESMAD y quedaron bajo la custodia de la guardia campesina, evitando continuar los enfrentamientos.
Luego de los hechos de violencia que dejaron las dos víctimas letales, se dio la primera reunión de alto nivel en el territorio. Fueron tres días de negociaciones en las que participaron el ministro del Interior, la ministra de Minas y de Ambiente, el Comisionado de Paz, con la delegación del campesinado, la Iglesia, delegados de la ONU, entre otros. Igualmente, y luego de 32 horas fueran puestos en libertad los uniformados.
En la mesa de diálogo líderes campesinos de la región le hicieron saber al Gobierno: “Esto nunca debió pasar”. Aludiendo a la oportunidad y voluntad de diálogo que se tenía y que pudo evitar los lamentables hechos. Por su parte, el ministro del Interior Alfonso Prada expresó que habrá una comisión de investigación para dar con los responsables de las muertes de las dos personas.
Y explicó los seis acuerdos con las comunidades: Acompañamiento de derechos humanos en el proceso; diálogo con la empresa para revisar condiciones de cumplimiento de contratos; construcción de vía de 42 km para conectar al Caquetá con el Guaviare; cumplimiento de los Acuerdos de Altamira; medidas de protección para los Parques Nacionales; e inclusión de las Juntas de Acción Comunal en los temas de participación ciudadana.